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jueves, marzo 28, 2024

La prensa canalla del establishment

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En todas las épocas la clase dominante y concentradora del poder económico, ha ejercido influencia en las decisiones de los Estados, que formalmente giran bajo diferentes formas de organización institucional, pero que en realidad solamente ejecutan los designios de ese grupo de poder real, agazapado detrás del aparente poder político.

En Argentina los cambios bruscos del orden institucional contemporáneo (desde 1955 a la fecha), mediante asonadas militares conniventes con esa estructura económica, cívica y eclesiástica, han sido una muestra evidente de lo que afirmamos.

Desde siempre esas decisiones se han dirigido, manipulado y construido en base a inteligentes y bien organizados operativos mediáticos, y las grandes empresas periodísticas –que no necesariamente son grandes del periodismo- pertenecen precisamente a ese establishment de poder.

El escenario posterior a la llamada Revolución Libertadora –para muchos de nosotros revolución fusiladora- implicó una andanada de diatribas y mentiras de todo tipo, y terminaron acuñando el término copera para referirse a Eva Duarte.

Esa pretendida descalificación surgió del imaginario de las señoras gordas de la Sociedad de Beneficencia que fueron despreciadas por la líder del justicialismo, echándolas de la Casa Rosada, diciéndoles que a partir de allí no habría beneficencia sino justicia social. Además de decirles en la cara –motivo obvio del agravio de las señoronas- que tenían olor a bosta, porque eran todas consortes de los panzones de la Sociedad Rural Argentina.

Las acusaciones de corrupción, malversaciones, torturas, agravios, régimen dictatorial y abusos eran moneda corriente en los diarios La Prensa y La Nación, únicos medios masivos de comunicación gráfica de esos años. Todo ello al mismo tiempo que los militares que se autodenominaba libertadores, asesinaban otros militares y civiles en defensa de ese orden impuesto a puro fusil, como lo fue la masacre de Junio de 1956, entre otras.

Con la dictadura de Jorge Rafael VIDELA en marzo de 1976 ocurrió algo idéntico, y con posterioridad al derrocamiento de la Presidenta Constitucional María Estela MARTÍNEZ, comenzó otro operativo bastardo de la misma calaña, las mismas caras y apellidos, llegándose a publicar un supuesto carnet para el ejercicio de la prostitución a nombre de “Isabel”. En definitiva una puesta en escena con el mismo olor a bosta que predisponía a Eva Perón.

La editorial Atlántida de la mano del hoy devaluado Samuel “Chiche” Gelblung-que entonces operara como colaboracionista número uno de ese régimen genocida- con las revistas Somos, Gente y Para Ti, orquestó una campaña muy similar a la de veinte años antes, y llegó a publicar en tapa la foto de la niñita Alejandrina BARRY, y la presentaron como abandonada por terroristas (sic) con el título “Los hijos del terror”, cuando era una hija apropiada por militares luego del asesinato de sus padres.

Hoy en el régimen conservador, oligárquico, neoliberal y pro imperialista gobernante, el esquema mediático es idéntico al de las dictaduras, pero mucho más concentrado y aceitado, con uso de ejércitos de llamados trolls en las redes sociales, y de este modo se han afinado los métodos de manipulación de la información –o desinformación según se mire- de la población en general.

Pero el efecto más pernicioso de este esquema además de la generación de una clara desinformación pública, es el uso abierto, grosero, y desembozado de un autoritarismo idéntico al de las dictaduras anteriores, de apriete al sistema judicial en su conjunto, incluida la Corte Suprema de Justicia de la Nación, lo que aparece –por lo menos- como una situación palmaria de inseguridad para todos los habitantes del País.

El juego es muy claro y evidente, y ya se demostró con la aparición pública de LEONARDO FARIÑA, que desde la prisión otorgaba entrevistas a la cadena oficial del gobierno (TN) imponiendo –entre otras frases hechas absurdas- el “se robaron un PBI” que los acólitos creyentes del macrismo gobernante repetían incansablemente como robots programados para la idiotez.

Acreditado ahora por confesión de su propia abogada que el hoy testigo protegido –o premiado según se analice- que vive en departamento de lujo y custodia personal pagada por el gobierno como recompensa a los servicios prestados, solamente repitió un guion armado por los mismos periodistas de la entrevista, el verborrágico actor fue borrado de escena, y en su lugar se ha plantado ahora otro improvisado.

Se trata del contador público VÍCTOR MANZANARES, a quien menos de veinticuatro horas después que el juez ARIEL LIJO le otorgara la excarcelación, fue entrevistado en la misma pantalla oficial (TN Nicolás WIÑASKI) diciendo –un poco más modosito que el anterior que aludía a un PBI: U/S 600.000 millones- que lo robado es U/S 10.000.- millones, y que él personalmente llevaba las valijas.

De no ser por la clara y casi estúpida estrategia periodística que detallamos, no llega a entenderse cómo una persona que confiesa en televisión haber robado millones de dólares para terceros, no está procesado y preso por ello, por más arrepentido que esté. Se viene otro premio TN para el declarante, a costa claro de tener que repetir otro guion.

Y a pesar de ese circo mediático casi increíble, todavía se encuentran incautos que ahora buscan los diez mil millones –ya no el PBI que entre FARIÑA y CARRIÓ lo han hecho pasar de moda- y el sistema judicial sigue silencioso, cobarde y solícito a los vaivenes del oficialismo gobernante, que les dicta las resoluciones por una pantalla de televisión.

No de otra manera se puede llegar a entender que con la rapidez de un rayo y la desvergüenza de quienes no parecen ministros de una corte, el máximo Tribunal de la Nación haya emitido un comunicado por secretaría aclarando que pedir el expediente que investiga la obra pública y pretende imputar a la ex presidenta CRISTINA FERNÁNDEZ, no obstaculizará el inicio del juicio oral el próximo 21 de mayo.

Ese aviso de obediencia expresa de la Corte de Justicia que nunca emite tales comunicados, para acatar sin reparos la estrategia persecutoria del gobierno hacia funcionarios de la gestión anterior, parece una copia calcada de los exabruptos histéricos de LAURA ALONSO, que pedía a gritos que el juicio siguiera su curso.

Tal cuadro de situación nos revela con gran preocupación que las grandes decisiones del País no pasan por un control judicial, sino por el mismo establishment corrupto, que desde los centros ocultos de poder dirigen los destinos de todos nosotros, y que los magistrados de la Nación tienen el mismo margen de maniobra que tenían los que juraron por el Acta del 24 de marzo de 1976 para seguir, impávidos y sumisos, en sus indignos cargos.

– (*) Grupo invisible o élite que ostenta el poder o la autoridad en una nación.

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