Mosconi, Vespucio, Embarcación, Ballivián, Acambuco, Cerrillos. Con un total de cinco cortes de ruta en el norte de la provincia y otro a las puertas de la capital, se marcó ayer un pico dentro del clima de conflictividad social en la provincia.
Los cortes adoptaron distintas modalidades, y algunos fueron levantándose al ritmo de la atención a los reclamos por parte de las autoridades. Pero como un termómetro que marca la fiebre, ellos indican un alta conflictividad social en medio de un mes de enero en el que los que pueden ya abandonaron la provincia rumbo a sus vacaciones de mar o de sierra y otros se quedaron para hacer turismo en Salta, como recomienda el gobierno.
Pero para muchos salteños las vacaciones son un sueño imposible porque permanecen atrapados en el infierno de la desocupación, la falta de servicios básicos, la carencia de un servicio de salud adecuado o la marginación por pertenecer a culturas originarias desatendidas por el estado.
El reclamo en el norte pasa por la demanda histórica de puestos de trabajo en una zona donde la desocupación se volvió endémica tras la privatización de la empresa estatal de petróleo YPF.
La decadencia de la región llevó a conflictos durísmos en la gestión de Romero, que dejaron 5 muertos y decenas de heridos
como saldo de la sangrienta represión a la protesta social.
Dentro de ese marco tradicional de reclamo que se mantiene ya por más de una década aparecieron también ayer jueves como demandas específicas: el pedido de mejoras para un hospital (Embarcación), de atención a los problemas de comunidades aborígenes (Ballivián), de provisión de servicios básicos como agua y luz a un asentamiento muy precario (Las Tunas, Cerrillos).
El caso de Las Tunas, como otros muchos de la capital y de Orán, marca el grado de la emergencia habitacional en la provincia: familias que no pueden pagar un alquiler y terminan en ranchos en asentamientos sin servicios. Ahí comienza otra lucha: con las autoridades para obtener agua, luz, cloacas o directamente con la policía que los reprime para sacarlos del lugar.
Todos miran al gobernador Juan Manuel Urtubey. Él dice que no es mago y cuestiona el método de reclamo de los cortes y piquetes.
En un reportaje publicado en La Nación el 14 de noviembre de 2007, en respuesta a una pregunta sobre la pobreza en el norte provincial, Urtubey dijo que iba a revertir esa situación a través de un plan de industrialización.
Tal vez ha llegado el momento de crear un fondo de reparación histórica conjunto entre la provincia y la nación que tienda a mejorar la situación en el departamento San Martín, que ha entregado muchos recursos a Salta provenientes de su riqueza petrolífera y gasífera, pero que no ha logrado en la úlltima década salir de su postergación y decadencia.
