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viernes, mayo 3, 2024

Cultura Vaivén con Cinedebate de luxe

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Resulta ser, que como comentamos en el Cinedebate del jueves pasado, vamos a pasar una película que no se vio en ninguna pantalla grande… Y por primera vez en Salta, como no podía ser de otra forma, El Clásico de los jueves te la presenta a solamente dos pesitus.

¿De qué película hablamos? De Machuca…

¿Te dio curiosidad? Te dejamos algo de data…

Ah!, y encima de todo para el debate, tenemos invitados súper zarpados. Así que no digas que no te avisamos…

– Sinopsis y ficha técnica:

Dirigida por Andrés Wood, con Matías Quer, Ariel Mateluna, Manuela Martelli, Aline Kuppenheim, Ernesto Malbrán, Tamara Acosta.

Hubo antes otro 11 de septiembre, mucho más trágico, pero con menos marketing histórico. Aquel día de 1973 fue derrocado el gobierno democrático de Salvador Allende en Chile. Allende resistió en el Palacio de la Moneda los embates facciosos de Augusto Pinochet y su ejército, y terminó suicidándose. Este hecho es una de las tantas bisagras de la Latinoamérica de los 70′.

Esa que se sumió en la más absoluta de las oscuridades. Machuca retoma esos episodios, desde el antes y el después, a través de la relación sentimental de tres niños de diferentes clases sociales. Y lo hace con una ternura inusual, alejándose del panfleto facilista, pero sin evitar una mirada política. Aunque a juzgar por ciertas decisiones de puesta en escena, la mirada podría ser tildada de pop-lítica. Por un lado tenemos a Gonzalo Infante (Matías Quer), un pelirrojo de familia acomodada, y por el otro a Pedro Machuca (Ariel Mateluna), que vive en una villa y anda siempre acompañado por su prima Silvana (Manuela Martelli). Ellos tres serán el eje central, que el director Andrés Wood utilizará como alegoría de la lucha de clases, aunque sin transformarlos en marionetas de sus opiniones.

El conflicto del film, en los días previos al golpe de estado, llega cuando un cura progresista decide, como “experimento” social, incluir chicos carenciados en los diversos cursos de un colegio religioso. Si bien esto permitirá que Infante y Machuca se conozcan, a la vez será el germen de una violencia que se revelará atroz. La claridad expositiva es una de las virtudes de esta película chilena, y lo que la transforma en una obra de fácil visión, que no es lo mismo que simplista (aunque muchas veces recurre a la simplicidad para hablar de los “grandes” temas). Machuca está construida sobre los cimientos de una narración bien clásica, por lo que obviamente la relación de ambos jóvenes no será de lo más fluida al principio, para luego transformarse en una amistad férrea y singular. Los pibes se acercarán a sus respectivos presentes en forma de sueño.

Aunque siempre prevalecerán los ojos extrañados de Gonzalo Infante –su gris melancolía es el túnel por donde el film transita (in)cómodamente- quien se abrirá a un mundo nuevo, uno que nunca imaginó, lleno de privaciones, pero repleto de sentimientos, sensaciones y experiencias.

Como aquellos besos con leche condensada que se prodiga el trío de púberes en uno de esos momentos cinematográficos para atesorar. Gonzalo es la representación más certera del hombre chato de oficina en su mismísima concepción. Las realidades de ambas familias sirven de contrapunto, aunque la mirada se concentra mayormente sobre las acciones de los Infante, cuya madre es una careta conservadora y el padre un hombre de visión más progresista. Y si bien no hacen demasiada mella en el transcurrir de la historia, se nota que la frescura con la que el director consigue retratar a los chicos se pierde cuando el mundo de los grandes prevalece. Allí se ven las cartas y las intenciones, se redunda en elementalidades, y lo político resulta trillado (las manifestaciones, la reunión de padres en el colegio son claros ejemplos de ello).

– CULTURA VAIVÉN

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