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miércoles, octubre 9, 2024

Martínez y el Senador 2015, un show business sobre la política salteña

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Tras el éxito arrollador de la primera semana, vuelve con la misma fuerza en la segunda. “Martínez y el Senador la fórmula del humor 2015” se instala como continuidad de la renombrada “Martínez y el Senador 2006… la política no se mancha”, aunque todo comenzó con la inolvidable “¿Qué cenamos… Senador?” a la que le siguió “Martínez y el Senador, la fórmula del humor”. Las picardías de Martínez y la corruptela de Néstor Escalante Duvá, el Senador, producen una explosión de risas a lo largo de dos horas. ¿En qué radica la genialidad de esta fórmula?

Oscar Muñoz es Martínez, un empleado medio pelo y en negro que conserva el Senador, interpretado por Danny Veleizán, para tenerlo cual Lazarillo de sus fechorías. Muñoz y Veleizán dan en la composición perfecta de las dos caras de un mismo mundillo político. A la escena ingresa Juanma, el candidato a Intendente de la Ciudad, encarnado por Bernabé Bustos, quien muestra sus atributos varoniles en una suerte de show dentro del show. Los tres arman el cuadro más cómico de los últimos años en este género, con un excelente manejo del escenario.

Con Duvá, el Senador, aparece algo muy característico de la Literatura del Siglo de Oro español, y que es el burlador burlado. Martínez, que de torpe tiene su inhabilidad para bancarse tanta “fiesta loca del poder”, consigue un ascenso: a medida que esto ocurre, pierde también su moral, por lo que es un antihéroe de la política. Guarda para sí una especie de rol metonímico, pues reúne en sí, la burla que ridiculiza al candidato, al político, al funcionario. La gente ama positivamente a Martínez, al tiempo que disfruta de ver ridiculizado al Senador. Veleizán y Muñoz se ganan el febril aplauso del público y la admiración por sus logrados papeles. Bustos cosecha las ganancias de tan aplaudida apuesta luciéndose en su primera participación en la saga.

Entre paréntesis, recordemos el paso de Mariela Montero por “Martínez y el Senador 2006… la política no se mancha” cuando todavía no había entrado en Gran Hermano. En una crítica que realicé acerca de ese programa, mencioné la participación de la salteña apodada La Negra, en la comedia de Monti. Eso generó un revuelo tal, que mi nombre apareció en una revista porteña y el elenco llegó a Intrusos. Cosas que pasan…

munoz_veleizan.jpgPárrafo aparte merecen las actrices Delia Pantaleón, Silvia González (Mariana) y Beli Figueroa (La Nena). Esposa del Senador la primera, y secretarias las otras dos mujeres, ejecutan juegos de seducción de alto voltaje sensual. Además de sus buenas interpretaciones, las escenas hot calientan la comedia y sus naturales bellezas le agregan una cuota revisteril a esta fórmula 2015. Jugadas, atrevidas, femeninas y sexys, no titubean a la hora de mostrar sus virtudes.

Cuestión que la oficina del Ministerio se convierte en una especie de cuartito rojo, no por nada Martínez usa la frase “Las 50 sombras de Martínez…”

La obra cuida el detalle, tanto en el sonido que usan los celulares muy acordes a la temática, como en el vestuario -desde los zapatos de las co-protagonistas hasta el gorrito de dormir de Martínez, el moño del futuro Intendente y el pantalón rosa de Duvá; la lujosa escenografía, las escenas del sueño de Martínez y el Senador…; y la música. Todo reluce en su punto exacto. Una armonización acabada de los signos teatrales bien ubicados escénicamente.

En cuanto al conflicto, se produce un quiebre en la joda cotidiana de los candidatos y actuales funcionarios. Alguien debe dar la cara para salvarse de la mirada social, sortear la prensa y evadir el escándalo. El maquillaje y la teatralización son dos fortalezas políticas, de manera que alguien las usará para tapar el asuntito. Unos verdaderos estrategas estos muchachos…

Me fascinó la alusión a la pauta oficial, herramienta con la que el candidato a Intendente compra la opinión de los medios…

En la comedia escrita por Rafael Monti la voix de ville (voz del pueblo) ingresa con la risa del público casi de manera idéntica a la risa burlona de Martínez cuando intenta resaltar las “falsas” virtudes del Senador. La risa es una especie de correctivo a los políticos corruptos y a los funcionarios por lo que el humor aquí, cumple un efecto desenmascarador. Es un vaudeville en tanto se remite a su concepción etimológica, pero el género es la comedia de humor político. Su humorismo trasciende a la risa y podemos afirmar que, lo de Monti, es un humor combativo. A través de la parodia de situaciones que ocurren en el Ministerio de Gobierno, la obra opera con una finalidad filosófica sobre la actual política salteña. Un hallazgo. Una poética que logra instalar el dramaturgo para hablar de los candidatos y de sus funciones con un humor mordaz y corrosivo que permite que el público aplique la teoría de la descarga: alguien por fin dice la verdad sobre la clase dirigente y hacemos catarsis.

Cuando las estructuras políticas no se encuentran en equilibrio con las libertades individuales, el artista, mediante el teatro, le marca límites a los gobernantes. Un acierto. El teatro de humor político ejerce la crítica y desborda nuestra satisfacción, como efecto directo. Esta es la fórmula del humor que propone el Teatro Espacio.

Cualquier parecido con la realidá, no es mera coincidencia. Excelente!

– Dato: sigue en cartel el próximo fin de semana, en el Teatro de la Fundación Salta. Después, vuelven en junio.

– Fotos tomadas por Salta 21

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