La desafortunada pérdida del Comandante Chávez llevará a Venezuela, a Latinoamérica y al mundo a reflexionar sobre el mensaje dejado por tremendo carismático venido de las raíces más profundas de los Latinoamericanos.
Mezcla de precolombino y europeo y nacido en la más baja pobreza de uno de los países más ricos del mundo en cuanto a las virtudes naturales, supo sensibilizarse desde su pequeña edad con el sufrimiento generado por las injusticias ¡tánto sufridas en el continente de la esperanza ya desde su misma génesis parida por los conquistadores!.
Es más exacto hablar de un neo bolivarismo ya que en esta revolución se rescata el americanismo del prócer latino desde el neo socialismo. De este se quiere hacer notar algunos aspectos superadores del movimiento rojo actual con el que otrora fuera el comunismo reaccionario y ateo y con los socialismos europeos y tercer mundistas del siglo pasado. Dos aspectos piramidales se notan en este proceso revolucionario socialista generado por el que sin duda llegará a ser un nuevo y eminente prócer no solo local.
El primer aspecto del socialismo recuperado por H. R. Chávez Frías es el respeto por las creencias religiosas. De esto se puede decir que siendo él un profeso cristiano no combatió ni criticó ninguna confesión en particular y a todas respetó por igual, es decir se respeta la búsqueda de lo trascendente (o la no búsqueda). Con esta renovada manera de militar el socialismo se solucionó dos grandes problemas de los rojos: el desgaste por la lucha pro atea y la falta de respeto a la cultura de las naciones. Estos aspectos fueron los que derrumbaron el comunismo Ruso en el siglo pasado y que astutamente Fidel Castro supo capitalizar en su hijo pródigo-político Hugo Chávez, ya que el tema por el respeto a la idiosincrasia latina lo alejaban continuamente del socialismo comunista Ruso o Chino en los primeros pasos de la revolución cubana y en su post revolución reconoció la libertad religiosa. Enseñanzas totalmente asimiladas por el nuevo Comandante.
El segundo aspecto, que hacen triunfador al socialismo chavista, es el contexto democrático para ejercer la propuesta de la doctrina roja. Sobre esto cabe aclarar que la revuelta militar que protagonizó Chávez Frías en su incipiente protagonismo socio-político fue un acto totalmente valeroso en cuanto la rebeldía apuntó a la denuncia de la injusticia social que hundía y fundía a su pueblo y ante esto no hay sistema legal o político que pueda oponerse. Es decir que la revolución y la rebeldía contra la injusticia es lo más lícito y legal que pueda existir como recurso para la dignidad y libertad de las gentes.
El talón de Aquiles como se sabe es el lado débil de una persona o de una cuestión que aparentemente parece indestructible. La Revolución socialista neo-bolivariana aún presenta un alto contenido dialéctico en su discurso y una masificación de las ideas que lleva a las masas a un comportamiento dogmático…y como la historia enseña, los dogmatismos conducen a fratricidios o exterminios de las personas con la consecuencia de una espiral de violencia que parece nunca acabar y que lleva a la destrucción sin límites de los pueblos y pone en eminente peligro la misma subsistencia de la humanidad. El pasado dejó su mensaje de estas cuestiones en la que otrora fuera la guerra fría.
En el inicio de la etapa Nicolás Maduro se observa un discurso de reacción contra “el imperialismo y los apátridas de la revolución”. Un violento discurso dialéctico contra los demonios de turno (Cabe recordar que hasta personajes como Adolf Hitler acudían a demonización de algunos, en su caso a los judío principalmente, para mantener en guardia a los prosélitos contra el enemigo) con la finalidad de mantener el espíritu combativo quizás hasta las últimas consecuencias.
El citado discurso de Maduro, horas antes del deceso de Hugo Chávez, tenía a su vez un alto contenido emotivo por la misma situación que se vivió hasta el desenlace final. La emotividad es un recurso propio del carisma de Chávez, el contacto cercano con las gentes de su pueblo y con todos aquellos que interpretaban la búsqueda de la justicia, el desarrollo en la pobreza y la salida de un estado de explotación económica y sumisión cultural de los pueblos daban al Comandante y por ende al proceso revolucionario una confiabilidad y una disponibilidad sin límites por parte de los adherentes. Esta antípoda entre los revolucionarios y los demonios enemigos se vio suavizada en el último discurso de N. Maduro cuando asumió la Presidencia provisoria del Estado Bolivariano concedida por la justicia de su País. Este tal vez sea un buen indicador para que la revolución bolivariana, que tantos ecos tuvo por todos los rincones del mundo, siga dando frutos en pro de una civilización más justa y unida para la felicidad de todos.
– Por Hugo Luis Daher