Foto chorros

En realidad sería más exacto poner en femenino el adjetivo del sustantivo “chorros” quedando el título de este escrito así: “las fotos chorras”.

Pero claro está que no se hace referencia al arte tecnológico de la imagen sino a aquellos que hacen usufructo de estas. La tecnología les produce multas mediante las vigilantes cámaras ubicadas estratégicamente sorprendiendo a los supuestos infractores automovilísticos.

No les tiembla la mano a los progéneres de este mecanismo en castigar a los inocentes conductores que sin un mínimo de mala intención son multados con elevados montos, por ejemplo, por no llevar luces bajas encendidas en las vías como la que une Salta – Vaqueros -por citar un caso.

Estas multas generadas con tanta tecno son una manera de meter la mano en el bolsillo a los vecinos de Salta…y demás, ya que en este caso la Intendencia local administra esta siniestra manera de recaudar. Y esto es justamente este sistema: siniestro. Que cumple con efectividad su cometido mediante amenazas de elevados montos, una falsa benignidad al ofrecer descuentos de un 50% pagando apresuradamente, es decir que rapidito inducen el desembolso de los distraídos conductores, y lo más terrible es tener que soportar una inmediata amenaza judicial para obligar a pagar la supuesta falta…tienen las pruebas, tienen el aval legal, en un supuesto litigio el vecino lleva las de perder de seguro y tendrá que abonar un monto superlativo que de hecho nadie quiere afrontar y se opta finalmente con mansedumbre pagar la primer suma propuesta por estos mateos del ejido local.

La ley Nacional que avala tremenda usura y que hace poco nuestra provincia la hizo para sí, es una ley sin pedagogía para el usuario del sistema de tránsito y tiene como único fin la recaudación engañosa y forzosa al pueblo y esto es una especie de feudalidad o colonialismo para recaudar fondos para los mandamás del momento. Un sistema antiguo disfrazado de modernito.

Salta a la vista la necesidad de dinero por parte del municipio Salteño, pero los impuestazos y las mañerías para meter las manos en el bolsillo del vecino son una mala forma de administración democrática de los bienes de la comunidad y de hecho esto conduce al fracaso político por parte de los personeros de tamañas maniobras.