27.3 C
Salta
jueves, marzo 28, 2024

Matices y sutilezas

Notas más leídas

Un concierto donde hubo aspectos destacables pero uno que sobresalió ante los demás: la sencillez del maestro, de un conductor que se siente cómodo en el lapso prerromántico hasta el posromanticismo y que además logra excelentes resultados con su natural afabilidad creando un clima de energía positiva con sus dirigidos.

Teatro Provincial de Salta. Jueves 7 de agosto de 2008. Orquesta Sinfónica de Salta. Director Invitado: Maestro Guillermo Becerra. Solista: Javier Anderlini (piano). Obertura Manfredo op. 115 (Robert Schumann 1810-1856). Concierto en la menor para piano y orquesta op.16 (Edvard Grieg 1843-1907). Sinfonía en re menor op. 48 (César Franck 1822-1890).

Un hombre para el que la música es la más maravillosa de las artes y la mejor compañera que podemos tener en la vida, no puede ser un director mediocre. Guillermo Becerra lo demostró con creces en un concierto donde hubo aspectos destacables pero uno que sobresalió ante los demás: la sencillez del maestro, de un conductor que se siente cómodo en el lapso prerromántico hasta el posromanticismo y que además logra excelentes resultados con su natural afabilidad creando un clima de energía positiva con sus dirigidos. Distinto de lo que se vive hoy en la orquesta. Entonces pasó casi desapercibido el detalle que cerca de la mitad de los conciertos de la temporada fueron dirigidos por maestros invitados. ¿Curioso no? Este es un tema, tal vez recurrente, que en algún momento deberá ser analizado en profundidad por las autoridades.

Manfredo, es un personaje de lord Byron. Protagonista de su poema más extraño y más desesperado. Es tal vez la obra que más hiere la imaginación de la gente joven. La melancolía tenebrosa de sus ideales, sus metafísicos padecimientos, enamoran y seducen a quien empieza a vivir. Esa desesperación, sus aspectos trágicos y conmovedores, están en la música que escribió Schumann. Son una decena y media de escenas pero de ellas la que mas se oye es su obertura que sin embargo y a pesar de sus contradicciones, tiene particularidades poco habituales para su época, cuyo conjunto no se traduce en un discurso sonoro de cierta coherencia lo que no obsta para que resulte desordenadamente atractiva.

Luego el maestro trajo otra vez a Salta al nacionalista noruego Edvard Grieg. Su concierto para piano. que comienza con timbales en crescendo hasta llegar a una inicial sucesión de octavas y acordes, abre una de las partes para piano más expresivas de la literatura del instrumento, con su carácter romántico pero también propio de las melodías populares de su país. La conjunción Anderlini-Becerra fue muy buena. A despecho del piano, afinado pero con un sonido latoso, de pobre calidad -su compra me parece fue un error- sobre todo comparado con el noble Steinway de la provincia. La actuación de Anderlini volvió a ser sobresaliente al punto que el mejor y mas cariñoso aplauso de la noche fue devuelto por el maestro cordobés, felizmente radicado en Salta, con uno de los primeros estudios del ruso Alexander Scriabín.

La segunda parte tuvo como protagonista principal una bella sinfonía: la escrita en la tonalidad de re menor por el belga nacionalizado francés César Franck. El maestro Becerra mostró matices, sutilezas, nítidos planos sonoros y un fraseo convincente. Esta sinfonía es una obra maestra y su conocimiento profundo permite apreciar el subyacente criterio constructivo organístico -el autor fue un eximio organista- como así también su demoledora elocuencia y su grandeza majestuosa. El rico y vital espíritu del compositor no tuvo efectismos ni concesiones demagógicas sino que por el contrario, ese extremado cuidado del conductor en exhibir las sutilezas, no le quitó sobriedad y sí le dio una lógica naturalidad.

El maestro visitante tiene un largo oficio. Por ejemplo detectó que la orquesta se siente mas cómoda y el sonido es mejor, con un imperceptible ralentando en Grieg con lo cual la exposición fue mas clara, mas transparente. Hizo, además, un exquisito “allegretto” en Franck en cuya obra puso el vigor imprescindible en su movimiento final. En suma: tocó con respeto por los autores y por si mismo lo que no impidió conduzca con el alma. Finalmente corresponde alabar las excelentes notas del programa de mano a cargo de Felipe Elguetta Frontier.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img

Últimos Artículos