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viernes, marzo 29, 2024

El matrimonio entre católicos

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Estoy completamente a favor del permitir el matrimonio entre católicos. Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo.

El catolicismo no es una enfermedad. Pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, los católicos son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, homosexuales.

Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como por ejemplo su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos o su justificación de las guerras (¡sus sacerdotes han llegado a bendecir armas!).

Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos.

Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas que, unidas por el amor, buscan compartir un proyecto en común, dándose contención emocional y económica.

También, dado que el sexo y los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios forzados o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando la violencia en el hogar y las familias disfuncionales.

Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familas católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una manera un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso, pues, aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: también estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.

Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo ”¿católicos adoptando hijos?”, “¡esos niños podrían hacerse católicos!”.

Escucho ese tipo de críticas y respondo que si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos ya he argumentado antes que los católicos son personas como cualquier otra.

Pese a algunos indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño.

Además, los tribunales de adopción juzgan individualmente cada caso, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los adoptantes para desempeñarse en el rol de padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que a los católicos debería permitírseles tanto el matrimonio como la adopción.

Exactamente igual que a los homosexuales.

Por Jorge Schussheim

Blog:creatividad

Email: jschussheim@gmail.com

3 COMENTARIOS

  1. El matrimonio entre católicos
    Escribir no es una tarea facil y mucho menos si uno encara la escritura de una postura frente a un determinado hecho puntual intentando ser lo mas crativo posible, sin utilizar el lugar comun, sin agredir fehacientemente a quienes ostentan la posición antagónica a la de uno y de paso dándole una lección de tolerania y de humanidad, si se quiere. En el caso de esta nota mucho de lo descrito condice con ella, por ello doy las gracias al autor. Ojala muchas de estas “ocurrencias” nos despabilen cotidianamente para sacarnos de la banalidad en que cayeron los medios comunicacionales y hechen cierta luz sobre temas que algunos pretenden que queden en las penumbras, por no decir oscurantismo. Gracias.

  2. El matrimonio católico
    Supongo que el ocurrente autor de la nota también estará completamente a favor de permitir el matrimonio, no sólo entre católicos, sino también entre evangélicos, judíos, ateos, agnósticos, musulmanes,etc. Y supongo, también, que quienes quieren ‘matrimoniarse’ a toda costa también querrán defender su ‘institución’ evitando el divorcio. Y supongo que quienes también quieren ‘adoptar’ a toda costa querrán defender a toda costa la vida oponiéndose al aborto. O quizás, el ocurrente Schussheim no llegue ya a tanto y se quede, nomás, en la pura ‘ocurrencia’.

    • El matrimonio católico
      Naturalmente que estoy a favor del mestizaje. La preservación de la pureza de la sangre y de las creencias nos ha llevado a las persecusiones y a las guerras.
      Estoy a favor de todas las uniones interreligiosas e interraciales, así, en pocas generaciones, terminaremos con las religiones y con los distintos colores de pieles que hoy nos diferencian, y seremos todos iguales.
      El divorcio debe ser la libre elección de quienes se casen.
      Y el aborto, elección exclusiva de las mujeres. Los hombres no tenemos derecho a meternos con los derechos de ellas.
      Por último, deseo aclarar que el texto de la nota no me pertenece: me llegó anonimamente y así lo aclaré cuando lo postée.

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