Anoche se presentó en la sala mayor de la Casa de la Cultura el pianista Horacio Lavandera. Para muchos fue un encuentro con la música de todos los tiempos, expresada con frescura, poesía, talento y refinamiento. Allegro Molto, Andante y Allegro del «Concierto para Piano N° 3» de Eduardo Alonso-Crespo resultó ser una ejecución afortunada de la mano del artista. Antes la Obertura Rosamunda y luego la Sinfonía N° 5 en do Menor, Op. 67 de Beethoven fue el programa ofrecido por la Orquesta Sinfónica de la Provincia.
El 31 de mayo en la Sala Juan Carlos Dávalos de la ciudad de Salta, se presentó el pianista Horacio Lavanderas, joven de 22 años, quien demostró talento y arte junto a la Orquesta Sinfónica en su VII Temporada, de la mano del nuevo director Luis Gorelik.
Ovacionado por el público salteño, el solista deleitó con el Concierto para Piano N° 3, op.22 (Eduardo Alonso-Crespo).
Como en un concierto sin tiempo ni espacio, Lavandera hizo vibrar el piano. Con ecos de los grandes concertistas y con una magia inusitada, nos deleitamos con el piano de un intérprete de los grandes clásicos quien además, es un apasionado por la música actual.
Horacio Lavandera estrenó obras de compositores vivos de todos los continentes quienes han dedicado obras exclusivas al artista: Karlheinz Stockhausen, Mauricio Kagel, Joan Guinjoan, Marlos Nobre, Richard Dubugnon, Guillaume Connesson, Esteban Benzecry y Atsuhiko Gondai. Con este último tomó un estrecho contacto durante el 2006 y lo acompañó en todas las presentaciones realizadas en Tokio, Bs. As. y Madrid, interpretando su obra “Twilight Zone”.
Ha recorrido, entre otros, los escenarios de Roma, Montevideo, Caracas, Venecia, Río de Janeiro, Viena, Palermo, Santiago de Compostela, Boston, Munich, París, Londres, Barcelona, Tenerife, Japón y anoche, su piano sonó en Salta.
Amante de Bach, Beethoven y Brahms, a quienes ha dedicado su tercer registro discográfico, deja en Salta un hálito de genialidad. La manera en que toca el piano, impone una sensación de apasionamiento musical; sus manos bailan sobre el teclado y su presencia simpática hablan de todo un personaje, un solista de lujo para el público salteño y sin duda, para el mundo entero.
La prensa aplaude su trayectoria
Sobre la presentación en Nordelta, se dijo del pianista: …” otro rasgo admirable emanó de su personalidad, de su criterio artístico y de su educación. Al recibir la ovación final, calurosa y unánime y a pesar del gesto del maestro Calderón de que agregara una pieza para piano fuera de programa, con natural cortesía y lógica, prefirió la repetición del último movimiento del Emperador , es decir, un agregado concretado por todos. Entonces ahí quedó claro que el pianista argentino, a su formidable dominio del teclado, suma la sencillez y el don de la ubicuidad, esos atributos que han sido y son los rasgos de los artistas de verdad”. (La Nación, 23/05/07)
La revista cultural Ñ, indica: “A los siete años comenzó a estudiar en un piano prestado y quedó deslumbrado por George Gershwin. A los 16 resultó vencedor del III Concurso Internacional de Piano auricio Micheli, en La Scala de Milán. También recibió el Premio Especial de la Orquesta Filarmónica de La Scala “Mejor Intérprete de Piano y Orquesta”. Su primer disco, “Debut”, fue editado en 2000 por el sello Testigo Recordings, e incluye obras de Mozart, Chopin, Berg y Ginastera. Fue seleccionado en las Master Class de Mauricio Pollini durante el Festival de Lucerna 2004. Recibió el Premio “El Primer Palau 2004” por su interpretación de “Noches de los Jardines de España”, de Manuel de Falla. También obtuvo el Primer Premio en el V Concurso Bienal Juvenil de Festivales Musicales de Buenos Aires (1999), Revelación en Música Clásica Clarín a las Artes y el Espectáculo – 2002). Luego de presentarse en los Festivales Musicales Buenos Aires 2005, tocará en España, en el Wigmore Hall de Londres, en el Musikverein, en Viena, y en el Auditorio de Radio France, en París. El año próximo, concretará una nueva gira por Japón. Mientras tanto, trabaja en la edición de su segundo trabajo discográfico.”
En cuanto a los músicos que prefiere, dice el joven artista a propósito de una entrevista: “En primer término, J. S. Bach es a quien todos los músicos debiéramos rezarle una plegaria antes de trabajar, como decía Claude Debussy. Pianísticamente su música es imprescindible como la de Mozart, Beethoven y Chopin. Schumann y Liszt tienen obras cuya complejidad estructural me fascina. Johannes Brahms es uno de mis favoritos del siglo XIX, con una suntuosidad genial. En esa etapa puedo agregar a Richard Wagner. Del siglo XX, Debussy, Maurice Ravel, Béla Bartok, Sergei Prokofiev, Igor Stravinsky, Gershwin, Alberto Ginastera son algunos de los que me interesan. Asimismo la Segunda Escuela de Viena: Arnold Schoenberg, Anton Webern, Alban Berg. En la segunda mitad, Pierre Boulez, Luciano Berio, Karlheinz Stockhausen, John Cage, György Ligeti y Mauricio Kagel, sólo por nombrar a algunos. Sólo hay algunos compositores «pseudograndes» que no me llaman la atención para nada.” (El Clarín, 2/07/05)