Caro Figueroa fue un pésimo Secretario de Cultura de la provincia de Salta. En su sillón de Coordinador de Bibliotecas y Archivos, no lo es menos.
Tras el fracaso del funcionario como el Secretario que nunca fue, se encerró en su despacho de Belgrano 1002, poco más de dos meses. En la mudanza, se llevó a su entonces secretaria Viviana Vacherand. No obstante, contrató a Paula Bertini, actualmente empleada de planta permanente, quien detenta un cargo de asesora.
Ambas fueron contratadas no a dedo sino a ojo. Pero Viviana y Paula no son simples mujeres bellas, portan la inteligencia necesaria para manejar a su conveniencia la Biblioteca y su Coordinador.
La inercia del funcionario hizo que de a poco, las cosas fueran quedando en manos de sus empleadas. El Coordinador no pasaría ninguna auditoría seria ni sus sumariadas tampoco. Primero fue una enfermedad que lo alejó un par de meses de la Biblioteca y Bertini supo aprovechar bastante bien la situación, colocada temporalmente en el puesto de Gori por el mismo funcionario. Con el correr del tiempo, las empleadas se posesionaron de la Biblioteca y comenzaron no sólo a dar órdenes, sino a manejar caudales de dinero.
En el 2009, llegó a la Biblioteca un subsidio de la Conabip de 20 mil pesos. En el 2010, llegó otra importante suma de dinero por partida doble: 40 mil pesos. Los 60 mil estaban destinados al funcionamiento y mantenimiento del Bibliomóvil, que se convirtió en una lágrima sobre cuatro ruedas: libros rotos, parlantes robados, computadora sin funcionar… Pero lo que es peor: un proyecto de lectura que dormirá para siempre en el cesto de basura, ya que ese dinero que llegaba para la animación lectora, se extravió misteriosamente y se justificó con más de una factura trucha.
De las facturas se habría encargado una de las secretarias, de los Memorándum, la otra; y de poner el gancho, Gori Caro Figueroa. Una verdadera organización en donde todos para uno y uno para cada uno. El funcionario, siempre embelesado, firmó todos y cada uno de los proyectos, facturas y memorándum, sin cuestionar nada. Incluso, firmó la sentencia de quien descubrió todo para tratar de terminar con la rabia matando al perro.
Hace un tiempo atrás (diciembre de 2011), un lector de Salta 21 denunció en un comentario que en el Reglamento para el uso de las salas de la Biblioteca se exigía el pago de un arancel de $ 100 en materia de útiles y libros. Ver http://www.salta21.com/Su-ministro-Ovejero-y-su-Bravo.html), a lo que Caro Figueroa respondió con una negativa y envió una copia del Reglamento donde se exigía el donativo pero no por valor de $ 100. Ver http://www.salta21.com/Sobre-comentarios-en-Salta-21-%E2%80%8F.html
Pero Salta 21 comprobó que era cierto y se adjuntan en el portafolio las fotografías de los documentos en donde figura ese requisito. Es más, hay un parágrafo que expresa que de no hacerlo, se le cancelará el préstamo de la sala. El lector denunciante tenía más que razón. Al lugar, a la Biblioteca, llegó gente de escasos recursos que alcanzaban a juntar unos pocos útiles del listado exigido por lo cual, ciertos empleados tuvieron que intervenir acreditando la pobreza de las personas y así solicitar se los exima del requisito.
En la nota que envió Caro a Salta 21, subraya:
– «El cuidado de los bienes muebles y del patrimonio bibliográfico y documental de los organismos de la Coordinación es una de las tareas a las que esta Coordinación otorgó mayor importancia».
– «El pasado mes de noviembre se remitió al Ministerio de Finanzas el primer inventario completo de los bienes muebles de esta Coordinación y de los tres organismos que la integran».
– «Por Disposición de este año 2011 los técnicos están trabajando en el inventario bibliográfico de la Sala del Tesoro de la Biblioteca Provincial, del Archivo y Biblioteca Históricos y de la Biblioteca Atilio Cornejo».
¿Dónde estás los libros que donaron los rusos a la Biblioteca, Gori?
¿Y el resto de las colecciones? ¿Y los 50 libros de literatura infantil que faltan?
Hay testigos oculares que dicen haber visto libros con el sello de la Biblioteca Provincial en la Biblioteca privada del funcionario.
¿Para quiénes eran esos útiles solicitados, materiales de oficina, etc.? Para las empleadas, lógicamente.
Ahora bien, con el donativo de libros, se habría procedido de la siguiente manera: se los recibe, se los deja apiladitos en un lugarcito de la Biblioteca de Belgrano 1002, pasa un tiempo, se revisa la caja y la caja está vacía. ¿Quién tiene los donativos? Nadie. Se esfumaron misteriosamente.
En ese lugar, nunca antes se dio tanta inoperancia: dinero de fondos para la Cultura extraviado, libros perdidos, proyectos no realizados, secretarias al poder, mando delegado.
Este funcionario, que escribe libritos sobre Güemes, que cobra como Secretario de Cultura, que se sienta en el sillón para que otros gobiernen, que encabeza prólogos de libros, no es sólo un ineficiente. Podría convertirse en un cómplice de la irregular administración de fondos públicos provinciales.
Ampliaremos.
– Notas relacionadas:
Por qué criticamos la gestión cultural de Gregorio Caro Figueroa
http://www.salta21.com/Por-que-criticamos-la-gestion.html
Gori Caro Figueroa se va de Cultura: las razones de un fracaso
http://www.salta21.com/Gori-Caro-Figueroa-se-va-de.html
La ineficiencia de Gregorio Caro Figueroa se trasladó a la Biblioteca de la Provincia
A Salta 21: es indignante esto, pero no entiendo porqué esas empleadas o el director o quien esté a cargo de la Biblioteca siguen estando ahi. ¿Nadie sabe todo esto? ¿Como es posible que un par de empleados manejen un organismo a su antojo y que encima cometan delito o algo parecido?
Es muy raro todo esto.
La ineficiencia de Gregorio Caro Figueroa se trasladó a la Biblioteca de la Provincia
No pierde vigencia aquel tema musical de la Bersuit en la década menemista, titulado LA ARGENTINIDAD AL PALO, cuando dice casi al final:¡son todos una manga de garcas!
¡este país está lleno de ladrones!
¿yo?…¡argentino!
como el tiro en el corazón
de Favaloro…
La ineficiencia de Gregorio Caro Figueroa se trasladó a la Biblioteca de la Provincia
Aporto un dato más. Se está gestando en el seno de la «Coordinación del delito de Salta» un encuentro de narradores en donde la mencionada Vacheran es una de las organizadoras junto a familiares de la otra en cuestión , Paola Bertini, y recibirán de manos de Secretaria de Cultura, fondos públicos (es decir, de todos nosotros) para llevar adelante esto.
Ojalá alguien haga algo.
La ineficiencia de Gregorio Caro Figueroa se trasladó a la Biblioteca de la Provincia
¿¿Porqué no lo sacan a él y a sus secuaces????
Que se investigue!!!!