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sábado, noviembre 23, 2024

Celebremos, el 2026 fue declarado Año Internacional de los Pastizales y los Pastores

Esta declaración es un paso importante para la conservación de los pastizales naturales y reconocer el pastoreo y la ganadería extensiva a nivel global, valorizando su contribución a la alimentación, la sostenibilidad y el futuro del planeta

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La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró recientemente al 2026 como el “Año Internacional de los Pastizales y los Pastores” cuya finalidad es dar a conocer y promover el valor de los pastizales sanos y el pastoreo sostenible, así como abogar por la necesidad de seguir fomentando la capacidad del sector de la ganadería de pastoreo y aumentar la inversión responsable en este sector. Ello incluye la adopción de prácticas de ordenación sostenible de la tierra, la mejora o restauración de ecosistemas, el acceso equitativo a los mercados, y la salud y la reproducción del ganado.

Los pastizales

Los científicos calculan actualmente que los pastizales cubren aproximadamente el 54% de la superficie terrestre del mundo y es por tanto nuestro mayor ecosistema, el más amenazado y el menos protegido.

Los pastizales respaldan los medios de vida y la seguridad alimentaria de millones de personas en el mundo y reportan muchos beneficios, no solo para los ganaderos, sino también para otras comunidades por medio de la conservación de la biodiversidad, la fijación del carbono y el suministro de agua dulce y limpia.

El pastoreo

Los pastores y pastoras se enfrentan al grave problema como la falta de reconocimiento al valor de sus productos, a los servicios ambientales que prestan y al cuidado del ambiente que realizan. Tradicionalmente han sufrido incomprensión, marginación y exclusión del diálogo, además de servicios insuficientes de educación, sanidad y financiamiento, entre otros.

En todo el mundo, cerca de mil millones de animales son conducidos por los pastores que en los últimos 100 años han sufrido numerosas injusticias como el despojo de sus zonas tradicionales de pastoreo y el bloqueo de sus rutas migratorias. Sin embargo, estas comunidades siguen sobreviviendo y aplicando conocimientos y habilidades que los convierten en fuertes aliados del desarrollo sostenible frente a la creciente incertidumbre que todos experimentamos.

Mientras que la producción ganadera industrial, confinada e intensiva tiene una gran huella de carbono y de agua, se ha demostrado científicamente que la huella de los sistemas de pastoreo es casi nula. Los pastizales sostenidos por el pastoreo forman el mayor sumidero de carbono del planeta.

Los pastizales y el pastoreo están vinculados con los diversos ecosistemas, cultivos, identidades, conocimientos tradicionales y experiencia histórica que coexisten en la naturaleza. Los pastores sacan el máximo provecho de la variabilidad del entorno mediante la movilidad estratégica estacional.

No obstante, las sequías, las inundaciones, la degradación de los ecosistemas, las enfermedades animales, la presión sobre la tierra y el clima cada vez más extremo están poniendo en peligro la productividad económica de los pastizales y el pastoreo, lo que puede agravar la pobreza rural como consecuencia de la pérdida de los activos productivos de los pastores.

Para hacer frente a las enfermedades animales, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), promueve la prevención, el control y la erradicación de la peste de los pequeños rumiantes, también conocida como peste ovina y peste caprina, con la finalidad de erradicar esta enfermedad sumamente contagiosa.

Entre los “beneficios multifuncionales” de la actividad pastoril pueden mencionarse la medicina tradicional basada en plantas, el turismo rural comunitario y de naturaleza, y la protección del suelo contra la erosión. Además ayudan a prevenir los incendios forestales, ya que sus animales consumen gran parte de la vegetación del suelo que podría proporcionar el combustible para arder.

Los pastizales productivos y el pastoreo tienen un gran potencial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Latinoamérica

El pastoreo en América Latina tiene como característica más distintiva la cría de camélidos como llamas, alpacas, vicuñas y guanacos, aunque también se crían ovejas, cabras y ganado vacuno. El pastoreo de montaña se limita en gran medida a las regiones semiáridas de los Andes en un hábitat conocido como la «puna» o el «altiplano». Gran parte de la actividad de pastoreo en América Latina se concentra en esa región y en cuatro países, Argentina, Bolivia, Chile y Perú.

En  pleno siglo XXI la ganadería trashumante en Argentina es desarrollada por pequeños productores rurales, autodenominados crianceros (pastores), que se mueven por los caminos en columnas ondulantes compuestas de hombres, mujeres, niños y niñas, caballos, chivos, ovejas, vacas, mulares y perros.

La palabra trashumancia proviene del prefijo latino tras: «de un lado a otro» y la raíz del vocablo latino humus: «tierra».

La Doctora en Historia María Mercedes González Coll, profesora de la Universidad Nacional del Sur así lo describía, “…El paisaje natural del norte neuquino se ve alterado por el tránsito de diversos grupos de curtidos hombres con sus “piños” de cabras y manadas de ovejas (con algunos yeguarizos y bovinos) que viajan desde los fértiles pastos cordilleranos a resistir el invierno en las estepas, son los autodenominados “paisanos crianceros trashumantes…”

Para muchas personas (sobre todo desde una mirada de ciudad) este oficio suena como algo lejano, de otras latitudes, de otro tiempo, pero solamente en Argentina esta actividad involucra a más de 30.000 familias con animales que se mueven para acceder a forrajes y agua, según Pablo Frere veterinario y Secretario Ejecutivo de Redes Chaco.

Abriendo el link, se puede escuchar el relato de Manuel Tillería, criancero del Norte Neuquino, oriundo de Tricao Malal, Neuquén. Manuel contó que de 900 chivas madre nacieron solo 100 chivitos. Por la flaqueza y desnutrición del ganado. Los crianceros estamos mal y cada día es peor, estamos condenados a desaparecer”, afirmó resignado.

Conclusión

Mantener los pastizales gestionados con prácticas de pastoreo sostenibles es esencial para mitigar el cambio climático.


Debemos reivindicar el papel del pastoreo como herramienta de gestión ambiental alternativa para un mundo rural vivo y para mantener la cultura milenaria de la trashumancia.

El objetivo final es hacer que los pastos, y los pastores y pastoras ocupen un lugar destacado en los debates políticos, desde la lucha contra la crisis climática hasta la reducción de la pobreza, pasando por la gestión de las amenazas a la biodiversidad y el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles, como así también a la contribución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Desde la Asociación Amigos de los Parques Nacionales, apoyamos la trashumancia, ya que es vital para la supervivencia de los ecosistemas donde se desarrolla.

Le solicitamos al Gobierno nacional y provinciales, dada la importancia que la ganadería extensiva y el pastoreo tiene en nuestra economía, nuestra cultura, nuestro patrimonio y nuestro paisaje, que apoye formalmente esta declaración y se comprometa con las acciones necesarias para su desarrollo.

Fuente: FAO/UN/AAPN

* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN)

   Experto Comisiones Mundial de Áreas Protegidas (WCPA) y,

   Educación y Comunicación (CEC)

   Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)

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