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sábado, noviembre 23, 2024

Mario Pasik y Rodolfo Ranni: pasajeros de un viaje a bordo de “Aeroplanos”

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La obra presentada en Salta la noche del sábado 30 de mayo en el Teatro del Huerto a sala llena, tiene tres puntos fuertes: la dramaturgia de Carlos Gorostiza, autor de obras como “El puente”, “El pan de la locura”, “El acompañamiento” y “Distracciones”, recientemente estrenada en el Teatro Nacional Cervantes; dos excelentes intérpretes como Mario Pasik y Rodolfo Ranni; y un director prolífico como Daniel Marcove, director de “Franz y Albert”, “Stefano” y “Contrabajo”, entre tantas.

Cálida de principio a fin, la puesta provoca la intromisión del espectador en una conversación de dos viejos amigos, Cristo-bal (Ranni) y Francisco (Pasik), quienes enfrentan el paso de los años y el temor de la soledad que –creen- se avecina, porque además de haber enviudado, sus hijos tienen proyectos propios y ellos están demasiado avanzados en edad. Pero hay que subrayar que están “vivos”. De allí el planteo de la reflexión que porpone el texto (Teatro realista de tesis): dejar de pensar tanto en que todo ha terminado y comenzar a pensar en que todo puede volver a empezar, de otro modo, desde otra perspectiva.

Con el corazón puesto sobre verdades, anécdotas y el sentido común, los compañeros de un vuelo al futuro descubren que este es el punto crucial de sus vidas, el momento de ser, la circunstancia esperada para el abrazo y el momento para acelerar los sueños.

El gesto mínimo y la palabra elocuente son las dos virtudes esenciales de esta puesta. El humor amargo del Tano y la seriedad del Gallego se entremezclan para producir una fusión de enternecedor dramatismo. Se percibe ese sabor agridulce de lo vivido y esa pimienta del porvenir.

Volar… como una metáfora de los deseos. Volar…realmente para crear un mundo posible. Volar… con las alas de la esperanza. Volar…todo lo que se pueda. Son pasajeros de un viaje y ese es el gran descubrimiento, lo vital de la existencia, la existencia misma. El secreto de la obra es descubrir la vida después de la vida, el amor después del amor…

aeroplanos3.jpgLos protagonistas realizan un pacto de sangre. La obra realza el concepto de la amistad verdadera y de los lazos imperecederos. Francisco, un enorme Mario Pasik, no sólo se solidariza con su amigo Cristóbal, en una muy buena interpretación de Rodolfo Ranni, sino que es quien le abre las ventanillas de ese vuelo inspirador. Ahora, como hermanos de sangre, se comprometen en la gran aventura del vivir.

La obra planea por muchos tips del común de la gente como que todo tiempo pasado fue mejor, juventudes eran las de antes, la diferencia entre la mujer y las “minas”, la pérdida del sentido de la vida, el nido vacío, las brechas generacionales, etc. Se mueve por una filosofía cotidiana en la que el público se reconoce.

El momento cúlmine es sublime y nos conduce a todos a ser parte de ese vuelo. Nos redescubrimos siendo cómplices de su aventura. Un viaje fascinante que nos permite realizar esta gran obra.

Final con ovación a Pasik y a Ranni en Salta por “Aeroplanos”. El gesto mínimo se engrandece y los boletos, no tienen devolución. Excelente!

– Fotos tomadas por Salta 21

– Nota relacionada:

Mario Pasik en Salta: “Aeroplanos es elevada y profunda”
http://www.salta21.com/Mario-Pasik-en-Salta-Aeroplanos-es.html

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