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viernes, abril 19, 2024

La Nomenklatura Académica en la Cultura Argentina (era M-K)

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En esta investigación que adjuntamos en dos archivos en Word (el Índice y la obra completa) nos hemos propuesto reunir una larga serie de denuncias formuladas públicamente en la última década (1997-2007), acompañadas por diez (10) apéndices, donde se analizan como en una novela negra la trama de nudos y flujos y las más severas y extremas patologías, propias casi de una crónica policial.

– por Eduardo R. Saguier

Tales patologías se desplegaron en los organismos del ámbito científico-educativo, tales como la Agencia Nacional para la Promoción Científico y Tecnológica (ANPCYT), el Directorio del CONICET, las Secretarías de CyT de las Universidades Nacionales, los Consejos Directivos de las Universidades Nacionales, el Comité de Ética en Ciencia y Tecnología (CECTE), el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) y el Observatorio Nacional de Ciencia y Técnica.

Para comenzar tratamos el miedo enquistado en la intelectualidad argentina, en segundo lugar la privatización mercantilista de la investigación, las transferencias tecnológicas y el plagio del Bayh-Dole Act; a continuación la planificación autoritaria del Observatorio Nacional de CyT; en cuarto término la doble obligación, la múltiple subordinación y la combinación de donaciones y sobresueldos en la educación superior; más luego la repetición concentrada (duplicación, triplicación y cuadruplicación) de los subsidios de la misma Agencia y su obscena desigualdad; en sexto lugar la corrupción institucionalizada de las autoridades pertenecientes a emblemáticos organismos públicos mediante los subsidios distribuidos por la Agencia; en séptimo término la complicidad con el peculado de los Coordinadores del Fondo Nacional Científico y Tecnológico (FONCYT), dependiente de la Agencia; a continuación el favoritismo clientelistico fraguado en el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR), dependiente de la Agencia; en noveno lugar el encubrimiento del peculado por parte del Comité de Ética en Ciencia y Tecnología (CECTE), dependiente del Ministerio de CyT; en décimo término la connivencia con el negociado por parte de las autoridades del propio CONICET; más luego las autorizaciones abusivas de asesorías y consultorías por el Directorio del CONICET; en duodécimo lugar la colaboración con la defraudación por parte de los Secretarios de CyT de las Universidades Nacionales; y para terminar la participación en el pillaje y el fraude electoral de los Consejeros Universitarios. Como corolario final la obra cierra con una breve conclusión.

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