El sobrino camillero del Chaqueño quiere triunfar como su tío

Gustavo Vázquez Palavecino se gana la vida como ambulanciero. «Mi tío también hizo de todo antes de llegar».

Aunque su gran sueño es llegar a ser tan popular como su tío, Oscar Esperanza “el Chaqueño” Palavecino, tres veces por semana, Gustavo Gastón Vázquez Palavecino se levanta muy temprano para viajar desde su casa ubicada en la localidad bonaerense de San Fernardo hasta el Hospital Municipal de Boulogne, donde trabaja como chofer-enfermero de un sistema privado de emergencias médicas que presta servicios para ese nosocomio. “Mi pasión es la música, porque todos los Palavecino la llevamos en la sangre. Pero, al igual que mi tío Oscar, también soy consciente de que no es fácil llegar. Mientras tanto, uno tiene que trabajar de otra cosa para poder mantenerse y para seguir alimentando el sueño de triunfar», afirma Gustavo, antes de continuar con su relato.

«No reniego de este trabajo porque me da de comer y me permite seguir alimentando la ilusión de ser alguien en la música. Muy pocos saben que mi tío también tuvo que trabajar de mil cosas para llegar a ser lo que hoy es. Fue lustrador de botas, vendedor de empanadas, cadete, camionero y chofer de ómnibus. A él tampoco le resultó fácil triunfar en el mundo de la música. Por eso yo también tengo que sacrificarme si es que quiero llegar. Igualmente, con ser un cuarto de lo famoso que es mi tío me doy por hecho”, admite quien apenas egresó de la Escuela Nacional de Educación Técnica Nª 1 de San Fernardo, hizo el curso de instructor de gimnasia en el instituto de Silvina Chediek, donde terminó dando clases de gimnasia a gente de la tercera edad. “Gracias a ese laburo me salió este trabajo de ambulanciero, ya que trabajar con gente adulta me fue acercando al área de salud y como mi amigo de toda la vida, Manuel Guzmán, trabajaba en una empresa de emergencias médicas, le pedí que me hiciera la pata para entrar. A los meses, además de dar clases de gimnasia también manejaba una ambulancia. Y los fines de semana le daba duro a la música”, afirma.

Nacido el 5 de septiembre de 1978 en el seno de una familia donde no se hacía otra cosa que escuchar folclore las 24 horas del día, a nadie le extrañó que también a Gustavo le picara el bichito de la música. Sin embargo, lejos de lo que su madre, Elsa Palevecino, y su padre, Ismael Vázquez, se imaginaban, a Gustavo le dio por la música tropical, lo que generó un verdadero revuelo familiar, especialmente por parte de los Palavecino.

“Cuando le llevé mi primer demo a mi tío Oscar, lo miró y me dijo: `¿Y el folclore dónde está?’. Sus palabras fueron decisivas para que me inclinara por el folclore, que es la esencia de la familia”, rememora quien hace cuatro años se dio el mayor gusto de su vida: cantar junto a su tío, «el Chaqueño». «Fue durante un festival que se hizo en un boliche de Burzaco que se llamaba El Ciclón. Después de que mi tío terminó de cantar me invitó a subir al escenario para cantar con él. No lo podía creer. Jamás me voy a olvidar de esa noche. Mi tío no sólo me da consejos sino que siempre trata de darnos una mano», afirma la voz principal de Sincopado, grupo musical folclórico que creó junto a su amigo Alejandro Constanzo hace poco más de tres años y con el que está a punto de lanzar su primer álbum musical. «El álbum se va a llamar ‘Sincopado, sólo basta pedirlo’ y, gracias al apoyo de la compañía discográfica Utopía, y en especial de su director artístico, ‘el Chino’ Suárez, estará en la calle a mediados de año», anticipa entusiamado antes de darnos los nombres de los integrantes del grupo. del cual él es la voz principal. «En el grupo me acompañan Alejandro Constanzo, en piano y voz; Ramón Chávez, en guitarra rítmica y voz; Juan Ledesma, en bajo; y Maximiliano Dessf, en bombo legüero. Además, tenemos dos fieles colaboradores, Hugo Santana y mi viejo”, explica, antes de pedirnos pasar el chivo de lo que será la próxima presentación de Sincopado. «Estamos preparando un megafestival que se llevará a cabo el próximo domingo 18 de abril en el Centro de Jubilados de San Fernando, que está ubicado en la calle Saavedra 2546 y que contará con la presencia de varios grupos folclóricos y de baile. Quién te dice que mi tío no nos da una sorpresa y se nos aparece en el escenario. Sería inolvidable», remata

– Luis Rodríguez – Semanario

Fotos: Martín Arias y gentileza Rubén Gobetti