El Tribuno refuerza su alianza con Urtubey en la era pos-rabinowicz

La conducción déspota unipersonal ha sido reemplazada por otra colegiada, con periodistas apreciados y respetados. Tito Romero quiere que se vuelva a hacer un «diario del pueblo». Pero la alianza es con el poder, o sea con Juan Manuel Urtubey.

Después de todo el odiado Bernardo Rabinowicz tiene un mérito que podría inscribir su nombre en el libro Guiness de los récords mundiales: ¿existirá acaso algún otro jefe de redacción de un diario que haya permanecido en el cargo 14 años ?

Difícil. El promedio de permanencia en ese sitial privilegiado -y a la vez triturador- del periodismo no pasa de los cinco años.

De una adolescencia de militancia de izquierda en Córdoba a una errática actividad laboral en Salta que comenzó con el manejo de un lavadero de autos y terminó como jefe de Redacción del medio gráfico más importante de la provincia, has recorrido un largo camino, muchacho…

Un sinuoso y sorprendente camino.

En el medio, por supuesto, Bernardo pasó por las mesas de café, por el cotorreo de la política -o la politiquería- de provincia, la adscripción a la línea interna peronista de «los amarillos», en fin, todas esas pseudoactividades que muchos confunden, directamente, con la vagancia o la mediocridad.

No saben que ahí está la cocina del poder, el acceso intrépido a posibles futuros cargos…

Es -justamente- lo que debe hacer un joven despierto y ambicioso que llega a una provincia donde no tiene familia, ni contactos, ni referencias que puedan ayudarlo. Un mundo de posibilidades estimulantes se abría por entonces para un Rabinowicz «progresista» que terminaría sin embargo de la peor manera: al servicio de un poder depredador, voraz y neoliberal, gestado en la infame cocina del narcotráfico, que años más tarde iba a saquear la provincia.

Aventajado aprendiz de Maquiavelo

Roberto Romero lo llevó a Bernardo -que parecía tener capacidad para el análisis político- a su diario El Tribuno. Pero también un buen día lo echó.

Bernie volvió años después de la mano de Tito Romero para un reinado periodístico tan insólito como prolongado y cuestionado.

Con él venían los peores años para El Tribuno , la decadencia periodística, la caída de las ventas, las persecusiones internas con sanciones y despidos, un clima de terror y maltrato que enfermó a los periodistas.

Lejos quedó la mejor época -en ventas, en calidad, en credibilidad- del diario de Limache: cuando lo manejaba Juan Carlos Romero junto a Carlos Vernazza, un admirado maestro de periodistas.

Vernazza conducía a través del respeto que se gana el que sabe, con una orientación amable y educada y el trato respetuoso al periodista para crear un ambiente en el que cada uno puede dar lo mejor.

Rabinowicz instaló el reino del terror, el maltrato, la incomunicación, la humillación. El lograba permanecer en el cargo, pero la nave se hundía.

Ese drástico paso del modelo V al modelo R es un ejemplo de cuánta razón hay en el consejo de Maquiavelo: se gobierna sólo (¡y vaya si son difíciles los periodistas, cada uno se cree el mejor, el centro del universo!) si se infunde cariño (V) o temor (R) en los subordinados.

Desaparece el ruso, aparece Tito

Bernardo dejó de concurrir al diario a mediados de enero. Todos suponían que estaba de licencia. Pero nunca volvió. Y cuando hace tres semanas comenzó a aparecer Tito, habitualmente aislado en su bunker, lejos de la redacción, se advirtió que algo pasaba.

Luego una consultora trabajó recogiendo las opiniones de los periodistas sobre los jefes y la conducción del diario y el resultado fue abrumador. Todos opinaron mal de Rabinowicz en la columna de las críticas. Ni uno solo anotó algo en su favor en la columna de lo positivo.

El lunes Tito habló con los jefes. No dijo nada en contra de Rabinowicz . Sólo acotó que 14 años fue mucho tiempo y dió a entender que debió reemplazarlo antes. ¿A dónde irá Rabinowicz ? Misterio. Tal vez a su casa. Tal vez a El Tribuno de Tucumán. Por ahora debe estar sufriendo el síntoma más doloroso de la pérdida de poder: el silencio del teléfono, que deja de sonar.

Tito dijo que hay que volver a hacer un diario del pueblo, abierto, democrático, que refleje la realidad salteña, en el que pueda opinar la gente.

No quiere más una conducción unipersonal que pueda caer de nuevo en el despotismo y el aislamiento. Por eso decidió crear un Secretariado para que maneje el diario, integrado por Clara Murga, Tucho Figueroa, Rubén Fernández Paz y Daniel Chocobar, a los que se sumará el encargado de internet, ya que el director quiere darle más fuerza y dinamismo a la versión on line.

¿La conducción colegiada es una originalidad de Tito Romero?

No. A Clarín lo dirigen 5 jefes de Redacción. La Nación tiene 4.

Clara Murga -jefa de cierre y coordinadora entre las secciones- proviene de La Gaceta de Tucumán , donde fue secretaria de Redacción. Tiene amplia experiencia y capacidad reconocida.

Tadeo Figueroa es uno de los periodistas más avezados y queridos. Es el periodista deportivo de Salta que tiene mayor reconocimiento, fue jefe de Redacción de El Tribuno de Jujuy y trabajó en radio Salta .

Rubén Fernández Paz tiene un nivel que lo coloca entre los mejores periodistas gráficos de Salta, y junto a Daniel Chocobar, otro baluarte de la redacción de Limache, son jóvenes que llegan a un nivel de conducción con renovados bríos y la mejor disposición para hacer un buen trabajo. Rubén es jefe de la sección cables (nacionales e internacionales) y Daniel es responsable de locales.

El condicionamiento político

¿Entonces todo bien? ¿libre de ataduras, temores y mordazas El Tribuno la saldrá a romper ya que cuenta con un equipo de conducción apreciado y respetado, los jefes de sección tienen diálogo con los redactores y a la vez pueden hacer propuestas, todo dentro de un ambiente democrático y apacible -claro que con todas las chispas que pueda haber en una redacción dinámica y productiva-?

¿El Tano Oieni -tal vez el mejor periodista que tiene Salta- hará más golazos como los que logró con sus investigaciones de las momias del LLullaillaco, las minas antipersonales en la frontera, el mega-telescopio en la Puna, la venta del agua a Chile?

¿Lucirá más el trabajo de Fernanda Abad, Diana Alvarez, Darío Illanes, Yamile Abraham, Flavio Palacios, Karina Vadamar?

Por lo pronto las tapas han mejorado. Se filtra algo más de periodismo y menos de acartonamiento político en ellas.

Pero a contrapelo de una buena plantilla de periodistas y un buen equipo de conducción existe un obstáculo insalvable para lograr un periodismo de excelencia: El Tribuno no es un «matutino independiente» .

El diario de Limache tiene que operar en la dirección de los intereses económicos y políticos de la familia Romero , los que en estos momentos se fusionan -cada vez más- con la figura y la gestión del gobernador Juan Manuel Urtubey, quien vive un semi-clandestino romance político con Juan Carlos Romero (¿es que alguna vez estuvieron de verdad enfrentados?) y asegura desde el Grand Bourg el flujo incesante de una suculenta pauta de publicidad hacia las arcas del diario de Limache.

Sobre las líneas más finas de esa relación político-periodística hablará esta tarde el gobernador Urtubey con el flamante equipo de conducción del diario de Romero.