No es una película de ficción Yanqui, no es una novela B.Seller, no es la especulación de algunos analistas de turno de la polítiqueada internacional, no es el aviso sombrío de algún brujo trasnochao sobre el apocalipsis 2012.
Es la tremenda realidad que tejieron y tejen los oscurantistas poderosos de las Naciones más emblemáticas del mundo actual.
EEUU, Francia, Inglaterra, Israel, Irán, Rusia, China y asociados a cada bando; Perú, Chile, Bolivia; Las Malvinas en un papel secundario tejen un escenario patético y tenebroso creado por los poderosos, para ganar más poder ¿será?… Por lo que sea, la gente común sufrirá nuevamente, como lo mostró siempre la historia, las consecuencias bélicas de estos que creen disponer de nuestras tierras, sus riquezas y en definitiva nuestras vidas y la de nuestros hijos, la sufren los sencillos.
En medio oriente las tácticas y estrategias militares están listas para iniciar el fuego: portaviones, buques, baterías misilísticas y anti misilísticas; ojivas nucleares, armas de última generación con poderes increíbles de destrucción (nuevo misil hipersónico de «Ataque Global Inmediato”, lanzado a una velocidad de 6 mil km. hora, que puede alcanzar cualquier parte del mundo. La Fuerza aérea de EEUU dispone de una nueva bomba llamada «Penetrador Masivo de Artillería”, armada con una cabeza de uranio, capaz de penetrar 60 metros de hormigón o 38 m. de roca dura. Tiene el poder destructivo de una pequeña bomba nuclear. El Pentágono ha pagado $ 330 millones para poder producir 20 de estas bombas. Y mientras tanto el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció que su país presentará en breve nuevos logros en materia nuclear a lo que occidente interpreta como la fabricación de armamento a base de dicha tecnología.
Por nuestras sendas el hambre sigue el derrotero del exterminio de los seres humanos la nación más poderosa del mundo tiene un gasto en defensa que llega a un 50% del gasto militar mundial, y hoy por hoy se ha doblado en el último decenio, alcanzando la cifra de $ 553.000.000.000. ¿Qué cosa no?
¿Se viene la tercera? Y no hablamos de la ola como se la imaginó Alvin Toffler en una evolución agrícola, industrial- tecnológica rumbo a un mejor estado existencial de las personas, sino de la tercera guerra mundial. El octogenario escritor futurista debe querer acelerar su partida al más allá, pero quizás piense “si le pasó a Alberto Einstein porqué no a mí…es el destino de los genios” en una falsa meditación errática.
El mundo y la humanidad, su filón vital más precioso, no están para soportar tremenda contienda de armas, destrucción y muerte. Esto no significa un apocalipsis 2012 como algunos pregoneros de la actualidad vociferan, sino más sufrimiento e infelicidad para muchos y muchos inocentes. Una laceración más en la historia del rey de reyes de la creación: el hombre.