En diálogo informal con Salta 21 el conocido librero Mario Benedetti negó que sea su ánimo transformarse en un censor, al comentar su polémica decisión de no vender el libro de Sergio Poma. Benedetti conoció a Sergio y publicitó en su radio. Sus dudas
Mario Benedetti está atendiendo a una clienta, orientándola en la compra de libros. En un momento en que parece tener un respiro en su tarea acepta hablar sobre el tema del libro de Poma.
Dice que conoció a Sergio -quien murió en esta capital el 2 de enero de este año- y destaca que publicitó en su radio, en el programa «Libros y Música» de Pedro Antonio Álvarez, con quien estableció una relación fluida en la que para nada pesó la orientación crítica de la emisora contra el gobierno de Juan Carlos Romero. (curiosamente, Álvarez fue uno de los colaboradores periodísticos de Sergio cuya labor quedó reflejada en Salta, el Narcopoder, el libro que Benedetti se negó a vender).
«Son decisiones que uno toma», dice el librero y compara: él no tiene ingerencias en las decisiones de FM Noticias acerca de los programas que pueden o no tener su espacio en la emisora.
Mario Benedetti trabaja como librero en Salta hace ya cuatro décadas y logró consolidar su librería en el primer lugar entre los comercios del ramo en la Provincia. Incluso abrió una sucursal en Jujuy.
Recuerda Mario que si bien no fue amigo de Sergio Poma lo conoció y hubo un tiempo en el que, cuando Rayuela estaba en la calle Buenos Aires, la esposa de Poma, Noemí, tenía una boutique muy cerca de la librería.
Benedetti comenta que lejos está en su ánimo el convertirse en un censor. Pero admite que libros como el de Poma, de investigación y denuncia periodística, son parte de los materiales que él habitualmente vende.
«¿Vos leíste el libro?, ¿qué te parece?», pregunta; y afirma que él admira a los periodistas, sobre todo porque «se juegan».
Benedetti fue víctima de la censura en la época del Proceso, cuando represores de las fuerzas de seguridad irrumpieron en su librería y se llevaron cajas de libros, entre los que se encontraban las obras de Carlos Marx
La actitud de Mario Benedetti durante la charla es pensativa, dubitativa, por momentos parece que se arrepiente de su decisión. O que está en duda.
Es verdad que entre los clientes de Rayuela hay gente que estuvo ligada al gobierno de Juan Carlos Romero, duramente cuestionado por las investigaciones de Poma, y hay personas a las que también el libro les puede parecer muy duro en cuanto aborda el tema de los vínculos entre el poder político y económico provincial y el narcotráfico.
Pero él como librero no sería sino un intermediario entre el autor y el lector.
Si se niega a cumplir esa función ¿eso no lo transforma en un censor? ¿en alguien que impide el encuentro entre un lector y un libro?
El diálogo franco y amable con Mario Benedetti deja la impresión de que es más bien un hombre que duda, un intelectual, un ser pensante, y no un típico represor pleno de certezas mesiánicas dispuesto a prohibir la circulación de la crítica, la información y las ideas.
¿Mario tiene miedo? ¿Está asustado por el libro de Poma? ¿Intuye que su contenido es polémico y puede espantarle clientes o malquistarlo con el grupo de poder que encabeza Juan Carlos Romero y que tiene mucho peso en Salta?. ¿La experiencia represiva que sufrió en el proceso lo ha traumatizado?
La decisión de no vender el libro de Poma la tomó rápidamente. Pero no le satisfizo. Quedó con la duda. Lo consultó con su hermano. ¿No había cometido un error?
El estaba atendiendo la librería de la calle Alvarado casi Buenos Aires cuando ingresó el periodista Agustín Poma -hijo de Sergio- y le ofreció vender el libro.
«Todos los días tengo que tomar decisiones rápidamente», explica. Dice que en este caso tomó en el momento la decisión de desechar la propuesta de vender Salta, el Narcopoder.
Pero apenas Agustín se fue Mario se quedó pensando. ¿Hizo bien?. Tal vez si se hubiera tomado un tiempo, si hubiera charlado más tranquilamente sobre el tema…
La decisión de Benedetti ha generado bronca, tristeza, sorpresa y decepción en quienes acompañamos la valiente cruzada de Sergio Poma contra la corrupción y el Narcopoder en Salta.
¿Vender el libro de Sergio ponía al conocido librero en peligro comercial, personal o judicial? Un rápido razonamiento dice que si él vende El Capital ello no lo hace marxista, si vende Mi Lucha no implica que sea nazi.
Benedetti se ampara en el derecho que tiene a vender o no vender un libro, y no se considera un censor. Pero si el libro ha generado interés en los lectores salteños seguramente esa decisión no está motivada por una inconveniencia de tipo comercial.
El hecho de que La Feria del Libro y Rayuela se nieguen a vender el libro de Sergio Poma es un dato llamativo. Aprovechando el revuelo y el escándalo un especialista en márketing recomendaría colocarle una faja a modo de reclamo (en su doble sentido de publicidad y queja) : «El libro censurado por Rayuela».
Pero el tema es más serio, más profundo y significativo. Muestra que los temores atávicos de nuestra sociedad conservadora no tienen como única señal el fenómeno del Señor y la Virgen del Milagro. No sólo tememos los temblores de la tierra, los terremotos geológicos.
Hay libros que asustan, información que molesta, textos que encuentran obstáculos para llegar al escaparate de las librerías.
En Rayuela, el juego que dió nombre a la obra más reconocida del escritor Julio Cortázar, para llegar al cielo hay que saltar el casillero donde cayó el guijarro. Sin ese obstáculo, el juego no tendría sentido.
Salta, el Narcopoder sólo se vende en kioscos. Y en la librería de la tercera cuadra de la calle Buenos Aires: Plural, ¿una libreria singular?.
Nota relacionada:
La Feria del Libro y Rayuela censuran el libro de Sergio Poma
http://www.salta21.com/spip.php?article1108
Salta, el Narcopoder: «A las víctimas de la corrupción en el feudo»
http://www.salta21.com/spip.php?article1098
Mario Benedetti, de librería Rayuela: «no soy un censor»
Es una estructura de poder mafiosa y por lo tanto temerosa de que la gente pueda acceder a informarse y conocer como y de que manera nos gobernaron y se enriquecieron espureamente valiendose de todas las artimañas que estos sujetos pudieron pergeñar(aprietes,coimas,robos,licitaciones ilegales, concesiones truchas, chantaje extorsion, y hasta asesinatos para satisfacer la codicia y los negocios de estos buenos muchachos( como decia el) en desmedro de miles de salteños que cayeron en la peor de las miserias
El libro de Poma debe ser leido por la mayoria de los salteños que se consideren honestos para no olvidar porqué estamos como estamos y para aprender y evitar que la historia se repita y que por lo menos funcione la condena social ya que algunos todavia continuan favorecidos y siguen reciclados en este círculo infame y canalla de poder.Nos afanaron desvergonzadamente la posibilidad de vivir un poco mejor y esto tiene que saberse.
Lamentable la actitud de Rayuela y La Feria del Libro, ya que demuestran formas de comportamiento muy antidemocráticas reñidas absolutamente con la facultad constitucional de poder expresar y publicar por el medio que fuere nuestras ideas y formas de pensar libremente.La democracia sigue siendo formal y no la ejercemos constitucionalmente.Veamos el lado positivo de todo esto;la censura y la prohibición solo aumentarán el deseo y la necesidad de leer el libro;así Poma seguramente va a aumentar considerablemente el número de lectores del libro.
Saludos atte
P.D:La librería de San Martin al 500 casi Bs As no tiene ningún inconveniente en vender el libro.
Mario Benedetti, de librería Rayuela: «no soy un censor»
qué valiente es quien hizo este comentario, criticando al librero pero sin dar su verdadero nombre al firmar.
¿qué sentido tiene exigirle a alguien el coraje que uno tampoco tiene?
Mario Benedetti, de librería Rayuela: «no soy un censor»
Vos tambien pichuco no das tu verdadero nombre !!
Mario Benedetti, de librería Rayuela: «no soy un censor»
El exigir documentación, antecedentes,libre deuda,revisación médica, grupo sanguíneo, árbol genealógico y demás datos para expresar un comentario de una nota periodística en el sitio, nos traslada invariablemente en el tiempo a épocas no tan pasadas, en las cuales no tan viejas prácticas que uno creería archivadas y enterradas luego de 27 años de Democracia formal,siguen funcionando en el universo mental de muchos, nostálgioso del «todo tiempo pasado…» de la dictadura,quedan los viejos y avinagrados resabios de lo inquisitorial,reaccionario, autoritario,ansioso de intrerrogar para luego sancionar-castigar,aplicar algún tormento aleccionador para aplacar semejante atrevimiento. He visto y oído en alguna librería y en otros lugares tambien, reuniones de escritores,poetas,(opas solemnes diría el cuchi),libreros, redactores, que, además de entregarse premios entre ellos,algunos de éstos tuvieron activa participación en la última dictadura,conocidos colaboradores civiles y entregadores del batallón de inteligencia 601, demás está explicar el miserable papel de «buchones» que representaban, mandando a «perder» a mucha gente,tambien en las dos Universidades locales (pública y católica), y en el Club 20; habría que averiguar si están en la lista publicada mas o menos tres semanas atrás por la revista 23, para que de una vez y para siempre sepamos «quien fue y es quien» y que rol desempeñaron en esta nuestra venerada ciudad del pecado.
Uno ejerce y reafirma a diario de manera permanente y sin ningún tipo de censura el derecho constitucional de poder expresarse libremente dentro de un estado de derecho, en el marco de una democracia participativa, no delegativa