La Orquesta y el Coro Juvenil e Infantil de Tartagal integrado por 170 participantes y 3 profesores funcionó regularmente durante el 2011 de octubre a diciembre, trabajo que dio muestras en un concierto de cierre.
Para la continuidad de esta labor social que implica contener, rescatar e incluir a la juventud y niñez tartagalense, se presupuestó una suma de dinero con fondos del Municipio que en su momento fue aprobada. Por un decreto del intendente, esos fondos dejaron de llegar, se retrasaron los pagos a los profesores para el traslado y se ocasionaron una serie de inconvenientes, pero el dinero se ha destinado a otra cosa.
Los responsables del proyecto asumieron un compromiso ético con estos chicos y con la comunidad y decidieron concretar las actividades programadas para este año para luego decidir y planificar la viabilidad y persistencia de la Orquesta.
Las autoridades le dieron la espalda al reclamo de familiares de los chicos sin entender que a través de la música se revaloriza la cultura propia y ajena, se promueve y fortalece el equilibrio armónico de las potencialidades psíquicas y artísticas de los niños y jóvenes de la zona, además de que mejora su calidad de vida.
El proyecto surgió como respuesta a la demanda y a la necesidad de expresarse y sentirse partícipe, como un modo de llenar el vacío socioeconómico de la región y la falta de oportunidades para niños y jóvenes.
Algunas empresas y organizaciones no gubernamentales quieren solidarizarse con esta iniciativa cultural y es por ello que sus integrantes han decidido armar una Fundación. Algunos artistas están apoyando la continuidad de la Orquesta y es para ello que se organizó la Peña Solidaria «Abriendo puertas», con la presencia de José García, Gustavo Córdoba, Lucía Guanca, Marcela Ceballos, Gastón Cordero, Coyuyo Zárate y Valentina Moisés.
Pero todo el pueblo salteño debe saber que las bestiales actitudes de los funcionarios cierran no sólo puertas a nuestros niños y jóvenes sino que intentan destruir sus sueños. Lo que es peor: les roban la educación y la cultura.
Con la ilusión de los pibes no se juega.