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miércoles, abril 24, 2024

Julio Lazarte, la elevación del espíritu a través de la música

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El músico Julio Lazarte desarrolla una actividad que exige mucho más que una simple mirada; de una inquietud musical inusitada, supo conquistar el alma del público salteño a través de su trabajo artístico sostenido. Sus presentaciones son de lujo y su maestría, subrayable. ¡Sus conciertos son gratuitos!

¿Qué más podemos pedir?- pensé. Una entrevista… Porque es inevitable pensar en su tarea. Porque de tanto talento y de tanta elevación espiritual, sólo puede brotar arte. Su tarea social con la música es una veta particular que desarrolla mediante la Camerata Lazarte. Su vida es intensamente profesional, enriquecida por trayectos internacionales que le dieron una gran solvencia artística. El maestro Lazarte viaja a Salta cada año para ofrecernos sus temporadas y ciclos musicales con cuidada selección de repertorio, intérpretes y compositores.

Una pasión erudita

Me imagino que en 24 años con la música (o más), tendrás tantas cosas para decir, que necesitaríamos al menos un libro para contarlas. Tu actividad incesante y continua es de digna admiración. Sos musicólogo, profesor de piano y médico. Me gustaría preguntarte cómo organizás cada concierto y con qué recursos contás…

– Todo comienza con una exhaustiva tarea investigativa de la música y de los músicos involucrados. Para lo primero cuento con el valioso soporte de una biblioteca y partiteca personal muy rica acumulada a través de años de estudio. De esta fuente selecciono el material más indicado para cada evento teniendo en cuenta varios parámetros. El que uso con mayor frecuencia son los aniversarios de nacimientos o fallecimientos de los compositores. Se trata de una excusa cronológica (centenarios o sequiscentenarios, por ejemplo) para que el público y los instrumentistas centren su atención en un autor que merece ser estudiado y difundido. Esto cumple una doble función porque también soy un ferviente defensor de los programas monográficos, es decir, aquellos centrados en un mismo compositor, ya que esto permite una profundización por parte de los instrumentistas en los rasgos formativos estilísticos y técnicos de cada creador. En segundo lugar, tomo en consideración la destreza musical y escénica de cada intérprete involucrado y en relación a ello y a su personalidad, elijo un repertorio específico.

Finalmente, el público – que es lo que más importa a la hora de programar – debe ser ponderado cuidadosamente, atendiendo a las necesidades de una comunidad a lo largo del tiempo y a los requerimientos puntuales de cada presentación. En definitiva, todo este material es distribuido para cada público y cada espacio, ya que cada auditorio convoca un segmento diferente de la comunidad según los horarios del concierto, su ubicación geográfica y los hábitos sociales. Por ejemplo en Tucumán, hago cuatro conciertos con programas diferentes para cada uno por semana. Todos los sábados al mediodía actuamos en el Centro Cultural Virla de la UNT, que tiene un jpg_hi_5-58.jpgpúblico joven incluyendo niños y adolescentes. Los mismos sábados a las 18 horas, nos presentamos en el Centro Cultural Rougés donde asiste público de mayor edad. Por otro lado, todos los miércoles a las 20.30 de cada mes en el Auditorio de la Federación Económica de Tucumán asiste público variado. Finalmente, todos los domingos a las 19.30 horas ofrecemos un concierto fijo en el auditorio del Hotel Tucumán Center, al que asisten tanto los huéspedes del hotel como los turistas de otros establecimientos, ya que se trata de un evento promocionado por la Cámara de Turismo y Hotelería de Tucumán. Otro parámetro importantísimo a la hora de programar es sin duda la acústica de la sala, ya que también nos presentamos cada semana en distintos templos religiosos que como se sabe tienen la reverberación adecuada para ciertos tipos de literatura musical. Nuestras actividades no sólo se circunscriben a Tucumán y Salta por lo que se necesita de una tarea ciclópea y muy disciplinada de programación y planificación para cada lugar. Nuestras presentaciones son siempre con entrada libre y gratuita, por lo que la convocatoria es rica y variada. Los recursos a los cuales hace referencia su pregunta son siempre personales ya que la Camerata actúa sin subsidios estatales ni privados.

¿Ejercés la medicina?

– Ejerzo la medicina en la tarea cotidiana de formar y perfeccionar instrumentistas de todas las especialidades. Para ello recurro a una amplia gama de conocimientos sobre métodos relajatorios de fundamento científico como el psicoanalítico de Sapir, el de Ajuriaguerra, el de Schutz, el de Feldenkreis, entre muchos otros. De hecho, se acercan a nosotros instrumentistas con diversos trastornos posicionales, musculares, inhibiciones y de pánico escénico que requieren de información multidisciplinaria, siendo la medicina una herramienta más y sumamente indispensable para resolver esos problemas.

¿Qué edad tenés?

– Acabo de cumplir cincuenta y cuatro años cronológicos pero considero la edad emocional y evolutiva una situación totalmente móvil y no limitada, determinada por la inteligencia del individuo frente a sus vicisitudes ónticas y ontológicas.

Pero resulta que esta presentación tuya, que hago en la introducción, es limitada para hablar sobre tus actividades musicales. También sos intérprete y director artístico del sello JL Records. ¿Cuál es la música, y de qué autor/es (compositores) preferís interpretar?

– A lo largo de estos últimos veinticinco años he interpretado tantos compositores desde el barroco hasta la actualidad que se hace difícil, si no imposible, selecconar a uno en particular. Lo que en cambio podría afirmar es que tengo una inclinación especial por aquellos autores cuya producción es accesible al público y al mismo tiempo rica en propuestas estéticas.

Creo y sin temor a equivocarme, que te gustan algunos clásicos de teatro, quizá porque sé que dirigiste para una edición discográfica, una versión de Alonso Crespo sobre una obra de Shakespeare…

– Siempre existió una conexión profunda entre los clásicos del teatro y los clásicos de la música. Por eso abundan los casos de grandes compositores atraídos hacia la composición de música escénica e incidental. En el caso concreto de la Camerata tuvimos nuestra primera experiencia en 1994, cuando actuamos en vivo en todas las funciones que se hicieron para la puesta escénica de la UNT de Macbeth para la cual Alonso Crespo compuso la música especialmente para nuestra agrupación. A esto se sumó la muy grata experiencia que inmediatamente grabamos esa obra en los Estados Unidos recibiendo la máxima calificación de la Revista Clásica para el rubro escénico con obras de Shakespeare.

Cuando ibas a la escuela primaria, por ejemplo, ¿soñabas con ser músico?

– De niño dedicaba mucho tiempo a la lectura, especialmente filosofía, aunque parezca extraño para la edad. En esos mismos años pintaba y escuchaba música clásica, aunque nunca fantaseaba con ningún proyecto en particular.

¿Alguna vez te subiste a un escenario en otro rol?

– Sí, desde hace varias décadas tengo un programa anual de recitales poéticos-musicales en los que recito poemas de escritores escogidos especialmente de la creación latinoamericana. Este año, por ejemplo, realicé junto con la Camerata recitales de los cubanos Lezama Lima y Dora Alonso, del chileno Zuñiga Castro, y de los argentinos Anderson Imbert y Ariadna Chávez, entre otros.

Si no me equivoco, en el 2011 se cumple un aniversario de la Fundación de la Camerata Lazarte. ¿Qué creés que es lo más importante que ocurrió en estos casi 20 años?

– En efecto, la Camerata Lazarte cumple veinte años de labor continua e ininterrumpida en julio de 2011. Enumerar hitos especiales en esta trayectoria sería demasiado extenso. Sin embargo recuerdo con particular nostalgia el primer concierto, en el que presentamos las Diecisiete Sonatas de Iglesia de Mozart, la primera actuación en el foso del Teatro Alberdi de Tucumán, con el ballet “Les petites riens” de Mozart, la primera grabación que ya mencioné en los Estados Unidos, la conclusión del ciclo completo de conciertos para piano y para violín de Johann Sebastian Bach y tantos más… Sin embargo, tal vez el hecho más emotivo en lo personal fue nuestra presentación, como parte del Ciclo “Música en los Barrios”, en la Capilla Niño Jesús de Praga, en uno de los barrios tucumanos más desfavorecidos, en donde el público nos esperaba con obsequios caseros fabricados especialmente para la ocasión. Era sin duda uno de los gestos de gratitud más genuinos y espontáneos que jamás tuvimos.

¿Qué etapas atravesó la Camerata? ¿Cómo la ves hoy?

– La Camerata ha tenido variadas camadas de integrantes ya que se trata de un organismo de formación e investigación. Muchos ex integrantes del grupo ocupan hoy atriles en orquestas profesionales del país y del extranjero, incluyendo la de Salta. Comparativamente, la principal diferencia que señalaría entre la Camerata original y la de hoy es que la edad promedio de los integrantes es más alta, al igual que su grado de profesionalismo. No puedo evitar destacar algunos miembros francamente brillantes que han pasado o que integran el grupo como la pianista Laura Oppedisano y los violinistas Franco Ruiz Falci, Cecilia Isas y tantos otros…

¿Cómo es la rutina diaria de tu vida?

– El trabajo es muy intenso en la Camerata. Los ensayos se suceden casi sin interrupción, muchas veces inmediatamente después de un concierto. Para que esto funcione se necesita una organización pragmática y mucha disciplina, pero siempre bañada de mucho buen humor, camaradería y entusiasmo por lo que se hace.

En los países del extranjero donde diste conciertos, ¿viviste también?

– Sí, residí en Estados Unidos donde enseñé Eurritmia en la Universidad de Carnegie Mellon de Pittsburgh. En Europa, en donde di conciertos, estuve en Amsterdam, París y Bilbao.

¿Qué proyección artística te dio el hecho de tocar afuera?

– Fue interesante conocer distintos niveles de solvencia artística y pedagógica, cambiante según las idiosincrasias y los recursos humanos y económicos de cada región.

Cuando venís a Salta, ¿cómo te trata el público, qué experiencias te deja?

– El público de Salta que asiste a nuestros conciertos es particularmente cálido y participativo. Tiene una enorme avidez por enriquecer sus experiencias estéticas y está siempre abierto a nuevas propuestas.

¿Cuál es tu máxima aspiración?

– Que quienes realicen tareas similares a la nuestra de formación e investigación artística puedan hacerlo en el futuro en un clima cada vez más promisorio y fecundo, con el mayor apoyo posible.

¿Cómo ves el nivel musical en las Orquestas del NOA?

– En el panorama de los últimos años la creación de la orquesta sinfónica de Salta es sin duda el hito más importante de la vida orquestal argentina. La tarea ahora consistiría en consolidar el proyecto elevando cada vez más el nivel artístico de sus presentaciones.

Entre los maestros del país, ¿sentís que tu trabajo es valorado y reconocido?

– No tengo demasiado contacto con otros pedagogos musicales del país. La verdad es que nuestra tarea se orienta más hacia el reconocimiento y la valoración del público, al cual nos debemos.

Además de hacer homenajes a grandes compositores de música clásica, ¿a quién más dedicaste conciertos?

– Recuerdo especialmente unas funciones muy simpáticas de ballet en el Teatro Alberdi de Tucumán dedicadas a los valses más conocidos de Johann Strauss (h), por ejemplo.

¿Te gusta la música popular?

– Estoy siempre atento a sus desarrollos. Siempre tengo presente que lo que hoy llamamos música clásica abrevó en su momento en la música popular de su tiempo.

¿En qué consiste la Metodología Lazarte, sumando otra faceta de tus actividades, en este caso la de profesor?

– Naturalmente es imposible de describir en forma breve, pero puedo decir que consiste básicamente en la aceleración del aprendizaje artístico basada en un perfil pedagógico individual y singular para cada educando. Fue publicada por primera vez por la Profesora Ana Badessi de Guraiib en la Revista de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional de Tucumán.

¿La Camerana Lazarte, forma parte de un grupo cultural en Tucumán? Quiero decir, ¿lo musical se extiende y proyecta hacia otros campos y en idéntica sintonía con un estilo?

– La vida cultural en Tucumán es muy variada y rica por una tradición que viene desde mucho tiempo atrás. Las propuestas actuales son múltiples y nuestra actividad viene a enriquecer con su singularidad la permanente “movida” cultural tucumana. Interactuamos frecuentemente con agrupaciones provenientes de otras artes, como profesionales del teatro, de la danza y de las letras.

Me gustaría que contaras sobre tus actividades en los barrios de Tucumán…

– Se trata de uno de los proyectos que más nos llena de orgullo. Nació a comienzos de la década de 1990 cuando decidimos que ampliar la base de la pirámide que constituye el público era esencial para la razón de ser y el futuro de la Camerata. Así desarrollamos un intenso plan en los barrios y parques tucumanos, usando para el primer caso los templos religiosos como auditorio. Los resultados fueron sorprendentes desde el comienzo: personas de todas las edades se acercaron no sólo a disfrutar de la música, sino también a interesarse por la carrera musical profesional.

¿Cuándo venís a Salta?

– En la medida en que vayamos consiguiendo los ámbitos y salas adecuados, seguiremos con nuestra temporada en Salta. Nuestra próxima presentación es el viernes 6 de agosto en la Iglesia de San José con un ciclo de Sonatas Opus 17 para Violín en primera audición de Rodolphe Kreutzer a cargo del destacado músico Franco Ruiz Falci.

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