26.3 C
Salta
jueves, marzo 28, 2024

La Sinfónica con Beethoven y Shostakovich

Notas más leídas

Viernes 21 de marzo, a las 21.30en el Teatro Provincial de Salta. Las entradas sin cargo ya se pueden retirar por boletería, Zuviría 70.

Bajo la dirección de Yeny Delgado y con la actuación de María Fernanda Bruno como solista, se interpretará a Shostakovich y Beethoven.

Primeramente, se interpretará el Concierto para Piano y Orquesta Nº 4 en sol mayor, Op. 58 de Ludwig van Beethoven con María Fernanda Bruno como solista. Luego, llegará el turno de la Sinfonía Nº 5 en re menor de Dimitri Shostakovich.

Sobre las obras

Dmitri Shostakovich. Sinfonía Nº 5, en re menor, Op. 47.

En 1936 el periódico oficialista soviético “Pravda” publicó un artículo en contra de la música de Shostakovich en el que consideraba a su obra “demasiado compleja” y condenaba, entre otros trabajos, a su ópera Lady Macbet, la cual fue prohibida. Las representaciones de la ópera se suspendieron y el compositor vio desplomarse sus ingresos y su prestigio, en un contexto en el que la represión política estaba haciendo estragos. Era la época de las grandes purgas stalinistas, en la que amigos del compositor fueron enviados a prisión o ejecutados. Tras algunos ensayos en diciembre de 1936, Shostakovich decidió no estrenar su Cuarta sinfonía, por temor a la reacción que pudiera provocar.

Bajo presión para simplificar su música y adaptarla a un “clasicismo heroico y optimista” (modelo primordial del realismo socialista de la época) Shostakovich escribió unos meses después su Quinta sinfonía. El resultado fue una obra romántica con una estructura técnica impecable, que respondió a la demanda soviética de la monumentalidad y el clasicismo, pero que sutilmente fue capaz de transmitir a la audiencia el sentimiento trágico que le produjo al compositor la censura de su obra.

Shostakovich eligió para la Quinta menos colorido orquestal que en su sinfonía anterior, un lenguaje armónico predominantemente tonal y un material temático accesible. El propio compositor declaró al respecto: “No todo ha tenido el mismo valor en mis obras precedentes. Ha habido fracasos y en mi quinta sinfonía me he esforzado para que el auditorio soviético sienta en mi música la acción de un esfuerzo de dirección de la inteligibilidad y de la sencillez”.

Con respecto a los movimientos que componen la sinfonía, en el primero, Moderato, subyace la forma sonata y se destaca una especie de marcha de banda militar no exenta de cierto tinte grotesco. Con una variación del tema principal del primer movimiento, en forma de scherzo y a ritmo de vals, se inicia el segundo movimiento, Allegretto, el cual desemboca en una graciosa y enérgica melodía. A continuación, el Largo está impregnado de una atmósfera trágica de tristeza y de luto y contiene melodías del “panikhida”, un réquiem ortodoxo ruso, con lo cual el público se sintió identificado y emocionado en el estreno de la obra. El cuarto movimiento. Allegro non troppo, se caracteriza por una apoteosis triunfal que algunos críticos consideraron como un himno de victoria estalinista, mientras que otros han hecho nota de su posible ironía. Con respecto a esto y si bien públicamente Shostakovich aceptó la interpretación oficial de su trabajo, Solomon Volkov lo cita diciendo: “…Creo que está claro para todos lo que sucede en la Quinta: la alegría, el regocijo del movimiento final es forzado, creado bajo la amenaza…”

Afortunadamente el régimen ensalzó la obra, que tuvo un gran éxito en su país. Se ha dicho que con esta sinfonía el compositor salvó su vida.

– Ana Claudia Galíndez –

Ludwig van Beethoven, Concierto para piano y orquesta Nro. 4, Op. 54.

Este concierto fue compuesto en 1807 y estrenado por el mismo Beethoven como solista, primero en casa de su protector el príncipe Lichnowsky y luego en 1808 en un mega-concierto, al que esta obra da inicio. No está escrito por encargo, de manera que Beethoven suelta su tristeza y furia sin fin con absoluta libertad. Tan así es, que compone para el piano sin pensar en los timbres de la orquesta y para la orquesta, al servicio tímbrica del instrumento solista.

El piano tiene la labor de poner los cimientos con una frase protagónica que nos muestra la desolación y las añoranzas del compositor, construida de tal manera que abre la puerta a la orquesta que desarrollará la melodía propuesta hasta volver a encontrarse con el piano con fuerza. A partir de este comienzo y a lo largo de la obra, vemos al Beethoven íntimo y extremo que pasa de estados de furia a la resignada tristeza de la soledad. En el Andante muestra abiertamente su entrega y resignación: .el destino, su propio destino implacable, representado por la orquesta y la súplica, compuesta magistralmente para pequeños compases sumamente intensos, que le cede al piano.

Al entender de muchos intérpretes y directores, este cuarto concierto es el verdadero emperador de los cinco compuestos.

– María Fernanda Bruno –

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img

Últimos Artículos