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viernes, julio 18, 2025

El vasto territorio del Jazz

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Sobre el Concierto del Jazz Trío y “Noche de Jazz” en COPAIPA.

Salta, miércoles 3 de julio de 2013. Sala de la Fundación Salta. José Angelillo (piano). Fernando Botti (contrabajo). Martín Misa (batería). Temas de Ellington, Gershwin, Parker, Jobim y Porter. Ciclo Anual del Mozarteum Argentino Filial Salta. Aforo 95%.

Dice Dan Morgenstern “Criticar no es sinónimo de destruir y encontrar fallos, sino que debería ser sinónimo de descubrimiento o iluminación. La verdadera función del crítico es dirigir al oyente a lo mejor y explicar porqué es mejor. Hacer de guía no de juez”. Coincido totalmente con esta idea aunque también toca ser lo último cuando la circunstancia lo amerita. Es mi función. Escribo para el artista, luego para el público que fue y finalmente para el que no fue.

En ese orden me fui del recital con el oído, el alma, el corazón, los sentimientos, llenos de ese caleidoscopio sonoro que es el jazz.

Porqué la cita de Morgenstern? porque me interesaba señalar que también hay recitales donde uno puede gozar no sólo como oyente sino también como crítico pues no hay nada para reprochar. ¿Fue perfecto? No, no lo fue y justamente eso es la base del recital perfecto. Si lo hubiera sido, seguramente la gente no se hubiera ido exultante. Pepe Angelillo, un tipo casi cincuentón con un CV fantástico que incluye una clínica tomada con ese fenómeno que se llama Kenny Werner al que conocí en el Blue Note de Nueva York integrando el cuarteto de Toots Thielemans, el belga que hace jazz, del mejor, con una armónica, Angelillo -decía- improvisa, compone, toca el piano desde la posición clásica hasta que, llevado por el frenesí, se pone de pié y le pega duro al teclado extrayendo de él un swing, unos acordes, unas escalas, que levantan un muerto. Ladero imprescindible, Fer Botti, de edad algo menor que el anterior, con una pulsación elegante, un “back to back” con el pianista, relajado, preciso, buen manejo de las intensidades y finalmente, como dijo Angelillo, el crédito local, Martín Misa, esta vez sin ninguna atadura o convención, libre como un pájaro entregó su “high class beat” con figuraciones especiales, de lujo, un “punch” envidiable, cortes precisos y ataques decididos, le dio vida al dejar de lado el tradicional “AABA” de 32 compases para, junto al resto, improvisar a sabiendas.

El Trío tuvo la inteligencia de abordar un repertorio hartamente conocido. El desbordante “Toma el Tren A”, el exquisito “De un modo sentimental” ambos de Ellington; “Tengo ritmo” y la belleza de la canción de cuna “Tiempo de verano” ambos de Gershwin, la intelectualidad de “Insensatez” del inefable Jobim, y algunos más, llenaron poco más de una hora del estilo Monk, Jones y Cole, tres fenómenos de la segunda parte del siglo pasado. Jazz, un placer.

– Salta, sábado 6 de julio de 2013. Sala de la Fundación COPAIPA. “Noche de Jazz” con Mara Szachniuk. Leonel Goldstein (piano). Martín Misa (batería) Ángel Flores (bajo). Invitados: Nadia Szachniuk (voz) y Diego Mamaní (guitarra). Temas de Russell, Ross, el Cuchi, Davis, Jobim, Spinetta, Holliday, Buarque. Aforo 100%.

La escuché más de una vez pero de la que no olvidaré fue en julio de 2011 con la Orquesta Sinfónica de Salta. Hoy repitió sus cualidades que la ponen en nuestra tierra como una sobresaliente cantante. Afinación inmaculada, elegancia en el decir, transita el buen gusto interpretativo. Es Mara Szachniuk que a partir básicamente del jazz desarrolló un repertorio ecléctico pero hecho a medida para su voz y sus habilidades. Tiene condiciones para expresarse con un “swing” no fácil de encontrar aquí. Detrás de una cierta dosis de ingenuidad, se esconde alguien que sabe perfectamente lo que busca y quiere.

A mi juicio, lo mejor de la noche fue la canción escrita por la notable Billie Holliday y Artur Herzog jr. donde ella cuenta un pasaje de su vida en común con su marido. Mara puso su alma y usó glisandos, un agradable “scat”, su vibrato al final de frase fue una maravilla, enriqueciendo la letra cantada con sentimiento.

Por supuesto, hubo otros momentos de alto vuelo como los efectos sonoros logrados en “Carta a poste restante” de Jaime Ross, la línea melódica de “Zamba del imaginero” del Cuchi Leguizamón o la original “Construcción” de Chico Buarque de Holanda más la dulzura del tema “Eu nào existo sin vocé” de uno de los creadores de la bossa nova, Antonio Carlos Jobim. Otro tema de jazz fue “This masquerade” de Leon Russell con la que abrió la noche.

Sus acompañantes Goldstein (teclado), Misa (batería), Flores (bajo) más los invitados Nadia -su hermana- excelente en su vidala a dos voces y el buen guitarrista Mamaní realzaron la noche. Otro placer.

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