El director de Rentas de la Provincia, Diego Dorigato, respondió al conflicto desatado por lo que la dirigencia de ATAP consideró -y denunció- como un acto de violencia laboral rectificando su actitud. El inspector Cisnero ya no es discriminado.
Diego Dorigato convocó a Mario Cisnero a su despacho y le comunicó que podrá retomar sus comisiones de servicio al interior.
Una suspensión en esas tareas luego de reclamos por escritos del empleado -afiliado a la ATAP- desató un conflicto que terminó con una denuncia al INADI por discriminación y violencia laboral.
De acuerdo a la visión de un familiar de Dorigato, es injusto que el funcionario se haya visto envuelto en un escándalo.
«Él es un hombre honesto. Yo soy su primo y fui a verlo porque tengo deudas tributarias. De entrada me aclaró que no podía hacer nada especial por mí que no hiciera por cualquier otro ciudadano. A lo sumo, me dijo, me podía orientar sobre los planes más beneficiosos de refinanciación de la deuda de los que están en vigencia. Me pareció correcto. No esperaba otra cosa de él. No esperaba por ejemplo que me beneficiara a mí en forma especial por ser un familiar», le comentó a Salta 21 un ingeniero y empresario salteño.
Sin embargo, lo que originó el conflicto entre Dorigato y ATAP no fue el beneficio irregular para algún familiar, sino el perjuicio contra un empleado que -amparado en un derecho constitucional- ejerció su derecho a peticionar a las autoridades.
Mario Cisnero pidió que en su tarea como inspector se considerara su labor como profesor en el colegio «Pacto de los Cerrillos» para que no se superpongan los horarios. Y también reclamó una compensación por tiempo de trabajos cumplido en exceso a lo largo de varios meses.
A partir de allí recibió un trato agresivo y discriminatorio y no se le volvió a permitir que integrara el equipo «C» que realiza tareas de auditoría en el interior, lo que le provocó un daño económico y un impacto psicológico como el que normalmente sufren empleados sometidos a mobing o maltrato por parte de superiores o empleadores.
El incidente muestra que Diego Dorigato tiene menos cintura política que Dumbo en un bazar, pero también que es sensible a la crítica y que puede dar marcha atrás en una medida injusta, aunque es verdad que para ello tuvo que presentarse una denuncia en el INADI y notas críticas en los medios.
Si el acto discrimatorio cesó por propia voluntad del discriminador -aunque el director de Rentas, molesto, no acepte esta calificación para su conducta- la denuncia ante el INADI queda flotando en el limbo, transformada ahora en un caso sin sustento en tanto el rol político, social y legal de ese Instituto es bregar para que cese la actitud incorrecta y/o antijurídica e inconstitucional (en tanto discriminatoria).
Lo que sorprende en este incidente es que delegados de un gremio obsecuente como UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación) aparecieran firmando una denuncia contra Dorigato junto a los combativos muchachos de ATAP (Asociación de Trabajadores de la Administración Pública Provincial y Municipal de la Provincia de Salta).
UPCN sin embargo, no acompañó, más allá de la denuncia pública, la presentación judicial ante del INADI. Y es claro que aquella fue solo la iniciativa personal de algunos delegados y no una decisión en pleno de la directiva del gremio, que hace lindas campañas contra la discriminación en el ámbito laboral, con vistosos folletos y afiches (lo cual no está mal y ayuda a educar a empleados y funcionarios); pero de vez en cuando hay que pelear también contra casos concretos de discriminación y preocuparse por conseguir reajustes de salario para los trabajadores.
Diego Dorigato Manero rectificó su conducta. En buena hora. En cambio la denuncia por discriminación contra el gobernador de la provincia, Juan Manuel Urtubey -ampliación de la realizada contra la ex ministra de trabajo Nora Giménez– sigue su curso: el gobierno sigue discriminando a la ATAP al negarle el código de descuento.
A todo esto ATE, que en algún momento recibiera una camioneta de regalo del gobierno de turno, permanece en silencio…