27 C
Salta
domingo, noviembre 24, 2024

Historias folletinescas y mundos oscuros en El caso de María T

Notas más leídas

Abordar la novela El caso de María T de Juan Agustín Ahuerma Salazar es ingresar a un fascinante mundo donde tras la cortina de historias casi folletinescas (unos amores ilícitos y un caso policial), se despliega el oscuro mundo de la relación entre los hacendados, los políticos y los traficantes internacionales.

En efecto, si pudiéramos graficar de alguna manera las historias de amor podríamos trazar dos triángulos concéntricos en cuyos vértices se encuentran las guardianas de los hogares y de la concordia familiar, las esposas de los Montenegro y en cuyas bases se encontrarían éstos y las Toledo.

Pero una de las amadas está muerta cuando, al comienzo del texto cargado de un lirismo muy particular, el oscuro médico forense de apellido Montenegro la conoce. Sin embargo, el llamado de esa amada inmóvil es tan fuerte que provoca, no sólo la conciencia de haber llegado muy tarde, sino también el inicio de una refinada investigación acerca de las causas de esa muerte y la finalización del propio matrimonio. Esta historia, que abre y cierra la novela, es el triángulo mayor; pero ¿cuál es el que esta en su interior, el menor? Ahí se encuentra lo investigado que revela la existencia de los ilícitos amores del abuelo Montenegro Beltrán y la abuela de la mujer asesinada, la famosa María Toledo.

Si una de las esposas, la propia, es, con sus continuas llamadas, un escollo para la investigación; la otra, la abuela Montenegro Beltrán, la facilita, entregando a su nieto unas cartas de María Toledo a su abuelo y unos cuadernos de tapas azules en los que Montenegro Beltrán había volcado con abigarrada letra todo lo relativo al caso María T, su paciente en un primer momento.

Estas cartas, estos cuadernos y el largo relato de Palacio permiten a Montenegro y al lector rearmar la historia de esos amores que se presenta en esquirlas. Ahora bien, ¿qué otra trama se entrecruza? ¿qué hay por atrás de cada ángulo de este último triángulo?

El ángulo de la esposa engañada es la construcción de la dama que espera resignada en la piecita del fondo el fin de los alocados amores; que guarda celosamente cartas y cuadernos que proporciona al nieto para que investigue y que lleva flores a una tumba en la que no sabe si descansa su marido dada la misteriosa desaparición del mismo durante un accidente.

En el ángulo del doctor Montenegro Beltrán se abre el juego entre el ser y el parecer ya que tras la fachada de una investigación científica (el caso María T) se encuentran los impúdicos amores con una paciente; tras la fundación de un leprosario con subsidios estatales, los nombramientos de las prostitutas en debacle tras la ley seca como enfermeras y la increíble teoría del “estigma” que, en la práctica, permitió dar refugio a los que colisionaron con el sistema, a los estigmatizados locales y actuales:

Moyano y Ahuerma
Micky Ríos, chapista, Bebo Guantay, folclorista. Después estaban el Dandy, que vendía repuestos del automotor en la calle Independencia, el Amarillo, que estaba en el negocio del beberaje, Juancito Riera, panadero, el chango Montal, que se decía de profesión martillero aunque nunca había tocado una herramienta. El Galo, que era ingeniero nuclear pero de antes de Hiroshima. El Pepe Lloret, que era juguetero, Salim Salim, el abogado. Eran los más asiduos. Una tribu feliz de farristas y dicharacheros. Padecían, en cierto modo, de una enfermedad ciertamente incurable: de una manera u otra estaban en colisión con el sistema.(p. 68)

Como a los de todas las tierras y todos los tiempos “Por ahí pasaron el filósofo Lanza del Vasto, poetas de altura como Luís Franco, Lola Mora, León Felipe. Antonio Carlos Jobim, Marcó del Pont, Homero Expósito. El pintor Caribé, Federico Gaufin, el Conde de Lautremont, Amado Nervo. Era una especie de república Parnasiana, siempre en movimiento” (p. 69). Curiosamente en la novela no es desvalorizada la distancia entre el ser y el parecer, todo lo contrario lo valioso al menos desde unos de los narradores principales, Palacio, es la capacidad de ciertos personajes de montar una escena que aparece para poder vivir anchamente la libertad y el amor.

En el ángulo de María T., la mujer estudiada como caso, aparecen:

los trastornos psicosomáticos y la mención de médicos que en la ficción se disputan el Novel con Montenegro Beltrán como el doctor Bernardo Houssay, en la realidad laureado con ese premio en la década de los 40; y de científicos varios, algunos conectados con el campo de la salud como el psicoanalista Bión, estudioso de los trastornos de la mente de los niños y otros, que mencionados acá como relacionados con la medicina, pertenecen en la realidad al campo de la física como Niels Bohr y Max Plank.

La vida de los hacendados, como la familia Toledo, que rodeados de comodidades sostienen su statu quo a partir de extrañas alianzas y favores mutuos con políticos y traficantes como:

Juan Duartech, cuñado de Perón, cuya vida nocturna y cuyos coqueteos con los nazis, radicados ilegalmente en el país son conocidos, que en la novela aparece como administrador de una finca, vecina a la de los Toledo, cuyos dueños eran los vendedores de armas Krumffeld, nombre ficcional de los Krupp, en cuya pista de aterrizaje descendían aviones con pasta base. Klauss Barbie, antiguo nazi refugiado en Bolivia, llamado en la realidad el carnicero de Lyon por los crímenes cometidos en esa ciudad, y cuyos poderosos contactos en el Gobierno y el Ejército bolivianos le permitieron vivir en completa impunidad en ese país durante 32 años, que en la novela aparece realizando tales envíos.

Darío, el supuesto primo de María Toledo, llamado también Dareen Von Ripper, que al final de la novela sabemos que es nada menos que el ángel de la muerte, el doctor Mengele quien en la realidad después de servir en las SS vivió también en la impunidad en varios países latinoamericanos (aunque temía a Klauss Barbie). Fue él quien, en la ficción, envició a la protagonista con éter sulfúrico, con cocaína y el que le proporcionaba la Talidomida que deformó las piernas de su hija natural y le presentaba amigos con los que ella se divertía. Una especie de proxeneta de María cuya extraña relación con ella era desatendida por sus padres quienes estaban pagando con este “descuido” algunos favores.

El propio Walt Disney, que durante la guerra fría denunció a sus antiguos empleados por sus antividades anti-americanas (comunistas), quien en la novela fue visto en una foto por Palacio, según le narra éste a Montenegro, con los antes mencionados durante una cacería de Jabalíes en una finca salteña. Foto en la que también aparece curiosamente Frank Sinatra, conocido en el mundo real por su música (como Disney por su cine) y también por su relación con la mafia.

Este revés de la trama posible de leer encadenando los nombres de los personajes relacionados con la familia Toledo, que muestra lo nexos entre las familias poderosas, los políticos y los negocios multimillonarios de la farmacopea, los tráficos de armas y drogas, la ultra-derecha y la mafia, hace posible comprender el porqué de la fascinación que ejerce el texto y hace posible pensar en El caso de María T como una novela realista a su manera, ya en ella también son posibles las levitaciones, los que desaparecen de la faz de la tierra sin dejar huella alguna como Montenegro Beltrán, y los fantasmas que vienen del futuro para alertarnos acerca de la desgracia, pero leer esto ya es harina de otro costal.

Elisa Moyano

NdR: La crítica y poeta Elisa Moyano presentó la nueva novela del escritor Juan Agustín Ahuerma Salazar, el sábado 17 de mayo en el Museo de Bellas Artes de Salta, La Florida 20.

Fuente: culturasalta.gov.ar

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img

Últimos Artículos