Francisco se informa con los diarios on line, recibe muchos datos por teléfono y lee cierta correspondencia reservada que llega por valija diplomática desde la Nunciatura Apostólica.
El Papa conoce los secretos políticos de la Argentina y pesa en las decisiones que se asumen en Buenos Aires. No levantará el pulgar a favor de un determinado candidato presidencial, pero sus comentarios serán clave en la cocina del poder. Francisco influirá en los comicios de 2015, aunque en los medios de comunicación se sostenga lo contrario.
«Si se refiere a la elección de presidente, no. Si se refiere a la identidad política del proyecto de gobierno, al cambio del neoliberalismo por una visión humanista y social, sí», contestó Julián Domínguez, presidente de la Cámara Baja cuando le preguntaron sobre Francisco y los comicios presidenciales de 2015.
Domínguez desmiente, lo que es obvio. Todos los candidatos a presidente sueñan con la foto en el Vaticano, y su posicionamiento político está directamente relacionado a esa foto junto al Papa. No es lo mismo una foto en la audiencia pública de los miércoles, que un retrato a solas en el comedor de Santa Marta. Y menos todavía que Francisco niegue la foto por entuertos domésticos que aún están sin resolver.
La visita a Francisco implica un reconocimiento de poder y un peso propio en la agenda nacional. Los candidatos hacen lobby para llegar al Vaticano y el Papa administra su influencia en la agenda nacional. A Pablo Moyano, en medio de la batalla de la basura en Quilmes, lo recibió en la audiencia pública de los miércoles. Y con Domínguez, que ya había dado explicaciones sobre un complejo personaje de su entorno político, se sacó una foto tras la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII.
Mauricio Macri ya fue al Vaticano, igual que Julio Cobos y Daniel Scioli. Falta Sergio Massa, que operó en contra de Jorge Bergoglio cuando aún no era Francisco. El Papa no olvida las acciones del entonces jefe de Gabinete y lo puso en el freezer, pese a los pedidos de audiencia que ha recibido desde que llegó al Vaticano.
Todos los candidatos a presidente planifican tres viajes al exterior: América Latina, Estados Unidos y el Vaticano. Francisco, como Perón en los 70 y el presidente de los Estados Unidos en los 90, será Gran Elector en los próximos comicios presidenciales.
– Por Román Lejtman
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