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jueves, abril 25, 2024

La Batalla en la Escuela o el suicidio ciudadano

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La situación del Colegio Batalla de Salta, que es de dolor, me trae a la mente las siguientes preguntas: ¿Cómo es posible que una batalladora de la educación llegue a esta situación?, ¿cómo es posible que el aula sufra situaciones tan tristes de decadencia humana por parte de sus actores? Recuerdo cuando en otros tiempos se decía con orgullo que “la escuela es como un templo del saber”.

Ahora hay indicadores que nos llevan a la frustración social. ¿Cómo el sistema permite que sucedan estas situaciones indignas de la persona?

La mayoría de las escuelas están sobrepasadas por la realidad socio cultural y realmente esta es una variable incontrolable y lo más llamativo es que el Estado envía a docentes y alumnos a una especie de suicidio ciudadano ya que los resultados que hoy por hoy muestra el sistema educativo en general, impulsado por la respectiva política, solo nos hablan de desilusiones, grandes esfuerzos y pequeñísimos resultados, y tras de esto el desgaste injusto de los docentes que no solo se comprometen con el proceso de enseñanza aprendizaje y así están llamados a ser verdaderos mártires de la sociedad o en el peor de los casos (como ya lo insinué)suicidas.

La cara del docente no pocas veces refleja desgaste, vaciamiento existencial que sufre al hacer tremendo esfuerzo en las aulas. Rostro de apuro, de faltos de tiempo, de cansados, de exhaustos. ¿Cuál es la intención del Estado ante esta realidad? ¿Masacrar la nobleza de tremenda vocación? ¿Eliminar a gran parte de un sector de la sociedad del todo útil poniéndolos ante situaciones de esfuerzo máximo e inminente frustración por impotencia?

Es claro que los ideales y objetivos fijados para el sistema educativo son muchas veces imposibles de alcanzar (sino pensemos en los índices de la calidad educativa que año tras año bajan) y esto trae a la mente la pregunta: ¿para qué sirven las escuelas? O mejor ¿para qué las usa el sistema? ¿Son acaso una terminal solapada de la inevitable exclusión?

jpg_estres.jpgPerversidad total, se le hace cargo al docente de toda una realidad que en su mayoría es solo responsabilidad del Estado encararla. El docente que haga docencia, muchas veces en aulas superpobladas, con los recursos que pueda; asistencia social, familiar, detectar problemas de salud, de droga, de violencia, de promiscuidad, de alienación psicológica, problemas de madurez, de crecimiento, de alimentación, psico lingüísticos, psico motrices, psicológicos, psiquiátricos, de razonamientos, de conducta, delincuencia precoz, etc…etc…etc…

Finalmente, con los agentes de la educación desbordados y por supuestos victimas del sistema, los alumnos bajo la misma estigma y que son los más débiles e indefensos siguen su proceso como de exterminio maquinado por no sé qué fuerzas macabras, andando su camino hacia la nada, al menos muchos, demasiados de ellos.

En definitiva, es hora que el Estado cumpla su rol de velar por el bien común de manera más intensa (privilegiando a los más pobres, débiles y necesitados) y ante situaciones como esta, que no son menores, deje de buscar chivos expiatorios de su ineficacia e inutilidad refugiándose en prescripciones imposibles de cumplir para sectores tan esforzados y no pocas veces infravalorados no tan solo en sus remuneraciones.

– Nota relacionada:

Apoyo a Cristina Cosci del Batalla de Salta por su intachable trayectoria

https://www.salta21.com/spip.php?article1877

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