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martes, abril 23, 2024

Nacionalizarían el conflicto de los colectiveros salteños

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El reclamo original era para consensuar normas laborales y de tránsito para el transporte público de Salta (Argentina).

Contando con el mal humor de la mayoría de los usuarios del transporte público de pasajeros por el paro de los colectiveros del pasado martes 15 de mayo, el gobierno provincial repudió el reclamo del gremio. El gremio exige estudios de costos y ganancias. Pidieron que intervenga el jefe de la CGT, Hugo Moyano.

Las primeras dos situaciones que irritan a un trabajador o escolar que espera religiosamente (como parte de su rutina diaria) en la parada de colectivos del barrio son: que el “bondi” no llegué a horario o, (a consecuencia de lo anterior) que el ómnibus venga “hasta las manos”, repleto de pasajeros.

Las broncas y penurias estallan si el colectivero no se detiene en la parada. Ni hablar si, sin tener ninguna responsabilidad en asuntos extraños para su cotidianidad, no hay colectivos debido a un paro.

Las otras quejas de los sufridos usuarios del transporte público continúan con los saltos dentro del colectivo debido a baches, pozos, badenes, lomos de burro improvisados, u distintos obstáculos que forman parte del paisaje callejero de la ciudad de Salta. Y viajar apretados, por más que se diga que las unidades son modernas. Si se sabe que habrá mucha gente, ¿porqué no ponen más colectivos?, dicen los obligados pasajeros que hasta recuerdan con nostalgia a los remises que los llevaban a sus obligaciones diarias.

Con respecto a los colectiveros, sus labores cotidianas no son las más simpáticas. En promedio, 70 minutos les demanda realizar el recorrido o vuelta en algunos de los 10 corredores o líneas de colectivos que recorren la ciudad de Salta y sus alrededores. Durante una jornada de ocho horas diarias, cada chofer realiza, aproximadamente, siete vueltas, andando por las mismas calles, avenidas o rutas, pero con diferentes vehículos y tráficos por delante.

Cualquiera que conduzca algún vehículo en Salta, sea bicicleta o automóvil, o como peatón, conoce que andar por las arterias salteñas es, muchas veces, casi una aventura extrema. Por algo este hermoso lugar en el mundo ostenta, penosamente, un lugar destacado en cantidad de accidentes de tránsito, con sus secuelas de muertes, heridos y daños materiales.

Todo esto viene a cuento pues el paro del pasado martes 15 de mayo desencadenó reacciones impensadas en todos los actores involucrados: gremio, empresa SAETA (sociedad anónima del estado) y funcionarios estatales. Lo cierto es que hay dos principios, fundamentales en una sociedad democrática, para la felicidad del pueblo, obligación de un estado popular: el respeto y favorecimiento de los trabajadores, creadores de riqueza y capital, y el bienestar de los ciudadanos.

En definitiva, el centro del problema a resolver no es si el paro fue o no ilegal. La razón está del lado del pueblo, pues de lo que se trata es de derechos humanos.

Quince minutos

A principios de 1990, los estudiantes de la Universidad Nacional de Salta, hartos del mal servicio que prestaba la empresa de la línea 14, tomaron el transporte por su cuenta. Quien escribe fue uno de los inspectores de los colectivos, cuyos propietarios acudieron a la “loca” pero rentable iniciativa universitaria. Algunos de los tantos desafíos para los faltos de experiencia fueron las frecuencias de los coches para que los pasajeros no llegasen tarde a sus tareas, el control de los horarios, los descansos de los choferes, el correcto manejo en las calles y la conducta de los conductores con los usuarios. Todo fue demasiado para entusiastas e idealistas chicas y chicos.

Los conflictos con el transporte público de pasajeros parecieron que se resolverían con la decisión del ex gobernador Juan Carlos Romero de crear SAETA, la Sociedad Anónima del Estado de Transporte Automotor. Desde entonces, las empresas que tenían colectivos pasaron a depender del estado, respetándoseles todos los beneficios, por medio del pago por kilómetro recorrido (igual que el sistema de los universitarios). Las empresas que pasaron a ser subcontratistas de SAETA fueron:

– TADELVA S. R. L. Líneas 1A, 1B
– El CONDOR S.A. Corredor Nº 2 : 2″A” – 2″B” – 2″C” – 2″D” – 2″E” – 2″F” – 2″G” – 2 “Rosario de Lerma”
– SAN IGNACIO – Lagos: Líneas 3A, 3B, 3C
– TRANSAL S. R. L.: Líneas 4A, 4B, 4C:
– ALE Hnos.: Líneas 5, 5 Local Cerrillos, 5A, 5B, 5C y Troncal – Norte/Sur
– TRANSAL S. R. L.: Líneas 6 Campo Quijano, 6 La Caldera, 6A, 6B, 6C y Troncal Norte/Sur
– ALTO MOLINO S. R. L.: Líneas 7A, 7B, 7C, 7D, 7E, 7 San Agustín
– AHYNARCA S. R. L.: Líneas 8A, 8B, 8C, Troncal y Tranversal.

De acuerdo a la publicidad, SAETA se destaca en Argentina por tener la flota de unidades de transporte público de pasajeros más moderna, con una antigüedad inferior a 3.5 años (casi 600 coches), contar con maquinas de lectoras de tarjetas magnéticas (lo que evita que el chofer expenda boletos) y poseer un sistema de monitoreo por GPS.

Sin embargo, el secretario general del gremio de los colectiveros (UTA, Unión de Tranviarios Automotor), Oscar Cruz, pinchó la burbuja. Según el gremialista, cuestionado por su permanencia en el cargo y su modos de acción política y sindical, “desde al menos hace tres meses el Ministerio de Trabajo de Salta tiene conocimiento de la situación de los trabajadores”, tras el fracaso de las reuniones conciliatorias con cada empresa subcontratista de SAETA.

Los reclamos originales de los gremialistas eran:

– Mayor control en el tránsito de la ciudad.

– Planificación del transporte público.

– Anulación de la tabla de horarios para choferes.

– Respeto al tiempo de descanso de los conductores.

Tras las fallidas negociaciones, hace un mes, la Unión Tranviaria Automotor (UTA-seccional Salta), elevó una carta documento a SAETA y a los empresarios subcontratistas para que respeten las horas de descanso de los choferes de transporte público y el pago de horas extras.

En aquel momento, el titular del gremio comentó que exigían “los descansos de 15 minutos y se haga efectivo (sic) el pago de estos minutos trabajados correspondientes al mes de marzo, que como mínimo equivale a una hora extra al 100% por día”.

Según el veterano sindicalista, “un chofer maneja gratis 1 hora por día, por los descansos que no se otorgan; más o menos en una hora, el chofer maneja 60 kilómetros gratis, y los empresarios cobran $ 3,80 por kilómetro”. Cruz dijo que “no podemos seguir trabajando gratis”, responsabilizó por esta situación a SAETA y los subcontratistas, y aseguró que “las empresas nos obligan a violar las normas de tránsito y no se nos permiten los descansos por vuelta”.

“Caza de brujas”

Luego del paro del pasado martes 15, Cruz consideró que comenzó “una caza de brujas” contra el gremio por parte de la Autoridad Metropolitana de Transporte, SAETA y el Gobierno provincial. “Si esto sigue así, nos obligarán a que destapemos la olla”, destacó Cruz en la radio FM La Cigarra, ante la periodista Marcela Jesús. En dicha entrevista, el gremialista sostuvo que quieren discutir sobre sus reclamos “con personas idóneas”, pues, las autoridades de SAETA y la AMT “son todos incapaces, burros”.

También subrayó que es falso que el reclamo del gremio desencadene un aumento del boleto a $ 2.50. “Hay que hacer un estudio de costos, nunca se hizo un estudio de costo, y una auditoria privada; nosotros sospechamos que hay kilómetros (pagados a las empresas subcontratistas por parte del estado provincial) improductivos y kilómetros que se pagan de mas… y culpa de esto se despidió gente”, declaró.

De acuerdo a Cruz, “nosotros no demandamos aumentos, sino que se nos pague por lo que trabajamos… nos están robando plata y salud… esto es un trabajo insalubre”.

Por último, tal como reprodujeron algunos medios el 17 de mayo, el secretario general de la UTA Salta comentó que tras el paro y la multa de medio millón de pesos que le aplicaría el Ministerio de Trabajo salteño, le informaran a la sede central de UTA a nivel país y “al compañero Hugo Moyano”.

Cruz dijo irónicamente que “pronto figurará en el libro del Record Guiness porque durante 5 años no supieron dar soluciones después de tantas reuniones y nadie le supo dar una solución. De esta situación la UTA sede central ya tiene conocimiento y también ponemos en conocimiento al compañero Moyano de que aquí parece ser que estamos en el gobierno de la dictadura”.

Cuestión de seguridad pública

“El cansancio y la fatiga han demostrado afectar la sensación de alerta, la performance psicomotriz y el juicio. Por ende, disminuyen la posibilidad de operar vehículos de manera segura e incrementan la posibilidad de que se produzca un error humano que pueda generar heridas o muertes”, afirmaron los investigadores de un estudio realizado entre enero y diciembre de 2008, llamado “Trabajo, sueño, alerta y estrés en conductores de colectivos”. Entre los autores principales se encuentra el doctor Daniel Pérez Chada, jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Universitario Austral, de la ciudad de Buenos Aires. Los resultados fueron publicados en la revista Journal of Occupational and Environmental Medicine (JOEM).

A través de este trabajo científico, del cual participaron 47 voluntarios y en la cual se compararon parámetros entre los trabajadores del turno mañana y los del turno tarde, se estableció que los choferes de la mañana duermen una hora menos por día todos los días, situación que al final de la semana (y del mes) se refleja en una falta de reacciónpuesta en evidencia a través de ciertas pruebas.

Mediante estas, en el estudio encargado por la Unión Tranviarios Automotor nacional, se comprobó que:

– El 55% de los choferes del turno día tiene somnolencia.

– A partir de las cinco horas de trabajo, la posibilidad de reaccionar frente a una situación disminuye (aumenta el tiempo que tarda realizar una acción concreta para evitar, por ejemplo un choque).

– Esta capacidad de reacción disminuye aún más hacia el final del día.

– Por encima del 50% de los choferes tienen un estado de salud regular o malo.

“Conducir un vehículo es una tarea compleja en la cual están involucradas muchas cuestiones cognitivas y de percepción. También es necesario desarrollar actividades y tomar decisiones. Si además consideramos que los choferes de vehículos de corta distancia deben manejar en una ciudad en la cual hay otros vehículos, tráfico, luces, embotellamientos, horarios y pasajeros demandantes, tendremos una percepción de lo complejo que es”, comentaron los autores.

En Salta, los colectiveros piden 15 minutos de descanso luego de cada vuelta en su recorrido.

Los usuarios y conductores de vehículos preferirían choferes descansados, elasticidad en los horarios a cumplir, mayores frecuencias y calles en buen estado para que andar en Salta sea amable.

– El autor es Periodista – Director de Norte Social

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