Vivo en Avellaneda desde que nací, y desde hace 13 a 10 cuadras del estadio de Arsenal, así que a mi no me la cuentan.
En Avellaneda hay infinidad de clubes de fútbol, y varios inscriptos en AFA: San Telmo, Dock Sud, Arsenal, Independiente y Racing
Independiente tiene una capacidad de casi 50mil espectadores, Racing 65mil, sin contar lo que puedan albergar los campos de juego.
Arsenal tiene una capacidad para 18.500 en sus tribunas
Por algo el kirchnerismo eligió ese estadio: tenían miedo de no poder llenar los otros.
En la foto se ve bien en clarito que en los alrededores la gente no desbordaba. El acto de Cristina arrió más o menos la misma cantidad de gente que el macrismo el 1ro de abril. Los medios hacen lo suyo para multiplicar los efectos, tanto de uno como del otro
CFK se presentó en Sarandí y no confirmó su candidatura, pero sí su soberbia: en su alocución no hubo ni un ápice de autocrítica. Subió a su pequeño escenario en el medio de su militancia -escenario a lo PRO- a las víctimas de las políticas de este gobierno, sin plantearse que también son víctimas del suyo.
CFK dejó su gobierno con un 30% de pobreza, una pobreza medida por la burguesía con la que ella quiso conciliar, a la que no exporpió y a la que le llenó los bolsillos: al fin de la era K, el Indec intervenido por ellos decía que el 10% más rico de la población se llevaba casi el 30% de la renta del Estado, mientras el 10% más pobre sólo accedía al 1,5%. Desigualdad que el macrismo fascista profundizó y piensa seguir profundizando.
CFK se quejó de las tarifas cuyas facturas llegan con los sellos de las empresas que ella se negó a estatizar Y NI SE LE PASÓ POR LA CABEZA PONER EN MANOS DE TRABAJADORES Y USUARIOS.
Es que, en realidad, tanto CFK como Macri representan dos caras de la misma moneda: la del Capitalismo, sistema que no puede desarrollarse sin explotación y desigualdad.
Así que basta de verso, el kirchnerismo es funcional a ese sistema que hay que destruir, para que el pueblo trabajador viva dignamente.
Ni Macri, ni CFK, ni ningún lacayo de la burguesía: el pueblo en la calle para echarlos a todos.
Y así poder construir la sociedad que termine con todas las lacras de la humanidad, la socialista.
Lo demás es pura cháchara funcional a las lacras que gozan de sus vidas posadas en el sudor y el sacrificio ajenos.