Hoy a las 19.30, se inaugurará Crónica de una Pasión Americana , en el Museo Provincial de Bellas Artes de Salta (Av. Belgrano 992). Se trata de la exposición antológica del artista Joaquín Ezequiel Linares (1927-2001), que reúne sus obras fundamentales, representativas de las diversas etapas estéticas y técnicas de su vasta producción.
La muestra fue organizada conjuntamente por el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, de la Ciudad de Buenos Aires, el Ente Cultural de Tucumán y la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos de la Secretaría de Cultura de la Nación. Contó con la importante contribución de la viuda del artista, señora Yolanda Del Gesso y de la Fundación Miguel Lillo, de Tucumán.
Se trata de una exhibición itinerante- la mayor que se le haya dedicado al autor- que a la fecha ha sido expuesta en el Museo Sívori y en las salas Culturarte, en San Salvador de Jujuy. Tras su paso por el Museo Provincial de Bellas Artes de Salta, la muestra arribará al Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro, de San Miguel de Tucumán y culminará su trayectoria en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, de Córdoba.
Por su envergadura y alcance federal, esta exposición itinerante cuenta con el apoyo expreso y simultáneo de las máximas jerarquías culturales de la Nación, la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Tucumán- Jorge Coscia, Hernán Lombardi y Mauricio Guzmán, respectivamente- así como con el activo compromiso de sus pares provinciales en las demás jurisdicciones participantes: Mariano Ovejero, en Salta; José García Vieyra, en Córdoba y Jorge Noceti, en Jujuy.
La Curaduría General de la muestra estuvo a cargo del Director Nacional de Patrimonio y Museos, arquitecto Alberto Petrina y de la Directora de Artes Visuales del Ente Cultural de Tucumán, licenciada Claudia Epstein.
El acto inaugural estará encabezado por el secretario de Cultura de Salta Mariano Ovejero y la directora del Museo Provincial de Bellas Artes Magdalena García Pinto. Estarán presentes: la subsecretaria de Gestión Cultural de la Nación Marcela Cardillo y del director Nacional de Patrimonio y Museos y Curador de la muestra, arquitecto Alberto Petrina.
Joaquín Ezequiel Linares
La producción plástica de Linares transitó fundamentalmente por las tendencias figurativas manifestadas a partir de los años ‘60, con excepción de una breve experiencia abstracta en sus inicios. Su obra se caracteriza por la fuerza del color, con un estilo que oscila entre la ironía y el drama, la belleza y la crueldad.
El arquitecto Alberto Petrina señala que “Joaquín Ezequiel Linares ocupa un espacio de excepción dentro del horizonte del arte argentino y latinoamericano del Siglo XX, espacio determinado por varios y gravitantes factores: el don de una creatividad prodigiosa, una definida conciencia de pertenencia y una obra de sostenido nivel y fecunda extensión”.
Además, “Se trata de exposición antológica que la Nación debía a uno de sus más grandes artistas y que transita un camino que une a Buenos Aires con su querida Tucumán, incluyendo estaciones en Córdoba, Salta y Jujuy. Si lo pensamos bien, el recorrido mismo simboliza la tarea a la que Ezequiel Linares dedicara su vida: esa apasionante travesía cultural que él plasmara en su obra polifónica y que ahora retorna en esta itinerancia luminosa que se adentra hacia el Norte, hacia ese otro país que se recoge en dulces sierras y herméticas montañas, que se abre en cejas de selva lujuriosa y araña el cielo más transparente de América”.
A su vez, la directora del Museo Sívori, de Buenos Aires, María Isabel de Larrañaga, apunta: “Aunque nacido en Buenos Aires, Linares eligió como sede de su destino vital al tumultuoso corazón cultural de nuestro Noroeste, imaginando y produciendo allí su obra sustantiva. La dimensión de su impulso creativo venía así a afianzar el prestigio del polo tucumano dentro del ámbito de las artes visuales latinoamericanas y la luz encendida por Spilimbergo y sus compañeros de ruta durante los años ‘40 y ‘50 era magníficamente renovada por un artista que unía la grandeza de su lenguaje a la fuerza de un discurso de inusual originalidad. Agreguemos que en Ezequiel Linares recordamos, además, al hombre de sentimiento nacional y americano que supo dotar a su tarea de una perspectiva cultural continental”.
Joaquín Ezequiel Linares nace en Buenos Aires en 1927, donde es fundador e integrante del Grupo Sur (1957-1961). En 1960 viaja a Europa becado por el Fondo Nacional de las Artes y en 1962 se radica en San Miguel de Tucumán, donde a la par de su producción artística ejercerá una brillante labor docente al frente de la Sección Pintura del Departamento de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Alejado de su patria chica adoptiva durante la dictadura militar, entre 1980 y 1984 reside en Madrid y participa de la Bienal de Venecia. Su extensa obra reconoce etapas que se visualizan en diversas series, entre las que se destacan las del Virreinato del Río de La Plata y el Neovirreinato- dos sarcásticas visiones sobre el pasado colonial hispanoamericano- así como El Jardín de la República y La Larga Noche Latinoamericana, que denuncian el clima de creciente opresión de las dictaduras militares en el continente. Otras series de indudable sugestión son las dedicadas al mundo del circo, del tango y de la vida prostibularia tucumana.
A lo largo de su fecunda trayectoria artística, Linares obtendrá numerosas distinciones, entre las que se destacan el Primer Premio del Salón Nacional de Artes Plásticas (1966), el Gran Premio del Departamento de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán (1970), el Primer Premio del Salón Nacional de Tucumán (1971), el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Artes Plásticas (1973) y el Gran Premio del Salón de Rosario (1979).