Anoche, a Sala llena, Salta volvía a recibir a la estrella del humor con un nuevo espectáculo que los salteños podrán volver a disfrutar esta noche a las 22 hs. en el Teatro del Huerto.
Sin dudas el nombre del artista no necesita mayores referencias. El «flaco» tiene muchos años en el escenario de Salta, y como él mismo lo dice, es un poco salteño… Durante su presentación, entre chistes e imitaciones como solo un mago del humor como él puede hacerlo, mostró lo bien que nos conoce: no se olvidó ni de nuestros políticos y sus escándalos, ni de nuestras costumbres culinarias ni de las muletillas lingüísticas que usamos… «pue…»
El espectáculo inicia con él como Jarry y su truco infalible: hacernos reír; y aunque posee un talento real para eso, la verdadera ilusión sale de su genialidad para crear personajes y dirigir un show que con pocos elementos solo deja lugar a la risa… esa que se derrama en carcajadas, durante dos horas veloces. Hay magia pura en el escenario que llega de la mano de su asistente, el mago e ilusionista Gustavo, quien en minutos deja al público atónito con las habilidades que posee y al flaco con los «huevos llenos», a pesar de todos los intentos del cómico por ponerlo en ridículo.
Es evidente que hay un show armado y bien ensayado, pero lo extraordinario es que no es necesario seguir libretos, conocemos su sello y sus chistes aunque la capacidad para sorprender y hacer reír fluyen naturalmente, todo el tiempo. Así, el espectáculo se renueva minuto a minuto y la improvisación se vuelve otro elemento empleado de manera fantástica. Si bien la temática de la magia abre la posibilidad a todos los cuadros que se ven dentro de la puesta, también es cierto que le sienta perfecto y le sirve de excusa para expresar todo lo demás y darnos el gusto de ver las variadas facetas artísticas que lo hacen un artista completo.
Con la participación de algunos integrantes del público, dos bailarines y el acompañamiento de sus clásicos músicos Germán Náger y Agustín Bartolomé, «El desilusionista» es verdaderamente hechizante, tanto… que reírse de la risa misma es uno de sus efectos.
– Foto tomada por Salta 21
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