El Museo Egidio Feruglio (MEF) trabaja en la réplica del megadinosaurio descubierto en Chubut. Antes de fin de año, se montará su réplica en tamaño real, de unos seis pisos de altura y unos 40 metros de longitud.
El problema es que, por dimensión descomunal de este dinosaurio, no se puede realizar el montaje de sus huesos en las instalaciones del Museo, porque no entra. Por ello, este gigantón de Chubut anda en busca de un techo bajo el cual quedarse.
El paleontólogo José Luis Carballido, quien lidera la investigación de esta especie que prontamente tendrá nombre, anticipó a la Agencia CTyS que “no sólo trabajamos para reconstruir su esqueleto, sino que también estamos haciendo una reconstrucción de cómo fue en vida, es decir, con piel y todo, y la idea es que es que pueda estar a la intemperie”.
Así, habrá una réplica montada de su esqueleto articulado, que estaría lista antes de fin de año, y una estatua de cómo fue en vida este megadinosaurio, acaso para comienzos de 2016. Ambas serán en su tamaño real.
Carballido comentó que, como se encontró casi la totalidad de sus huesos, la medida será muy exacta. Por ahora, estima que este ejemplar midió entre 36 y 40 metros de longitud, aunque, en pocos meses, se estará en condiciones de dar una medida aun más precisa.
Este titanosaurio, el más grande entre todos, saldrá de ayuda del Argentinosaurus y el Puertasaurus, gigantes que también fueron hallados en Argentina. Es que de ellos se encontraron pocos fósiles y, por ello, ahora, se podrá dar una estimación poco más acertada de las medidas que tuvieron.
“La comparación con el Argentinosaurus, por ejemplo, no es tan sencilla, pero, en todas las medidas que nos fue posible establecer, dio que el ejemplar que se descubrió 260 kilómetros al oeste de Trelew, en el establecimiento La Flecha, era entre un 5 y 10 por ciento más grande”, detalló Carballido.
Las réplicas de un gigante
No es sencillo copiar a uno de estos ejemplares en tamaño real. Este fin de semana, el 26 y 27 de junio, el MEF abrió sus puertas al público y, con ingreso gratuito, explicará cómo es el proceso de reconstrucción.
Desde hace un año, se exhiben algunos huesos originales de este ejemplar en el MEF. Carballido explicó que “un montaje de todo el animal completo, genera un impacto mucho mayor, pero para ello hay que hacer réplicas, porque los fósiles petrificados son muy pesados”.
Los visitantes podrán conocer a los técnicos que están realizando las copias de cada uno de los restos hallados, quienes explicarán cómo se hace el moldeado, réplica y montaje. En tanto, seguirá a la vista de todos un fémur original (ver foto) y uno de los brazos anteriores de este titanosaurio que vivió hace 70 millones de años.
La leyenda del saurópodo sin cabeza
Si bien su sus medidas serán definidas con rigurosidad científica, podrá comenzar cierta leyenda sobre este dinosaurio cuando la gente se pueda parar al lado de alguno de los dos montajes que se están armando.
De este ejemplar se encontró prácticamente todo el esqueleto completo. A grandes rasgos, solo le faltaba la cabeza. “A diferencia de otros animales, en los saurópodos, la pieza más difícil de encontrar es siempre el cráneo, porque eran proporcionalmente muy pequeños y poco robustos en comparación al resto del cuerpo y que las probabilidades de su preservación sean mucho más bajas”, explicó el investigador Carballido.
Puede que esa cabeza nunca haya llegado a sepultarse, que quizás haya salido flotando por algún río o que otro animal la haya pisado y destruido, sin mala intención, desde luego. De hecho, solamente se le pudo encontrar un diente.
El paleontólogo comentó lo que harán para lograr una reconstrucción tentativa de cómo fue su cabeza: “Si bien el cráneo es lo que más cambia en la evolución y es lo que menos se conoce en el caso de los saurópodos, nuestra tarea es ver qué animales estaban más emparentados con esta nueva especie y aproximarnos a cómo fue su cabeza”.
– Lic. Emanuel Pujol
Agencia de divulgación científica CTyS
Instituto de Medios de Comunicación
Universidad Nacional de La Matanza