Miles de peones rurales junto a sus familiares quedaron sin cobertura en el primer y segundo nivel de atención médica. Clínicas del interior acusan a Noa Salud de no girar fondos aportados a OSPRERA. La migración masiva hacia OSPIS es inminente.
Este lunes se cumple una semana sin atención para afiliados de OSPRERA –unos 50 mil afectados entre empleados rurales y beneficiarios de sus grupos familiares- en sanatorios de la Asociación de Clínicas del Interior de la Provincia de Salta. ACIDSal negocia con la intermediaria Noa Salud, en un último intento para solucionar el conflicto.
Tras la rescisión unilateral del contrato por parte de la empresa intermediaria jujeña Noa Salud, perteneciente al grupo Quintar , la Asociación de Clínicas del Interior de la Provincia de Salta decidió –un mes atrás- no atender más a los afiliados de OSPRERA.
El corte se hizo efectivo sólo por un fin de semana. La intervención de César Ramón Villagra, delegado en Salta de Obra Social, logró que Guillermo Quintar –de Noa Salud– y Alberto Velásquez –de ACIDSal- volvieran a reunirse para buscar una solución al conflicto.
OSPRERA sería garante de cualquier acuerdo al que se arribara, y esto sentó de nuevo a la mesa de discusión a ACIDSal que no quería ya dialogar con Quintar porque lo acusaba de incumplimientos reiterados. Las negociaciones parecieron reencaminarse con la promesa de pago de montos adeudados. Pero no se superaron las diferencias y el conflicto recrudeció con el corte de la atención sanatorial que lleva una semana.
En efecto, desde el primer minuto del lunes 12 de enero ACIDSal cortó la atención para afiliados de OSPRERA en el interior de Salta en los departamentos de Metán, Anta, Orán y San Martín.
«Quintar nos volvió a engañar»
El doctor José Edmundo Brizuela Mendoza, de la Clínica Virgen de Itatí de Quebrachal señala: “Hicimos un impase de un mes porque Noa Salud prometió mejorar el valor de las prestaciones. Ahora Quintar nos dice que entendimos mal, que no puede aumentar nada e insiste en mantener valores casi iguales a los que había antes del conflicto que ya lleva varios meses. Al haber rescindido Noa Salud en forma unilateral el contrato, los integrantes de la Asociación, en un gesto de buena voluntad, seguimos atendiendo hasta el lunes 12 de enero. Pero ante un nuevo engaño de Quintar las clínicas decidieron cortar definitivamente y por tiempo indeterminado la atención a los peones rurales afiliados a OSPRERA”
El presidente de la Asociación de Clínicas del Interior, Alberto Velásquez, informa que continúan las negociaciones con Noa
Salud por pedido de OSPRERA, ya que la Obra Social muestra preocupación, interés y buena voluntad para solucionar el conflicto y se ofreció como garante de un posible acuerdo.
Hay malestar en los afiliados de OSPRERA que son derivados a los hospitales o bien deben pagar la atención en los sanatorios. La medida afecta no sólo al segundo nivel (prácticas sanatoriales, internaciones, intervenciones quirúrgicas) sino también al primero (consulta médica) porque muchos de los médicos atendían en los consultorios de las clínicas.
Guillermo Quintar, de Noa Salud, ha respondido a los cuestionamientos de ACIDSal con desmentidas en solicitadas. El empresario jujeño afirma que cumple con los pagos, que se está mejorando el sistema y que la crisis económica no permite mejoras sustanciales.
Si fracasan las negociaciones en marcha, que el presidente de ACIDSal, el doctor Alberto Velásquez calificó como “un último intento”, el corte de la atención y de la relación con Noa Salud será definitivo.
Entonces comenzaría un éxodo -apoyado por empresas agropecuarias que respaldan el reclamo de ACIDSal- de afiliados descontentos con la situación actual. Las obras sociales hacia donde podría apuntar esta migración son OSPIS, INTEGRAL y OSFE.
¿Cuántos afiliados son? En ACIDSal calculan que más de 20 mil titulares y unos 80 mil en total sumando los beneficiarios del grupo familiar. Para OSPRERA y Noa Salud son muchos menos. El padrón de afiliados nunca fue mostrado y es uno de los secretos mejor guardados…15 mil titulares y 50 mil beneficiarios quizá sea un número que se acerque a la realidad en un sector que creció al ritmo del boom agrícola que vivió Salta en los últimos años.