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viernes, abril 26, 2024

Etchecolatz y Camps, más nazis que los nazis

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En el gobierno democrático de Raúl Alfonsín los monstruos quedaron donde debían. Durante el nefasto gobierno de Menem, plagado de aberraciones y contradicciones permanentes, salen de las jaulas los asesinos represores. En el gobierno de Néstor Kirchner, se impone una política de los derechos humanos. Diana Teruggi y Daniel Mariani fueron víctimas de Camps y Etchecolatz. Continúa la búsqueda de Clara Anahí Mariani, hoy tiene 31 años, se la llevaron cuando tenía 3 meses.

Alfonsín por decreto ordenó la prisión preventiva y el procesamiento del general retirado Ramón Camps, ex jefe de la policía de Buenos Aires y autor confeso de la desaparición de 5.000 ciudadanos, secuestro de niños, cambios en su identidad civil y apologista de la aplicación de tormentos a los detenidos. (dato tomado de publicaciones El país)

El 13 de julio de 2007- dice el sitio Mundo.es- la Corte Suprema de Justicia anuló el indulto dictado en 1989 por el entonces presidente de la Nación, el peronista Carlos Menem, y dejó así abierta la posibilidad de que el ex dictador Jorge Rafael Videla, además de sus compinches -como Emilio Massera- vuelvan a cumplir sus penas. Todos habían sido condenados en 1985. Pero llegó el peronista Menem y amnistió a todos -incluidos ex jefes de la guerrilla- gracias a la polémica facultad presidencial de otorgar indultos. Justificó el perdón en la necesidad de «pacificar el país», aunque las Madres de Plaza de Mayo y otros familiares de las víctimas se resistían.

El caso del comisario Etchecolatz (informe de Werner Pertot)

El fallo de los jueces Rozanski, Horacio Insaurralde y Norberto Lorenzo es el segundo que condena a un represor tras la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad que dictaminó la Corte Suprema. La primera fue la de Julio Simón, alias El Turco Julián. El 4 de agosto de 1976 fue sentenciado a 25 años por el secuestro y asesinato de José Poblete y Gertrudis Hlaczik.

En el caso de Etchecolatz, es su tercera condena por delitos en la dictadura: la primera vez se amparó en la ley de obediencia debida y por la segunda gozaba de prisión domiciliaria. El beneficio le fue revocado por el Tribunal Oral 3 cuando se comprobó que guardaba una 9 milímetros de Fabricaciones Militares en su casa. Tras la nueva condena esta vez, de cumplimiento efectivo el periplo del represor en los tribunales no concluyó: fue citado a declarar hoy por la Cámara de Apelaciones en el caso del actual embajador de España, Carlos Bettini, que tiene cuatro familiares desaparecidos.

Al momento de la condena, el ex policía de 77 años se transfiguró a la hora de decir sus últimas palabras. Debo exponer en mi doble condición de prisionero de guerra y detenido político, dijo con una voz cascada y sepulcral que fue subiendo el volumen. Este juicio ha sido instalado como un rompecabezas para niños bobos o grandes avivados. Ustedes van a condenar a un enfermo. Como dijo Borges, ustedes no son el juez supremo, que nos espera después de muerto, les señaló a los magistrados. No sé rendirme y después de muertos tendremos mucho que hablar, les advirtió. No es este tribunal el que me condena, sino que son ustedes los que se condenan, concluyó Etchecolatz. Y los jueces pasaron a un cuarto intermedio.

Las víctimas de la historia: en busca de Clara Anahí

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“A mis más de 80 años mi aspiración es abrazarte y reconocerme en tu mirada”– dice Chicha Chorobik de Mariani, la abuela de Clara Anahí Mariani, nacida el 12 de agosto de 1977 y secuestrada en noviembre. “Hoy está comprobado que sobreviviste y estás en poder de alguien”-expresa Chicha.

Su número de documento real es 25.476.305 por lo que debe de tener uno aproximado actualmente. Su madre (Teruggi) amaba la literatura y su padre (Mariani) era licenciado en economía. Los mataron en 1976.

El ex policía Hugo Guallama, que trabajó como chofer del represor Miguel Etchecolatz, fue arrestado el 19 de abril de 2005 (dato extraido de página 12), acusado por el asesinato de Diana Teruggi, quien permanece desaparecida. La detención de Guallama, quien quedó preso en la cárcel de Marcos Paz, fue ordenada por el juez federal de La Plata, Arnaldo Corazza.

En noviembre de 1976 se produjo el ataque al domicilio del matrimonio integrado por Diana Teruggi y Daniel Mariani, en la calle 30 entre 55 y 56, en La Plata. En la casa se encontraban Diana Teruggi, Roberto Porfidio y Juan Carlos Peiris, que fueron asesinados en ese lugar. En aquella oportunidad, la hija de Teruggi y Mariani, Clara Anahí, fue secuestrada y aún permanece desaparecida.

María Isabel Chorobik vive para encontrarala, es una mujer avanzada en edad y quiere ver a su nieta en el seno de su hogar, como aquella vez, en la que sus sueños fueron truncados. Laten a la espera de una vida más justa, más humana. Anahí tiene una abuela que quiere abrazarla.

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