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lunes, mayo 13, 2024

El economista de la muerte

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Descendiente de una familia de ricos estancieros que fueron presidentes de la entidad de los grandes propietarios de tierras, la Sociedad Rural Argentina, y propietarios de 2.500.000 hectáreas de terreno en la Patagonia, tierras entregadas por el general Julio Argentino Roca tras la conquista del (mal llamado) desierto, José Alfredo Martínez de Hoz tenía 20 años cuando fue designado ministro de Economía de la provincia de Salta por los jefes de la Revolución Libertadora, en 1955.

Luego fue secretario de Agricultura y Ganadería de la Nación y ministro del presidente de facto José María Guido (1962-1963). Ya dominaba en los sectores bancarios, financieros, industriales y agrarios.

Mientras tanto, dirigió la estancia Malal Hué, la aseguradora Buenos Aires Compañía de Seguros, la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad; presidió la petrolera Petrosur y la financiera Rosafin. Tras su amistad con los millonarios norteamericanos Rockefeller, fue titular de la acería Acindar. Este currículum lo llevó, por pedido del poder norteamericano, a ser el ministro de Economía del teniente general y dictador Jorge Rafael Videla, tras el golpe militar del 24 de marzo de 1976. Desde allí dirigió el hundimiento económico de la patria y el pueblo. Y avaló el terrorismo de estado, necesario, según su ideología, para eliminar a los pequeños y medianos empresarios y los trabajadores.

Según declaraciones de este sujeto –formuladas en la investigación abierta tras el regreso de la democracia en relación a la nacionalización dolosa de la Compañía Italo Argentina de Electricidad, de cuyo directorio era miembro cuando se pagó 300 millones de dólares por una compañía descapitalizada- en 1975 visitó a Videla junto a otros miembros del Consejo Argentino Empresario para solicitarle que contribuyera a preservar el orden en las circunstancias que impedían “la libertad de trabajo, la producción y la productividad”.

En el curso de sucesivas entrevistas con los líderes del Ejército se diseñó un sistema de espionaje y vigilancia, coordinado con las fuerzas de seguridad y la inteligencia militar, orientado a identificar a los principales activistas sindicales.

El periodista Vicente Muleiro, en su obra “1976, El Golpe Civil” , escribió que Martínez de Hoz fue uno de los principales impulsores del terrorismo de estado. “A esos hombres de negocios les preocupaba más, mucho más, la toma de conciencia de los sectores populares, la militancia fabril, la politización de los sectores medios, el soplo fuerte de los discursos críticos en el ámbito cultural”.

Martínez de Hoz, acusado de crímenes terroristas, fue indultado por el ex presidente Carlos Menem.

El 4 de mayo de 2010, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, se dictó su prisión preventiva. Está preso dentro de su casa.

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