Resulta que muchos sostienen que el poder de la persona está en su cabeza, en lo que sabe, en su inteligencia… Y sí, hay mucho poder allí pero no todo, también trae lo suyo el corazón, el espíritu y la voluntad, pero contaminando y envenenado los pensamiento se hace un gran trabajo de destrucción del talento humano por excelencia y así se lo deja medio cojo al pobre hombre.
Las imágenes y las palabras llevan en sí mismas un poder inmenso para construir creativamente el pensamiento o para atrofiarlo llevándolo a estados de verdadera esclavitud que se expresa no pocas veces en la morbosidad mental, por ejemplo, y en la falta de capacidad para las necesarias críticas o simplemente no tener criterios de discernimiento ante las situaciones cotidianas.
Pensar bien, tener clara la mente es cosa rara en estos tiempos. Algunos hablan de mente limpia, de pensamientos transparentes, y si lo vemos desde la actitud, llegamos a la “sinceridad”. Este es un valor que se escondió hace tiempo, está ausente en nuestra cultura, se perdió no se en que vuelta, la cuestión es que la especulación y la mentira le metieron un par de patadas dejándola lejos del alcance de las gentes…. Así muchos hablan desde el anonimato y no se juegan nada, solo muestran su cobardía y la falacia de sus pensamientos y sentimientos.
¿A qué viene esto? Ante tanta mediocridad y manoseo de la conciencia humana algunos tomamos una actitud tremendamente cerrada, hermética, como metidos en un tanque de guerra, súper protegidos y listos para disparar. Ahí, seguros de nuestro pensamiento, de nuestra ideología, de nuestra doctrina, pero… realmente estamos enjaulados y cortos de libertad.
Libertad para pensar sin ataduras, libertad para llegar a la otra persona y para que la otra persona llegue a uno.
Libertad para mostrar el rostro sin vergüenza, de frente.
Libertad para compartir el pensar con amplitud y no caer en insultos descalificadores porque se piensa distinto o se confronta el pensamiento, insultos que también muestran que estos pensadores se convirtieron en dogmáticos, xenofóbicos, y por lo tanto su pensamiento ya no vive más y para lo único que sirve es para matar.
Sobre la nota “¿Golpe de Estado a la Democracia o Democrático?” realmente se plantea una disyuntiva del mejor sistema que hoy por hoy tienen las sociedades para organizarse, podemos idealizarlo y así lo crucificaremos ante el influjo de los malditos que se apoderaron de poderes y oscurecen la vida de tantos pueblos, pero realmente el sistema Democrático corresponde a todos por igual y este derecho y crédito de cada una de las personas hay que hacerlo valer siempre.
Es inherente a la Democracia el estado de derecho y sin este no podríamos hablar del gobierno del pueblo. Ahora bien, la ley dentro del derecho solo es respetable cuando se dicta y se la hace cumplir para el bien individual y comunitario, de lo contrario no sirve y por supuesto que es lícito no obedecerla. Ninguna ley puede estar por sobre la conciencia de nadie y por esto mismo la conciencia es lo que se debe cuidar con más celo por parte de todos y cada uno de nosotros…los que obedecen a ciegas, son ciegos y no caminan, son llevados…al matadero.
La Democracia no puede recaer sobre la figura de uno de los actores o de algunos de ellos, sería demagogia o tiranía o aristocracia.
La Democracia subsiste en la vida de las instituciones que se crean para favorecer al bien común y estas instituciones solo perviven por las personas que las hacen funcionar. Sin instituciones la sociedad no puede funcionar, sería como caer en la alienación de una convivencia paradisíaca en los contextos de nuestra historia.
Las contiendas ideológicas dinamizan la Democracia pero no la reemplazan, la perfeccionan pero no son un fin social, son un instrumento que alimenta el bien común. Quedarse en alguna expresión ideológica de manera radical conduce inevitablemente al fratricidio como tantas veces lo demostró y lo demuestra la historia. Los grandes pensadores como Rousseau, Marx, Engels, Locke, Smith, Franklin, etc., han hecho su contribución para la evolución de las sociedades. El intento de construir una doctrina redentora de la humanidad desde estas posturas o desde cualquier otra (filosófica, sociológica, antropológica, psicológica, etc.) es realmente una loca aventura humana que lleva a su misma autodestrucción. Es un drástico intento por perder la libertad, capacidad más rica de la persona humana y que realmente la hace digna, valiosa y única en medio de todo lo existente.
Pero así como sincerando las doctrinas vemos que son grandes intuiciones pero nunca íntegras en su cobertura humana, los imperialismos también son castraciones, exclusores del género humano, distorsión de la virtud global, de la integración de los pueblos; fomentan la injusticia por el solo hecho de caer en la imaginería de creerse superior, soberbia que lleva a la decadencia a cualquier poder imperial.
Finalmente, deseo terminar este escrito, que quiere ser un complemento a los tan ricos comentarios a la nota “¿Golpe de Estado a la Democracia o Democrático?” , diciendo que es fundamental para la vida de las sociedades y por ende para su sistema político, tener en claro el concepto de persona, el cual absolutamente tiene que ser el más elevado, rico y sabio. Y que por esto mismo, las luchas por la dignidad de las gentes no será en vano y el anhelo de justicia saldrá del ámbito de la falacia y la decepción convirtiéndose verdaderamente en una realidad concreta para todos.
– Nota relacionada:
¿Golpe de Estado a la Democracia o Democrático?
http://www.salta21.com/spip.php?article2137
Sobre «Enfrascados»
Excelente artículo, sr. Daher. Ocasionalmente no he compartido sus opiniones, y se lo he hecho saber por este mismo medio, a cuyos administradores agradezco la oportunidad. Es justo, pues, que esta vez, que ante cada una de sus palabras me descubrí haciendo un gesto de asentimiento, también se lo diga.
Mis saludos cordiales.