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miércoles, abril 24, 2024

Miguel Ángel Palma en Salta: “hoy los inmigrantes somos todos”

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“Despojado y próximo”, define el grupo rosarino a este Stéfano más contemporáneo. Una adaptación del texto de Armando Discépolo “barre” quizá con algunas tradiciones de la obra pero se encamina por costados mucho menos dramáticos y más crudos. No hay tristeza sino inexorabilidad. Y la consecuencia segura es la muerte.

Luego de ver la obra, Salta 21 entrevistó al director Miguel Ángel Palma. Esta vez no lloré con Stéfano y más que nada, me pareció ver a un músico como alguno de la Orquesta Sinfónica de Salta perdiendo su puesto de trabajo, tras 10 años. De todas maneras, queda en esta puesta, una idea de entregar la vida al arte en pos de una música ajena y en detrimento del propio talento y la inspiración.

Miguel Ángel: por qué hiciste una obra de Discépolo hoy, qué es lo que quisiste focalizar o tematizar…

– Mirá, la obra tiene dos cosas muy interesantes para nosotros: una es la propia temática para los artistas, con esta cuestión de lo que tanto insiste Stéfano de hacer arte o comer con el arte. Un poco esa cuestión pero en particular para nosotros porque es un tema de todos los días: hasta dónde nos involucramos con esta cuestión artística y hasta dónde todas estas tareas que hacemos paralelas a lo teatral -dar clases, organizar eventos y todo eso- tiene que ver con la estructura teatral y que no son exactamente lo artístico pero te sacan de ese lugar. Y otra, es la pintura que hace Discépolo sobre la intimidad, nosotros habíamos trabajado mucho con esta obra antes de hacerla, pero cuando pasó lo del 2001 con toda esta crisis tan grande, nos pareció que era un buen momento para volver a hablar de nosotros. Discépolo hace 80 años atrás, ya contaba esta historia como si conociera la Argentina de hoy.

Pero justamente él pone a vivir al inmigrante, al italiano, usa el cocoliche y pone personajes que en tu obra no están, ¿cómo hiciste para que la idea de lo que me estás diciendo se vea? Porque sin esos personajes es como que también hay otra vuelta, ¿no? Aparece Pastore como imagen centro junto a Stéfano…

– En aquel momento Discépolo pintaba una idea de un país donde un inmigrante era un extranjero no solamente porque había venido de afuera sino porque no lograba insertarse al país, aunque trabajara. A algunos jpg_stefano_3.jpgpocos les fue bien, pero a la mayoría les fue mal, quedaron al otro lado de las grandes ciudades. Hoy los inmigrantes somos todos, parecemos ajenos a nuestro propio país, ya no hablamos un idioma distinto pero estamos afuera de los medios de producción, afuera de un futuro posible, y en aquel momento más que ahora. En el 2001- 2002, me parece que ese ahogó un poco; pero se es extraño en tu propia casa.

Viste que Pelletieri y un montón de autores tienen hartas hojas escritas sobre el grotesco criollo y acá no está tampoco: la caída de la máscara, la animalización y otros rasgos más, la frustración sobre todo, ¿es como que vos quisiste hacer un género distinto de esto? Porque al grotesco criollo lo sacaste…

– Nosotros sacamos un poco el cocoliche y al sacar el cocoliche la obra perdió ese humor fácil que tenía, donde la gente se entretenía mirando las tonadas del italiano y los chiches de las palabras, y quedó la obra más cruda. Lo que me interesaba era que esta obra sea más cruda resaltando los textos -por lo menos lo que entendemos nosotros- que es lo que hoy por hoy la gente acostumbra a tener como lenguaje teatral. De cualquier manera, en aquella época Discépolo era muy cuestionado porque no seguía con las normas teatrales que eran para la época y tuvo un vacío muy grande porque siempre era cuestionado, se apartó e investigó líneas nuevas, él intentó el grotesco pero si hoy viviera con nosotros no haría grotesco, haría otra cosa. Es un poco eso. También, comprometerlo artísticamente a él, buscar como buscaba él, darle una vuelta a este tema.

El uso de la madera, a mí me parecía relacionarlo un poco con el tema de conocer algo más de alguno de los personajes y está como muy central para mí en la puesta, ¿tiene un por qué eso?

– No, es una puesta despojada donde aparece mucho la madera porque es lo único que hay, no hay tela ni grandes vestuarios, no hay decorado, no hay muebles, sólo uno muy rústico prácticamente como si fuera la utilería teatral, se ve mucho por eso. Acá el escenario es de madera, es todo… y la puesta habitual de la obra es en un cuadrilátero 4 x 4, en vez de estar abierta -como ahora- es con público de todos los lados. Esta es la versión para que se vea así a la italiana; en la otra no aparece tanto la madera de centro porque de un frente y del otro frente tenés gente y lo que se ve más que nada es eso y unos pocos objetos que hacen lo indispensable para la obra.

Miguel, ¿hace cuánto que estás dirigiendo, cómo estás trabajando en Rosario?

– Hace mucho, yo empecé a hacer teatro hacen ya 30 años y enseguida a los 4 o 5 años de empezar ya había comenzado con la dirección pero ya tengo muchas puestas dirigidas. Lo que más tengo es experiencia por lo tanto si algo sale mal es por ignorancia…

¿Y cuántos grupos dirigís?

– Habitualmente yo trabajo con un único grupo. Por etapas ha ido cambiando, pertenecí a una agrupación muy importante que se llamaba Discepolín, ahí dirigí los primeros trabajos, después fundamos otra compañía en un intermedio y actualmente, esta es la Cooperativa de Rosario. En estos tres periodos fui dirigiendo distintos grupos, conformando esta estructura que es un poco más global que un grupo chiquito. Pero nosotros hacemos una mecánica de rotación donde los actores son transformados, los directores también, elegimos textos, algunos son textos propios y vamos rotando.

¿Tenés una poética particular o de preferencia o una estética?

– Sí, yo por lo menos estoy enamorado del realismo, trabajo mucho lo físico, todo lo posible y todo lo que se puede dentro de lo espectacular y pertenezco a una estética muy notoria en Rosario, que tiene que ver con la interpretación de los textos, es decir, todo lo que se hace como método de las acciones físicas que no significa que se agarre un texto y lo ponga como es, sino que siempre tiene como una característica particular, lo que el grupo interpretó de esa obra y lo muestra así.

¿Estás pensando en algún otro trabajo en este momento o en otro proyecto?

– Sí, estamos trabajando sobre una idea muy muy fuerte que es la de toda la historia más oculta de nuestro país, que es la historia de la etapa del 73-74, toda esa idea de revolución que había en ese momento, todos esos personajes importantes que pensaron que el país podía cambiar y la represión que ha sido después, contando la historia alrededor de un personaje emblemático, con muchas características y la figura de Perón también, este juego dialéctico con la juventud que fue tan complejo. Es genial la obra.

Ustedes tienen en Rosario algún grupo que sea estatal estable, ya sea municipal o provincial , una comedia …

– No tenemos, elegimos un sistema de coproducciones, nos interesa más que el estado haga un concurso de trabajo y al que le parezca interesante le ponga estructura para que ese trabajo tenga un recorrido distinto al que puede tener eso en una puesta teatral y es un poco la idea nuestra de la comedia. Por ejemplo, en la ciudad de Santa Fe hay una comedia universitaria que funciona, igual lo interesante es que roten porque hasta ahora los proyectos que yo conozco cuando quedan estables se hacen enquilombados, se produce una cosa burocrática, no funciona con la dinámica que tiene que tener.

Y de qué manera los influye Buenos Aires al estar tan cerca con toda esta potencia teatral y variedad que tiene y están a una hora de viaje, ¿les levanta el nivel o no?

– Nos levanta el nivel, nos compite mucho, nos pone muy cerca del conocimiento o de las actividades más desarrolladas y también sufrimos mucho, porque todo lo de Buenos Aires cae a Rosario y nosotros todos los fines de semana tenemos lo de ellos y lo nuestro, todo junto. No hay en este momento nunca menos de 4 o 5 espectáculos de Bs. As. en gira por Rosario, así que convivimos con esa realidad. Y durante muchos años nos costó mucho una identidad propia por ese tema, acá en el NOA hay como una identidad, en el NEA también, Córdoba tiene la suya, los cuyanos también, y a los rosarinos nos cuesta más tener una identidad propia. Debe ser por la proximidad con Buenos Aires, pero se suma y se restan ambas cosas.

Ficha técnica de la obra:

– “Stéfano”. Adaptación de la obra de Armando Discépolo

– Actúan: Carlos Abdo, María Angélica Gotri, Gariel Romanelli, Nora Silva.

– Dirección, adaptación y puesta en escena: Miguel Ángel Palma

– Diseño de escenografía: Rodrigo Frías

– Diseño de vestuario y maquillaje: Cristian Ayala y Ramiro Sorrequieta

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https://www.salta21.com/spip.php?article2648

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