Muy bien dirigida por Manuel González Gil con producción de Javier Faroni y mejor interpretada por sus protagonistas, “Los 39 escalones” es una especie de policial negro farsesco en el que se necesita mucho talento para desarrollar la historia.
Un crimen. Dos agentes que conspiran. Un arma. Un sospechoso. Mucho misterio y una organización de espionaje dan el marco a una obra en la que cuatro actores interpretan 150 personajes.
“Los 39 escalones” es una obra de John Buchan´s y Alfred Hitchcok, adaptada para teatro por Patrick Barlow, idea original de Simon Corble y Nobby Dimon.
Fabián Mazzei a mi criterio, lleva la obra y se luce en su interpretación como Richard Hannay. El actor tuvo como profesor de teatro a Agustín Alezzo y es la actual pareja de Araceli González. Participó en unitarios de TV y telenovelas conocidas, además de realizar actuaciones en cine, teatro y cortos publicitarios.
Nicolás Scarpino, Fabián Gianola y Fabiana García Lago son los tres actores que compondrán una diversidad de personajes y entre los cuatro, crearán los espacios y climas necesarios para cada escena y cuadro. Las actuaciones de alto nivel hacen de la obra un vértigo imparable en el que la acción no cesa. Scarpino y Gianola mudan de personajes con ductilidad y la sincronía de sus entradas y salidas es perfecta. Los detalles de la escena del tren – por ejemplo- que sale de una estación, las ventanas por donde se fuga el sospechoso, y el techo por donde sopla un intenso viento, se fabricó con mímicas y gestos, y con la utilización de muy pocos elementos. La obra está llena de matices y en la huida de Hannay, acusado de homicidio, se produce un recorrido por diversos lugares que se van recreando con efectos muy logrados y el empleo de elementos escenográficos mutables.
Para destacar algunas composiciones de personajes con mayor protagonismo, diremos que Gianola es el Sr. Memoria, Scarpino el profesor Jordan y García Lago la Srta. Smith, asesinada; también Pamela, la chica que se da cuenta quién es realmente Hannay y entre ellos surge un romance.
Jordan es el jefe de los espías y el Sr. Memoria, hombre con gran reservorio en su cerebro, es la clave para resolver el enigma.
El humor recrea la sátira sobre el espionaje y en el afán de componer multitud de personajes se usa el distanciamiento como técnica teatral y la metateatralidad manifiestas en escenas donde implícitamente se le dice al público “estoy haciendo este personaje”, o cuando explícitamente el pantano es un actor que expresa “soy el pantano”, con lo cual no se rompe la magia de creer en el engaño, sino que provoca un efecto humorístico que dinamiza el ritmo ágilmente.
Es subrayable el estado físico de los actores, cuyo movimiento es continuo sin ser acelerado ni agitado. Voces y posturas, coadyuvan a sus composiciones y permite la identificación de los distintos personajes.
Así, la obra se hace posible, gracias a la performática capacidad actoral que se pone en juego mediante dos sucesos: un asesinato y una persecución, el primero como causal de la acción y el segundo, como estructura estructurante de la representación escénica.
Maravillosa.
– Para leer más sobre la obra:
http://www.salta21.com/Los-39-escalones-sube-a-escena.html