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martes, abril 23, 2024

“Oniria”, la culpa es de los pigmeos. Fusión intangible y práctica

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Martín Giner, el autor de esta comedia puesta anoche en La Fundación, repara en el humor de situaciones. El Grupo Peso Neto Teatro se las ingenia para crear una atmósfera beckettiana. Las pesadillas pueden sumergirnos en un mundo donde lo absurdo, es la cuota que caracteriza la estupidez humana. Continúa hoy y mañana la función.

El sueño como material de creación para una vida paralela es el pivote de esta obra. Argumentalmente, Oniria se compone de una sucesión de sueños: padre con culpa, hijo con traumas pero ambas, terminan en pesadillas. Lo interesante es el cambio de los personajes, la dualidad y la transformación.

Me pareció muy rica la idea de que a cada momento que pasa, nos olvidamos del otro y muy humorístico, que un personaje diga que solamente un estúpido puede cometer por tercera vez el error y que lo cometa.

Una obra bien gineriana: ya vimos últimamente “Freak show” , en donde la idea del tiempo en retro que alimenta el flash back, recorre la dramaturgia del autor tucumano. También la ciclicidad y la recurrencia. En los seres humanos, la torpeza es cíclica, el olvido, el equívoco y cierta obstinación que envuelven a los seres y los encaminan hacia malos finales.

En el sueño esta vez, con Oniria (versión libre de una pesadilla) , los mecanismos de la culpa se abren hacia mundos posibles y cercanos al estado de vigilia como si el ser humano viviera en un sueño perpetuo, complejo, intrincado y hasta factible. Nada de lo que ocurre en el sueño es imposible de que se convierta en un estado real del soñador.

El inconsciente se instala albergando la culpa que desaparece en la consciencia o en el estado de supuesta vigilia. Los mecanismos de la censura se disipan en el sueño y sin embargo, hay leyes que gobiernan ese estado otro en donde también prima la duda y la violencia.

Los juegos que proponen los actores Marcelo Cioffi, Daniel Chacón y Pablo Dragone asocian el peligro con el miedo como consecuencia de la culpa que es introyectada desde la vigilia pero motiva el disparate y el absurdo, no así la represión.

Cioffi, Chacón y Dragone aparecen casi como personajes farsescos, combinan un espacio extraño, la atmósfera confusa y sombría con parlamentos de un lenguaje recargado de sutilezas y pequeños gajs al estilo de las películas mudas. Es un humor fino, característico también de Martín Giner.

Los cubos que simbolizan objetos constituyen un apoyo básico para los actores que se mueven en una lógica onírica y que les permite fantasear, usar el “como si” y desprenderse de estereotipos armados en cuanto a la caracterización de los personajes. Un buen trabajo actoral subraya el gesto, la ambivalencia de los mundos paralelos, el lenguaje del cuerpo invadido por las pesadillas, la farsa como exacerbación de los estados y una rutinaria y monótona idea del presente, del aquí y del ahora. Hoy hago, pienso, sueño, digo, corro, olvido. No existe el mañana ni el pasado. El tiempo se condensa en imágenes oníricas que desaparecen al rato como el propio teatro, efímero y cambiante.

El cerebro es un laboratorio, una especie de caja negra por donde los circuitos se dan sin la anuencia de los humanos extranjeros a sí mismos. El cerebro cobra vida propia y estos hombrecitos que vemos jugar en el escenario se escapan del lugar de los sueños.

La iluminación ha jugado una buena partida, las voces refuerzan el clima tenso, los elementos escenográficos proponen simetrías y equilibrio- idea de los actores para la puesta- con lo que Giner, como director, logra la fusión práctica entre seres inventados, seres soñados y seres actuados. La culpa vuelve al cuerpo como excusa para un mundo onírico y para que la torpeza se vehiculice como la mejor manera de existir, ya que la felicidad como la amargura, son episódicas.

Ficha técnica:

– Actúan: Daniel Chacón, Pablo Dragone y Marcelo Cioffi – Voces en off: Andrea García / Raúl Chunco – Diseño de luces: Roxana Belbruno – Diseño historieta: Alejandra Suárez – Asesoramiento percusión: Anita Poggioli – Diseño gráfico: Marcelo Cioffi – Diseño web: Pablo Dragone – Puesta en escena: Pesonetoteatro – Dirección de actores: Martín Giner

Página del grupo: www.teatrosalta.com.ar/oniria

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