15:29 | 20.01.2009 – Una multitud escuchó la invitación del nuevo presidente de los EE.UU. (Efe)
“Necesitamos una nueva era de responsabilidad de todos los norteamericanos. Esto define nuestro carácter, nuestro espíritu, ese es nuestro desafío. Dios nos pide que tengamos fe frente a nuestro destino”. Con estas palabras finales, en su primer discurso como 44º presidente de los Estados Unidos, Barack Obama sintetizó el espíritu de lo que será su gobierno a partir de hoy.
Emocionado por el clamor del público, tras su juramento, Obama comenzó su alocución con un gesto de cordialidad y de grandeza y agradeció al mandatario saliente, George W. Bush, «por lo que ha hecho por la nación» y por como se ha comportado en la transición. A continuación los pasajes más sobresalientes.
A su Nación. “Reafirmamos la grandeza de nuestra nación, entendemos que la grandeza debe ser ganada, nunca le llega la grandeza a aquellos que prefieran no trabajar o esforzarse. La grandeza llega a quienes hacen cosas. A hombres y mujeres que superan la oscuridad, a aquellos que buscan el camino hacia la libertad. Nosotros tuvimos que atravesar océanos para llegar a esa grandeza”
“Nuestras mentes siguen siendo las mismas que antes de la crisis. Pero llegó el tiempo para tomar decisiones difíciles. A partir de hoy podemos levantarnos y empezar a trabajar para reconstruir Norteamérica”.
“Hoy yo les digo a ustedes que los desafíos que nosotros enfrentamos son reales. Son serios y son muchos. No se arreglarán fácilmente o en un corto espacio de tiempo. Pero que se sepa que ellos serán resueltos”.
“En este día, nos reunimos porque hemos elegido la esperanza por encima del miedo, la unidad de propósito por encima del conflicto y la discordia”.
“En este día, venimos a proclamar un fin a los insignificantes agravios y falsas promesas, las recriminaciones y dogmas ya gastados que por demasiado tiempo han estrangulado nuestra política”.
“Lo que los cínicos no entienden es que la tierra ha cambiado, que los argumentos políticos rancios que nos han consumido por tan largo tiempo, ya no se aplican”.
La crisis y la economía. “Lo importante para saber ahora, que llegamos a un piso, no es si el Estado es grande o chico. La pregunta es si ayuda a conseguir trabajo o si permite crecer a una familia. Si la respuesta es si, podemos avanzar”.
“Ya no tiene que ser una pregunta, si el mercado servirá o no. El mercado siempre puede estar fuera de control. El mercado no va a funcionar cuando siempre se busca la prosperidad. La grandeza no se logra sólo con el PBI, sólo se logra cuando cada uno prospera. Pensando así vamos a llevar a la grandeza, al crecimiento individual”.
“Que estamos en medio de una crisis es ahora bien entendido. Nuestra nación está en guerra, contra una red de largo alcance de violencia y odio. Nuestra economía está debilitada, una consecuencia de codicia e irresponsabilidad por parte de algunos, pero también nuestro fracaso colectivo por hacer duras elecciones y preparar a la nación para una nueva era”.
“Hogares se han perdido; se han despojado trabajos; negocios se han cerrado. Nuestro sistema de salud es demasiado costoso; nuestras escuelas le fallan a muchos; y cada día evidencia aún más que el modo en que nosotros utilizamos la energía fortalece a nuestros adversarios y amenaza a nuestro planeta”.
“Estos son los indicadores de crisis, sujetos a los datos y estadísticas. Menos mensurables pero no menos profundos es una pérdida de confianza a lo largo de nuestra tierra, un miedo persistente que la decadencia de América es inevitable, y la próxima generación debe bajar sus miras”.
Política exterior. “En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falsa la opción entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentaron peligros que nosotros podemos escasamente imaginar, bosquejaron una carta constitucional para asegurar la regulación de la ley y los derechos de hombre, una carta constitucional extendida por la sangre de las generaciones. Esos ideales todavía encienden al mundo, y no renunciaremos a ellos por una mera cuestión de conveniencia”.
“Y para todas las otras gentes y gobiernos que están mirando hoy, de las más grandes capitales al pueblo más pequeño, donde nació mi padre: sepa que América es una amiga de cada nación y cada hombre, mujer, y niño que buscan un futuro de paz y dignidad, y que estamos listos para llevar esto adelante una vez más”.
“Las generaciones anteriores le hicieron frente al fascismo y al comunismo no sólo con proyectiles y tanques, pero con alianzas fornidas y perdurables convicciones. Ellos entendieron que nuestro poder solo no puede protegernos, ni nos da derecho a hacer lo que nos plazca a nosotros. En cambio, ellos supieron que nuestro poder crece a través de su prudente uso”.
“Nosotros empezaremos a dejar responsablemente Irak a sus personas, y forjaremos una paz duramente-ganada en Afganistán. Con viejos amigos y anteriores enemigos, trabajaremos sin descanso para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro de un calentamiento del planeta. Nosotros no nos disculparemos por nuestro estilo de vida, ni vacilaremos en su defensa, y para aquellos que buscan avanzar en sus objetivos induciendo el terror y matando a los inocentes, nosotros le decimos ahora que nuestro espíritu es más fuerte y que no puede romperse; ustedes no pueden sobrevivirnos, y nosotros los derrotaremos”.
“Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes. Nos formamos por cada idioma y cultura, y porque hemos saboreado la amarga porquería de la guerra civil y segregación y emergido de ese capítulo de oscuridad más fuertes y más unidos nosotros nos podemos ayudar pero creemos que los viejos odios pasarán algún día; que las líneas de tribu se disolverán pronto; que cuando el mundo sea más pequeño, nuestra humanidad común se revelará; y esa América debe jugar su papel marcando el comienzo de una nueva era de paz”.
“Al mundo musulmán, que busca una nueva forma de avanzar, les pedimos que lo hagan respetando al otro. Aquellos que critican a occidente, sepan que la gente los va a juzgar por lo que hacen, no por lo que destruyen”.
”A las personas de naciones pobres, nosotros les prometemos trabajar junto a ustedes para hacer que granjas florezcan y permitir que las aguas limpias puedan fluir; para nutrir cuerpos famélicos y alimentar mentes hambrientas. Y a esas naciones como la nuestra que disfrutan de relativa abundancia, les decimos que nosotros ya no podemos permitirnos el lujo de la indiferencia a sufrir fuera de nuestras fronteras; ni podemos consumir los recursos del mundo sin tener en cuenta el efecto. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él”.
– Fuente: Crítica de la Argentina