El mexicano Alfonso Cuarón imaginó una historia silenciosa en el espacio, en una especie de odisea por volver a la tierra, cuya temática central no es la ciencia ni la tecnología, sino la supervivencia en un vuelo hacia la vida en el cual participa necesariamente la muerte.
Con una bella fotografía de Emmanuel Lubezki, asistimos al amanecer en la tierra. George Clooney como el Teniente Kowalski y Sandra Bullock como la Dra. Ryan Stone, en excelentes interpretaciones, son dos de los testigos de ese hecho; el tercero, es el público. La cámara opera como ese otro personaje que atrapa el punto de vista del espectador. Pareciera como si observáramos desde la ventana de una nave espacial.
En el drama en 3D, Clooney es un tipo simpático y conquistador mientras que su compañera, Bullock, una mujer rígida con un pasado doloroso, a quien se le ha olvidado ser feliz. Ambos tienen una misión: reparar un satélite que está incomunicado, la Dra. es la especialista y está custodiada por dos astronautas experimentados: Kowalski y Shariff. Pero ocurre una explosión que los desequilibra por los miles de restos que circundan alrededor. El Teniente y la Doctora, únicos sobrevivientes, vagan por el espacio en una soledad absoluta desde donde contemplan el Universo.
Ambos emprenden un viaje sin regreso: van hacia lugares diferentes de manera inexorable. Ese pasaje produce una sensación de punto cero en el cual el tiempo es como un espiral. El principio y el final de la vida son parte de un mismo recorrido. Esa es la temática de la película de suspenso que genera una atmósfera asfixiante al tiempo que no para de provocarte vértigo durante buena parte de los 90 minutos que dura la película.
“Deberías ver el sol en el Ganges”– le dice su compañero de naufragio espacial, Su sonrisa es apenas una mueca en el infinito y junto a esa música que comienza a oírse a lo lejos, arman el marco de una necesaria despedida.
Dejarse morir, cerrar los ojos y dormirse, parece ser la salida más segura y tentadora, como si el futuro fuese un agujero negro capaz de tragar la inmensidad. Hay demasiado para hacer si se quiere volver a la tierra. La Dra. Ryan en un intento por sobrevivir exclama: “el viaje será increíble”.
Con imágenes sensacionales, la película te traslada a lugares poco explorados desde tan cerca por el ojo humano. La gravedad hace su efecto e impacta en la producción de vivencias únicas frente a la hondura espacial. Una película profunda sobre los deseos de vivir encarados desde la ciencia ficción, que instala la preocupación por interrogantes como de dónde venimos y a dónde vamos.
La escena última anticipa una mítica idea de la creación del hombre o compone una imagen de un cuento borgeano. De cualquier manera, hay esperanzas.