Diego Capusotto de Villa Luro y Fabio Alberti de San Isidro se mezclaron para hacer un mix supra televisivo que apunta al humor, bastante “negro”. Sus vidas y cómo llegaron a la fama, son más interesantes que este espectáculo. Incluso el público, actuó más que los propios protagonistas. Son tremendos, eso satisface, pero les falta. Anoche en El Huerto, el público se descosía de risas.
Fabio Alberti (Martínez, 22/09/66) creó un personaje que le dio la fama y le costó la censura: Peperino Pómoro. Es un personaje ingenioso, un cura como tantos, ridículo y cómico, que repite como loro lo que dice.
Es una parodia inteligente al ritual de la misa y a la figura del sacerdote “buenudo”. Este sketch levantó el espectáculo anoche.
Alberti fue al colegio San Juan Bautista El precursor, allí tenía profesores chantas y coimeros a los que los estudiantes le “tiraban” algo y aprobaban. Tuvo como profesor a Peter Malenchini (acusado después de abuso sexual contra sus alumnos). “Fue maestro mío: en las clases de dibujo hacía cosas tremendas con los chicos. Un depravado”-dijo para Clarín (16/06/06).
Cuando tuvo que elegir colegios para sus hijos, desterró a los que iniciaban con “San…” Quizá por lo que vivió, tiene harto material para su “Peperino”. No fue de familia adinerada pero según él, tuvo una vida licenciosa. Pudo gozar de una herencia de un tío y se pasó dos años de despilfarro y buena vida. Después, estudió teatro con un amigo porque le quedaba cerca de su casa y siguió con Ricardo Bartís, Pompeyo Audivert, Alejandro Urdapilleta hasta que conoció a Capusotto.
Apareció en la TV en “De la cabeza”, después en “Cha cha cha”, y finalmente con su ciclo personal “Todo por dos pesos”. Debutó en la pantalla grande en “Comodines” (1997). En el 2002 tuvo una nueva participación, pero esta vez sólo actuaría su voz para la película animada “Mercano, el marciano”.
Diego Capusotto (Villa Luro, 21/07/61) quería jugar al fútbol de chico-hincha de Racing- o tocar en una banda de rock. Intuitivamente tocaba la batería. Fue al colegio San José ; estudió actuación en el teatro Arlequines a los 25 años. Trabajó de vendedor.
Filmó seis películas: “Zapada, una comedia beat” (1999) no fue estrenada comercialmente, “Mataperros” (2001), India Pravile (2003), “Soy tu aventura” (2003), “Dos ilusiones” (2004) y “Regresados”, aún en postproducción. Aunque su vida en televisión nació con “De la cabeza”(1993) y su fama comenzó con el ciclo televisivo de Alfredo Casero “Cha cha cha”, en 2001, Diego Capusotto se consolidó como conductor de «Todo por dos pesos», amplió su galería de personajes televisivos (con Motoneta y Guillermo Mimo entre los más celebrados) y hasta ganó el codiciado Martín Fierro por primera vez en su carrera.
Con un grupo, hizo la obra “Los Queterrecontra”, con el que hizo una sola función en el Parakultural donde conoció a Fabio.Capusotto y Alberti vuelven al teatro con “Qué noche Bariloche” el 26 de abril de 2006 después de “Una noche en Carlos Paz”.
Capussoto tiene una gran habilidad para contar, una atrapante gestualidad y un talento para las poses. Lo demostró en el sketch de Irma Jusid. Un monólogo delirante. Pero tiene un defecto: parece una apología a la droga.
El “zapping” de monólogos y sketch, como se define a “Qué noche Bariloche”, inicia con un video que parece una publicidad del espectáculo. Me parece redundante porque ya estamos en él; y cierra también con una publicidad del espectáculo. Poco “serio”. En general, a cada sketch le faltan buenos remates.
Me atrevo a darles un consejo sano: saquen del video lo de las torres gemelas. Dos tipos “nabos” que ven venir el avión que los destrozará, pero con una serie de imágenes que no hacen gracia. Por el contrario. No se metan con muertes y catástrofes porque no me parece humor negro sino pésimo gusto y falta de humanidad. En un momento dado, creí que harían una broma con lo de la AMIA.
Me pareció creativo el corto: “La caída de Perón en el 55”, muestra cómo se cae el general desde el colectivo de la línea 55. En realidad, todo el humor que plantean es de este tenor. “Me pego a la ducha” por ejemplo, y sale un tipo con una ducha pegada.
También, me animo a decir que para reproducir el lenguaje de la TV berreta, ya está bueno. Podrían crear otras formas, talento hay. Son buenos actores.
El mismo Capusotto dice que lo que hacen ya se vio en Monty Pitón en 1982. Inventen nuevas formas, entonces.
El público estaba dando su propia función. Como nunca, no sonó ni un celular. Pero sobreactuaban con la risa, las carcajadas, pegaban en las butacas, aplaudían en el medio, se descosían algunos. Y muchos, ovacionaron.
Anoche en El Huerto, los espectadores fueron los personajes más extraños del teatro en Salta.
Ficha técnica:
Actuan: Fabio Alberti , Diego Capusotto
Producción General: Naya Films S A
Producción Comercial: Guido Naya
Dirección General: Nestor Montalbano
Realización Artística: Pedro Saborido
Diseño Escenográfico: Daniel Feijoo
Diseño de Vestuario: Mercedes Uría
Diseño de Vestuario: Pepe Uría
En “Qué noche Bariloche” el público marcó la nota
Yo fui a ver este espectaculo en La Plata. Tu critica me parece bastante tonta. La comedia que hacen es del absurdo y si no sabes interpretarlo, es porque no conoces sobre lo que escribis. Yo no digo que sea una obra de la compania de Shakespeare ni nada, pero n aspira a ser eso. Lo de criticar al publico como que «sobreactuaba», es aun peor. Obviamente que hacen cosas que ya se hicieron, pq todo el mundo tiene deudores intelectuales y artisticos.
En fin, tu critica, como ya dije, no es muy fundada y estas atacando a dos tipos que tuvieron, tinen y tendran un gran exito en el teatro y la tv.
En “Qué noche Bariloche” el público marcó la nota
Llevo años esperando que la televisión vuelva a causar risas (de las buenas)y creo que Capusotto y Alberti fueron una muy buena noticia. Los vi en el teatro y opino diametralmente opuesto a esta comentarista. La obra me pareció desopilante y para nada simplona, tiene muchos matices y quien no frecuente mucho lo teatral tal vez se pierda en reduccionismos y no aprecie, por ejemplo, los dotes de clown de Capusottto, el minimalismo de algunos guiones que logran un estallido de significación con unos pocos significantes, el dinamismo y el ritmo de la obra. Otra profunda discertación con la comentarista: el publico no actua, ni sobreactúa ¿que razón tendría para hacerlo? el público disfruta, se deja llevar… la verdad es la primera vez que leo a alquien hacer crítica de público, hay un limite a la interpretación por favor!
Por último le recomiendo a esta señora que tilda de «mersa» a este espectáculo que vuelva a leer (si es que lo hizo alguna vez)las clásicas comedias griegas y se anime entonces a tildar de «mersa» a Aristófanes por hacer humor escatológico.
En “Qué noche Bariloche” el público marcó la nota
A mí también me parece que a veces Capusotto exagera con lo de las drogas.
El video de las Torres Gemelas me pareció muy bueno. A ver: es humor barato y negro, de eso se trata.
Además, cualquier cosa que haga reír es humor. Así que eso de «mersa, degradante y burdo», o «les falta»… me parece que no corresponde.
En todo caso, le falta a quien escribió este artículo: entender que el humor no es uno sólo. Y que el público no es extraño, sino que también tiene otras maneras de reírse.
Saludos.
Alejandro.
En “Qué noche Bariloche” el público marcó la nota
No estoy de acuerdo con tus comentarios finales sobre los «extraños» espectadores salteños. Son unos genios y muchos los disfrutamos sin tantos merengues en la cabeza como parece vos lo supones.
chau y ojalán vengan 100 veces al año.
chau.
En “Qué noche Bariloche” el público marcó la nota
No me sorprende que a la periodista a la cual la obra de la Alfano le pareció «buenísima», el espectáculo de Capusotto – Alberti le resulte pobre, carente de remate y no sé que mas.
A mi me pareció excelente.
Además: que se supone que es el humor «bastante negro»? Hay humor «menos negro» o «un poco de mas negro»?