El jueves 3 de noviembre en el Salón Auditórium se presentó el unipersonal “Mi reina, amorcitocorazón” de Beatriz Mosquera, con la actuación y dirección de Edda Díaz, escenografía, vestuario e iluminación de Salvador Macari, esposo de la afamada actriz.
Con ese encanto particular de Edda Díaz, conquista al público delineando un personaje cotidiano, que intenta ver la vida con humor. Pero su historia va construyendo verdades profundas y dolorosas de una mujer que sufre la violencia familiar. Las lágrimas se hacen inevitables y nos peguntamos ¿Qué habrá hecho para merecer esto?
La Nancy recibió una educación “tipo” por la que absorbió la idea de casarse con el príncipe azul. Feliz, relata su aventurado paso por el amor, cuando se enamoró de un estudiante de ingeniería que se convirtió después en un chapista. Poco a poco, la vida se fue tornando gris, sobre todo con la enfermedad de su suegra y la nueva mal habida vida hogareña que transitó llena de vulgaridades y chaturas emocionales. Su maternidad fue una luz en su vida, pero al cabo, cuando los niños crecieron, los problemas se agrandaron y llegó la droga y la prostitución a la vida de sus seres más queridos.
Edda logra colocarnos en un friso que revela la cruda realidad que asedia a la Nancy, mujer que hasta de lo malo saca su mejor parte. No culpa a nadie de su vida, asume cada tramo con una naturalidad que bordea la ternura, y lejos de sentirse víctima, es esa heroína mundana que cada mañana se toma un micro para ir al trabajo con su mejor sonrisa.
Desde allí, la obra se transmuta en una irresistible pintura social de una mujercita adorable, sufrida, golpeada por la vida, cuya sencillez es muestra de un prototipo de persona con brillo propio.
Después del primer golpe del rústico y violento marido, soportó cada embestida hasta que convertida en abuela de dos niños abandonados por su hija, asume el papel de la mujer que decide. En esa decisión, está su plena reivindicación. La Nancy esperó 25 años para liberarse de tantas ataduras morales que la pusieron en el lugar poco deseado donde se encontraba, padeciendo la fiereza de la violencia, el desamor, el abandono, la ignominia.
Edda Díaz, con una ductilidad increíble, arranca al público risas y lágrimas. Su talento muestra la ambivalencia de su personaje, con el que descubre el revés de la supuesta felicidad que rezumaba el matrimonio, y que en realidad acaba por jibarizar su vida.
Al término de la función, Edda agradeció al público su asistencia a la función y expresó “hace diez años que con la Parodi venimos amagando hacer algo…” Finalmente se concretó. La actriz y Administradora de la Sala, Ana María Parodi, subió al escenario y entregó a Edda un recordatorio por su paso en las tablas salteñas por la que su presencia “nos honra”. Ana María destacó la colaboración de Guillermo Clasadonte quien hizo posible traer a Edda a Salta.
Ya en su camarín, el abrazo a la actriz por parte de esta espectadora crítica, no hizo más que evidenciar una profunda admiración hacia su trabajo. Edda contó a quienes estábamos allí, Cristina Idiarte, Roxana Lugones y quien escribe, la apretada agenda que lleva adelante y los numerosos proyectos escénicos que la esperan. Entre sus fructíferas actividades, mencionó un seminario sobre “Aproximación al humor” que se realizó con éxito y del cual le quedaron anécdotas maravillosas. Salvador Macari no sólo es su compañero de vida, sino también, quien la apoya en su actividad artística. Edda se mostró feliz con su carrera. “Vengo de hacer papeles intensos”– remarcó.
El protagónico en “Mi reina amorcitocorazón” está hecho a su medida, sólo una actriz de su talla puede crear desde el humor, un drama tan escabroso.
Ídola.
Más sobre Edda
La señora Edda Díaz es actriz, humorista, libretista, autora, escritora, creadora de sus propios personajes, maestra de actores y ha transitado todos los medios de difusión ejerciendo su talento, Teatro, Radio, Televisión, Cine y diferentes medios gráficos como humorista.
Su nombre completo es Esther Edda Ana Díaz, Actriz, madre, esposa y argentina, como diría Jorge Luz.
Nacida en Aguilares, provincia de San Miguel de Tucumán, de tres hermanos, la del medio, destacada desde niña por su pelo rojo, su ángel y su risa.
Esta artista popular creadora del Café Concert, sin más compañía que un enorme talento, se presenta sobre las tablas de cuanto Teatro se cruza en su camino, para hacer reír, llorar y enternecer a toda clase de público sin diferencias de edades, con sus maravillosas creaciones unipersonales y su particular estilo.
En el 2007 cumplió sus primeros cuarenta y un años de labor teatral y aunque fue preparada por sus maestros (María Rosa Gallo y Alfredo Alcón, entre otros) para ser una actriz dramática, su vocación la volcó al humor y a él dedicó la mayoría de su tiempo y labor hasta ahora. (http://www.eddadiaz.com.ar)