Hace exactamente un año, la noticia sobre la gran reforma de la secundaria despertó el debate y también la polémica; hasta ocasionó tomas en 29 escuelas de la ciudad. Ayer, el Ministerio de Educación porteño presentó el primer balance de la secundaria del futuro, con datos recolectados de las escuelas que participaron en la primera fase de su aplicación. Lo hizo luego de haber cerrado las notas del primer cuatrimestre del año -entre otras cosas, ya no se divide más en trimestres-, que culminó antes de las vacaciones de invierno.
«De acuerdo con los resultados, la integración de materias en distintas áreas de conocimiento fue uno de los cambios más motivadores, ya que el 30% de las clases fueron compartidas entre profesores de distintas asignaturas -resalta Andrea Bruzos, subsecretaria de Coordinación Pedagógica porteña-. Hubo, además, 242 proyectos interareales [así se denomina la interacción entre materias], lo que significa que el 25% de las planificaciones se hicieron en equipo».
La ministra Soledad Acuña considera que la baja en la cantidad de los alumnos desaprobados es uno de los logros más importantes de esta primera fase de implementación. «En la comparación entre el primer trimestre del año pasado y este primer cuatrimestre, y tomando en ambos las 19 escuelas que implementaron la reforma, hubo casi un 50% menos de chicos desaprobados entre un año y otro», detalla Acuña, un mérito que relaciona directamente con el Proyecto de Intensificación de Aprendizaje (PIA), que se da durante las dos últimas semanas de cada cuatrimestre.
«No se flexibilizan los criterios de evaluación, sino que diseñamos un sistema de acompañamiento personalizado, con más instancias de recuperación para los alumnos«, agrega. La intención, explica, es que no haya una repitencia como la actual, que se recuperen contenidos.
La nueva modalidad impactó hasta el momento en la vida de 2784 estudiantes que cursan el primer año en un total de 19 escuelas; el año próximo se sumarán otras 25, según anunciará hoy la Ciudad. Fueron 863 los docentes que debieron ajustarse a los cambios y un total de 110 tutores hicieron su debut en las aulas. Entre los cambios de mayor impacto para los alumnos figura la forma de enseñar los contenidos, y lo primero que se destaca en el balance justamente es eso: las tradicionales 12 materias que conformaban el cronograma semanal ahora están agrupadas en tres áreas de conocimiento: Ciencias Sociales y Humanidades (con Historia, Geografía, Formación Ética Ciudadana, Economía y Filosofía), Científica Tecnológica (con Matemática, Biología, Física y Química y Tecnología de la Información) y Comunicación y Expresión (con Lengua y Literatura, Idiomas, Educación Física y Arte).
Fernanda Ruzo, directora de la Escuela Media Nº 5 de Villa Riachuelo, logró involucrar a docentes y padres Fuente: LA NACION Crédito: Ignacio Sánchez
Guillermina Capomasi es la mamá de Franco, que ingresó este año al Instituto de Enseñanza Superior Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández. Desde su recuerdo por el paso de la secundaria, da fe de los cambios y el enfoque en la integración entre las distintas materias. «Se puso en práctica y lo veía en los distintos trabajos que tenía que hacer Franco. Creo que les enseña a pensar diferente y la propuesta es buena, pero al inicio del año tuvimos muchas reuniones y había una expectativa muy alta que no se pudo cumplir. La dirección del colegio es sumamente responsable y está atenta a todas las cuestiones académicas y pedagógicas, pero algunos factores impidieron que se avanzara como estaba planeado».
Entre esas cuestiones, Gabriela Miró, mamá de Valentino, también alumno de 1er. año del Lenguas Vivas, agrega: «La demora en el nombramiento de los profesores y las múltiples capacitaciones a las que debieron asistir los docentes, que por supuesto siempre son bienvenidas, provocaron una interrupción en la experiencia educativa de los chicos. Sumado a los paros y los reclamos válidos de los docentes. De la continuidad también depende el aprendizaje, y aunque no dudo de que las intenciones son buenas y la idea del proyecto interareal es excelente, no se puede medir el éxito de la reforma en un cuatrimestre».
Notas conceptuales
Franco Croce tiene 13 años. Es uno de los casi 3000 alumnos que transitan en carne propia la nueva reforma y tiene una opinión formada de los cambios que atraviesa la secundaria del futuro, entre los que menciona el sistema de «notas conceptuales» con el que son evaluados, la organización del espacio del aula, el mobiliario y los dispositivos tecnológicos, las prácticas obligatorias que deberán realizar en 5º año en empresas u otros organismos y la bienvenida integración de las áreas del conocimiento según la mirada de padres y expertos, a la que Franco le concede algunas objeciones: «Hay casos en que la unión está bien, como Historia y Geografía. Pero sucede que en otras materias, como Lengua, Música y Arte, se termina teniendo una clase de lengua y los otros profesores se quedan mirando. Eso tampoco está bueno».
Fernanda Ruzo, directora de la Escuela Media Nº 5 de Villa Riachuelo, logró involucrar a docentes y padres Fuente: LA NACION Crédito: Ignacio Sánchez
En efecto, las notas son ahora conceptuales: insuficiente, inicial, suficiente, avanzado y destacado. El año pasado se escuchaba decir que las calificaciones numéricas estaban definitivamente eliminadas. «No es así, porque al final de cada cuatrimestre te ponen una nota con número, y es un poco confuso«, dice el adolescente. Bruzos explica que en realidad se eliminó el promedio y que esa última calificación del cuatrimestre llega en forma de una «nota numérica ponderada», ya que ahora la evaluación es continua. «Tenemos que ver la película entera, el proceso que hace el estudiante durante el año. Y los exámenes pueden ser escritos, en forma de trabajo práctico, de salidas didácticas, de investigaciones o de debates», detalla.
Fernanda Ruzo, directora de la Escuela Media Nº 5 Juan Manuel Fangio, de Villa Riachuelo, ya había puesto en marcha un proyecto que articulaba distintas acciones con el fin de resolver situaciones de repitencia y abandono del ciclo superior de sus alumnos. «La incorporación de la tecnología fue muy positiva para todos. Creo que uno de los mayores beneficios está en la posibilidad de que un grupo de docentes pueda mirar a un mismo alumno con distintas estrategias, junto con la incorporación de los equipos tutoriales, que son los mismos preceptores o docentes, pero que ahora trabajan de manera diferente, con el objetivo de lograr la autonomía académica y de convivencia entre los estudiantes», opina.
Comenta que, desde el primer día de clases, hubo reuniones con padres y alumnos para explicarles en detalle cómo era la secundaria del futuro. Y lo que se logró es que los padres se acerquen a la escuela y se involucren mucho más. «Como en todo inicio, hay que pulir detalles. Si tengo una mirada positiva es porque los resultados con mis alumnos han sido buenos«, concluye Ruzo.ß
Por: Soledad Vallejos
– La Nación