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Nota al Director del INDEC Lic. Jorge Todesca

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Buenos Aires, 4 de noviembre de 2018

Estimado Director del INDEC Lic. Jorge Todesca

Ref.: Programa de cambio cultural y de reforma intelectual y moral

Tras mi agradecimiento por su generosa respuesta, debo aclarar un involuntario malentendido. Mi objetivo no ha sido el de solicitar u obtener información sino todo lo contrario, el de ofrecer información original e inédita que me costó en el pasado mucho esfuerzo haberla producido y conservado.

Pero ese ofrecimiento no sería sincero si no comulgara con Vd. que el INDEC debe debatir cómo regenerar la golpeada profesión del estadígrafo, degradada moralmente en tiempos muy cercanos; y con la comunidad de la ciencia estadística en cómo saldar la deuda moral contraída con un pasado reciente pero también con uno muy lejano en el tiempo. Tampoco sería sincero si no le confesara la necesidad de producir y divulgar estadísticas históricas que remontándose a los orígenes de la colonización y del posterior estado-nación contribuyan a profundizar el arraigo individual y la conciencia colectiva, como en los Estados Unidos se hizo durante la última pos-guerra (financiado por el SSRC) con el Historical Statistics of the United States, Colonial Times to 1957.

Es preciso entonces asumir con conciencia crítica que los acontecimientos y los fenómenos del pasado tienen mucho que ver con lo que los pueblos padecen en su presente, que la construcción de un futuro no puede estar ajena a una reconstrucción del pasado, y que ese pasado, aunque perteneciera a etapas pre-estadísticas no debe estar ausente en las investigaciones y publicaciones del INDEC. También es preciso tomar conciencia que en la Argentina actual, mucho más grave que la pobreza económica (medida con el costo de vida la canasta familiar y el ingreso per cápita) es la pobreza intelectual, la ignorancia y el “olvido que todo destruye”, fenómenos inconmensurables que el INDEC no mide ni puede calcular, pero sí puede y debe estimar. Por eso mismo vale recalcar que la degradación moral sufrida en el INDEC y por Vd. combatida, no puede haber sido un episodio aislado que ocurrió en soledad, pues muchas otras instituciones del campo cultural -mediata o inmediatamente vinculadas con el INDEC- también la padecieron en forma descarada, y sin embargo sus autoridades aún hoy se perpetúan en la impunidad y la hipocresía (e.g.: ANPCyT, CONICET, Instituto Nacional del Agua en San Juan, CONEAU, Dirección de Bosques del Chaco, y numerosas universidades del conurbano).

En esa infaltable reconstrucción del pasado, de épocas pre-estadísticas y pre-catastrales, existieron múltiples fenómenos y numerosas fuentes históricas, tanto coloniales como pos-coloniales, que han transcurrido mayormente inadvertidas. Entre los fenómenos coloniales encontramos el mercado de mano de obra esclava (africana) y el indígena (conciertos de servicio), las capellanías y censos eclesiásticos (luego devenidos en hipotecas y prendas), las remesas de mercancías de los Registros de Navíos procedentes de los puertos monopólicos de España, el crédito de compra (para extraer cueros) y el crédito de venta o fiado de Castilla. Esta última
fuente fue parte de un mega-espacio imperial con cabecera en Charcas y Potosí, desde donde se construyó una red mercantil con polos o nódulos en todos los circuitos comerciales de entonces, el del Alto Perú, el de Chile y Perú, y el del Paraguay. Y entre los fenómenos y fuentes pos-coloniales, pertenecientes a etapas pre-estadísticas y pre-catastrales, también detectamos la de los veteranos, víctimas e inválidos de todas las guerras, la de las contaminaciones hídricas y ambientales, la de la deforestación de bosques nativos, la de la depredación de la fauna y flora silvestre en peligro de extinción, la de la corrupción en los poderes públicos, y la de
la defraudación simbólica en títulos y diplomas secundarios y terciarios.

Por otro lado, estimamos que las autoridades nacionales, responsables de gestionar y fomentar políticas de estado, entre ellas la preservación y la activación de la memoria histórica, así como la custodia de archivos, bibliotecas, monumentos, museos, y bases de datos documentales, también tienen la obligación de construir series estadísticas vitales para la identidad del país y la de sus vecinos, y para movilizar la conciencia histórica y el conocimiento crítico de un mundo perdido y de un pasado ignorado y deformado. Esa construcción estadística, propia de la sociología histórica, y combinada con otras fuentes como padrones y registros parroquiales afines a la demografía histórica, permitiría fomentar un programa de cambio cultural, combatir la indiferencia intelectual reinante, e impulsar una recuperación, inter-registral, inter-disciplinaria, e inter-estatal, de acervos históricos que se han mantenido dispersos y ocultos en la masiva documentación archivada, la que duerme ociosa el “sueño de los justos”.

A semejanza del programa eugenésico experimentado en la Alemania post-nazi,
y en la Italia post-fascista, cuyos jerarcas de campos de concentración y exterminio fueron juzgados, condenados y escarmentados, en Argentina algo equivalente se intentó con la CONADEP, con la anulación de la Obediencia Debida, y con el Museo Sitio de Memoria ESMA, pero mucho más resta aún por hacerse para lograr que despierte la aletargada inteligencia argentina, y la sana curiosidad por un pasado donde la población urbana era mayoritariamente morena. Sin embargo, hasta el día de hoy, nadie ha intentado siquiera esbozarlo.

En cuanto a las series económicas, en la España pos-franquista, el estadígrafo José Manuel Naredo produjo en 1991 un trabajo titulado Crítica y Revisión de las Series Históricas de Renta Nacional de la Postguerra, donde denuncia las incoherencias de las estadísticas oficiales. Con esa misma voluntad revisionista, recientemente acaban de respaldar nuestra propuesta de reconstrucción documental los restauradores de catastros históricos, Paolo Micalizzi de Roma; Carolina Quilodrán Rubio de Santiago de Chile; e Ivonne Mijares Ramírez de Ciudad de México. También acaba de avalar nuestro proyecto la historiadora californiana Carla Rahn Phillips, descubridora del
Diario de Pedro de Rada, cronista de la malograda Armada Expedicionaria de Sarmiento de Gamboa (montada en 1581 para combatir al pirata Drake, quienes habrían incursionado por la recientemente fundada Buenos Aires camino al Océano Pacífico, y desde Guayaquil, Callao y Valparaíso camino al Océano Atlántico) y autora de Struggle for the South Atlantic: Armada of Strait of Magellan, 1581-84 (Routledge, 2016). Con el fin de corroborar sus hallazgos en la Biblioteca Huntington (San Marino, California) la Prof. Phillips viene a fines del próximo mes de enero, desde Austin (Texas), para emprender un tour por el Estrecho de Magallanes.

En esa aventura de reconstrucción inter-registral e interdisciplinaria, el economista argentino Orlando Ferreres (multado por haber publicado números certeros) y su equipo de investigadores, vinieron a compensar la penuria estadística del actual estado argentino. No obstante, en su obra sobre estadísticas históricas también se observa la penuria de variables fundamentales. Si bien sus series están fundadas en fuentes primarias éditas (Anuarios y Registros Estadísticos), que a su vez se habían basado en información de archivo, lo cierto es que las variables desdeñadas de
historia económica y geografía humana, como la rotación de los mercados inmobiliarios urbanos y rurales (desde el lado de la oferta como del de la demanda) y los indicadores de desplazamiento poblacional urbano (o procesos de gentrificación), hoy requerirían el procesamiento sistemático y digital de las fuentes notariales.

Con esa motivación en mente, me tomo el atrevimiento de relatarle que hace unas noches tuve un sueño paradojal, donde su persona, como Director del INDEC, en la sede central de Diagonal Sud, frente a la Manzana de las Luces (donde Pedro Cerviño había enseñado a Castelli, Moreno y Rivadavia las virtudes del cálculo trigonométrico), convocaba a numerosas autoridades e intelectuales, entre ellas a los Directores de las más diversas instituciones, como el del Observatorio Social de la UCA Agustín Salvia, el de Greenpeace Argentina Natalia Machaín, el del Museo de la Ciudad Pinal Villanueva, el del Catastro de Capital Paula Hertel, el del Archivo General de la Nación Emilio Perina, el del CENEP Georgina Binstock, el del Instituto
de Arte Americano Mario Sabugo, y el de Poder Ciudadano o sección argentina de Transparencia Internacional Pablo Secchi. Y también convocaba a los Presidentes de instituciones como el del Colegio de Escribanos Claudio Caputo, de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos Teresa Anchorena, y de la Academia de la Historia Fernando Barba, y a numerosos intelectuales con conciencia histórica, tanto extranjeros (Cox, Pattillo Alvarez, Olinto Ramos, Rodríguez Poo, Santaella, McCaa, etc.) como argentinos (Ferreres, Botana, Sebreli, Abraham, Aguinis, Ghirardi, Conesa, Gerchunoff, etc), para proponerles el diseño de una ambiciosa política de
restauración estadística, cartográfica, catastral, crediticia y censal (padrones, balances, libros contables, redes comerciales y de parentesco) y de digitalización sistemática de las fuentes documentales primarias, ociosamente sobrevivientes y a riesgo de estrago. Amenaza esta última que lamentablemente aconteció en Rio de Janeiro con el Museo Histórico de Brasil, y anteriormente en Berlín con el Archivo de Vicente y Ernesto Quesada (1945), y en Buenos Aires con los primeros veinte años de las Actas Capitulares y los Protocolos Notariales (1580-1600), con las cédulas de los censos nacionales (1914), con el Archivo de la Curia Eclesiástica (1955), y
con archivos privados como el del evangelizador lacunziano Francisco Ramos
Mexía (1828).

En esa heterogénea y restauradora tarea documental, entiendo que su persona
-por la integridad con que se ha destacado en tiempos oscuros para la estadística nacional- es la más autorizada para encabezar la convocatoria soñada, que venga a inaugurar en nuestro sufrido país un nuevo e innovador orden simbólico, es decir un programa de cambio cultural y de reforma intelectual y moral, largamente postergado por la nociva interferencia del chauvinismo académico y de la rémora de camarillas y nomenklaturas científicas, universitarias y comunicacionales (de monopolio, censura y endogamia), que nadie hasta el momento y desde un tiempo inmemorial se ha atrevido a desmontar.

Le ruego me acuse recibo de la presente

Eduardo R. Saguier
saguiere@ssdnet.com.ar

Inicio

De: Todesca Jorge [mailto:JTodesca@indec.gob.ar] Enviado el: Jueves, 01 de
noviembre de 2018 13:38
Para: saguiere@ssdnet.com.ar
CC: Silvina Viazzi

Asunto: RE: Lic Todesca-Solicitud de adhesión–Reconstrucción catastral
urbana (1600-1820) por el Colegio de Escribanos-Museo Notarial

Estimado Eduardo Saguier:

Muchas gracias por su perdurable interés en la reconstrucción de nuestra
historia urbana. Estoy copiando su mail a la Directora Nacional de Difusión
Mag. Silvina Viazzi de quien depende nuestro Centro de Documentación. Tal
vez en nuestro acervo Ud. pueda encontrar material útil para su
investigación.
Cordialmente

Lic. Jorge A. Todesca
Director
INDEC – Instituto Nacional de Estadística y Censos Av. Julio A. Roca 609 –
Piso 2, Of. 204 Buenos Aires – República Argentina jtodesca@indec.gob.ar
www.indec.gob.ar Tel. +54 11 4349-9614 / 9609

De: Eduardo Saguier [mailto:saguiere@ssdnet.com.ar] Enviado el: miércoles,
31 de octubre de 2018 2:01 p. m.
Para: Todesca Jorge
Asunto: Lic Todesca-Solicitud de adhesión–Reconstrucción catastral urbana
(1600-1820) por el Colegio de Escribanos-Museo Notarial

Buenos Aires, martes 30 de octubre de 2018 Estimado Jorge Todesca
Ref.: Solicitud de adhesión para la Reconstrucción histórico-urbana,
catastral, cartográfica, censal y demográfica de Buenos Aires (1600-1820)

Hoy martes 30 de octubre estuve en el Colegio de Escribanos de la Capital,
en su sede de la Av. Callao, con el presidente del Instituto de
Investigaciones Históricas del Colegio Esc. Álvaro Ramírez Arandigoyen y con
el historiador Juan Lucero, asiduo concurrente al Archivo General de la
Nación.
En dicha reunión expuse el proyecto de reconstrucción catastral, censal,
cartográfica y demográfica urbana de Buenos Aires (1600-1820), presenté como
muestra las planillas inéditas con la reconstrucción catastral de los
barrios de Monserrat y Piedad (propietarios fundiarios, identidad étnica y
vecindad geográfica, esclavos por propietario, medidas de frente y fondo,
precio, gravámenes, mejoras, antecedente del título, fecha, número de
registro, folio), les mostré las fichas manuscritas correspondientes al
barrio del Socorro, aún no volcadas a una planilla semejante, e hice
referencia a la Reconstrucción del Catastro Rural de Buenos Aires
(1600-1936), obra que está online desde 2013 y de la que soy autor (fundada
en los protocolos notariales, el Album Edelberg, los extractos de títulos de
veinte mil duplicados de mensuras para el período entre 1820 y 1900, sitos
en el Archivo de Geodesia y Catastro del Ministerio de Obras Públicas de la
Pcia de Buenos Aires (hoy en proceso de traslado), y los Ficheros-Índice
comprador-vendedor del Registro de la Propiedad Inmueble, sitos en la ciudad
de La Plata).

También les relaté las visitas concertadas que hice el día de ayer lunes al
Museo de la Ciudad de Buenos Aires, depositario del Catastro Beare,
1860-1870 (obra confeccionada e ilustrada en acuarela por el ingeniero
inglés Peter Beare, milagrosamente puesta a buen recaudo por el extinto Arq.
José María Peña, y digitalizada aunque no online aún) con la cual nuestro
trabajo de reconstrucción catastral y cartográfico debería estar
estrechamente vinculado (salvando con futuras investigaciones los cuarenta
años que distan entre 1820 y 1860), a su Director el Lic. Ricardo Pinal
Villanueva, y a su segundo el Lic. Bruno Iván Correia; así como al Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y a su Coordinadora Lic. Silvina
dos Santos, con el propósito de hacerle llegar al Lic. Jorge Todesca la
iniciativa de búsqueda, elaboración y publicación de estadísticas
históricas, a semejanza de la Historical Statistics of the United States,
Colonial Times to 1957 (versión completamente revisada y ampliada de la
Historical Statistics of the United States, 1789-1946, editada en 1949).
Resta aún por visitar para solicitar la respectiva adhesión a los Archivos
de la Policía y del Ejército (ex Casa de Moneda) con miles de legajos
personales, al Registro de la Propiedad Inmueble (Esc. María Cecilia
Herrero de Pratesi), y a la Dirección General de Registro de Obras y
Catastro (Arq. Paula Hertel).

Asimismo, les hice entrega de un epistolario mantenido con una decena de
colegas del mundo que apoyan esta aventura documental (Quilodrán de Chile,
Camarero Bullon de Francia, Mijares Ramírez de México, Pritchett de Tulane
University, Micalizzi y Angelucci de Roma, Touzery-Le Chenadec de París,
Quiróz Chueca y Torre Cueva del Perú, Piumetto de Córdoba, y Romero de Avila
Serrano de España), un borrador con una hipotética futura declaración del
Colegio de Escribanos respecto al debido procesamiento histórico y
sistemático de los protocolos notariales depositados en el Archivo General
de la Nación (AGN), que llegan hasta 1900, a su vulnerabilidad respecto a un
eventual estrago semejante al que ocurrió recientemente con el Museo
Histórico del Brasil (Rio de Janeiro), y también con el Archivo de la Curia
Eclesiástica de Buenos Aires, íntegramente quemado por la Alianza (ALN) en
junio de 1955 (“Incendio de templos católicos”, 16 de junio de 1955». Libro
negro de la segunda tiranía. Buenos Aires: Vicepresidencia de la Nación,
1958).

En el diálogo se suscitó una muy amena conversación acerca de los archivos
notariales, de su tremenda heterogeneidad, y de la necesidad de fundar una
suerte de Centro de Documentación que asuma la tarea y la responsabilidad de
relevar, procesar y digitalizar la información notarial y de reconstruir
catastros y censos históricos que sirva de efecto de mostración en los demás
Colegios de Escribanos del país. Conversamos también acerca del objetivo de
medir la intensidad rotativa de los mercados inmobiliarios (urbanos y
rurales), la densidad demográfica por parcela, barrio y manzana, la densidad
residencial (número de viviendas por manzana y por barrio), la densidad de
mano de obra esclava (número de esclavos por manzana y por barrio), la
persistencia dominial (diferencia cronológica entre los años de venta y de
compra para cada parcela o célula catastral), los usos del suelo más allá de
la mera utilización residencial (comercio, artesanía, manufactura,
industria), la edificación en altura y superficie, y la temporalidad de su
edificación (la fecha aproximada de las mejoras edilicias la brinda la
diferencia en los valores declarados en pesos al momento de sus sucesivas
compraventas). Los listados alfabéticos provistos por Jacinto Oddone para
identificar los integrantes de la burguesía terrateniente argentina, y que
fue la fuente para la obra de Jorge Federico Sábato sobre la clase dominante
carecen de la persistencia dominial en el tiempo, deficiencia no observada
por la crítica (Regalsky, 2000). Y las fuentes primarias éditas (Anuarios
Estadísticos), que son la base documental de la reciente obra de Orlando
Ferreres sobre estadísticas históricas, tampoco cuenta con información de
archivo.

Por último, el escribano Ramírez Arandigoyen se manifestó muy interesado y
se comprometió a transmitir la inquietud al Consejo Directivo del Colegio de
Escribanos de la Capital para hacerlos partícipes del ofrecimiento
documental y del pedido de fundar un Centro Documental, y estimó una
respuesta a formularse aproximadamente al cabo de un par de semanas.

Eduardo R. Saguier, Ph.D.

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