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sábado, noviembre 23, 2024

Perezoso, pero no lento y violento: Máximo Kirchner apeló a Pablo Escobar

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El diputado nacional Máximo Kirchner evocó hoy una frase del narco colombiano Pablo Escobar Gaviria para defenderse de las acusaciones y las investigaciones judiciales que están en marcha sobre el patrimonio de su madre y ex presidente Cristina. Para el hijo presidencial, causas como Hotesur, Los Sauces S.A., y la ruta del dinero K son en realidad «persecuciones».

«Todo esto me hace acordar mucho a una serie donde una persona amenazaba a otra y le decía «le voy a matar a usted, a su marido, y si la abuelita está muerta se la vuelvo a desenterrar’. Esto es lo que hacen con Néstor: si Néstor está muerto te lo vuelvo a desenterrar y te lo vuelvo a matar. Creo que es direccionado y tiene un sentido hacia futuro, más allá de lo que nos toque a nosotros en este momento», afirmó, en unas polémicas declaraciones a Radio Del Plata.

En el libro «Máximo, la historia jamás contada», el periodista Eduardo Zanini contó que cerca del 2000, después de varios fracasos universitarios de Máximo (ni abogado, no periodista, ni nada que se relacione con el estudio), Néstor Kirchner pidió a uno de los encargados de sus negocios particulares, Osvaldo ‘Bochi’ Sanfelice que se encargara de orientar a su primogénito. Esto es, que empezara a trabajar en los emprendimientos inmobiliarios de la familia.

En la céntrica y principal calle Roca de la capital santacruceña, Sanfelice había empezado a administrar hoteles, departamentos, casas y rentas diversas de la familia de quien entonces era el gobernador.

El Bochi acogió a Máximo en el local de emprendimientos, donde también trabajaba el dirigente Carlos Sancho, que en algún momento ocupó interinamente la gobernación de Santa Cruz.

A las dos o tres semanas de empezar a trabajar en la inmobiliaria, Máximo ya sabía el manejo de los papeles y cómo moverse. Sanfelice se encargó de entrenarlo y también, cuando el tiempo se los permitía, de establecer un ámbito de diálogo, aunque sin meterse demasiado en cuestiones profundas.

Néstor le había advertido a su amigo Sanfelice que si Máximo no iba todos los días «lo iba a cagar a patadas». Así de simple. Con esa consigna, Máximo asistía puntualmente.

Desde chico había mamado un lenguaje de palabras, gestos y construcciones que no todos los chicos tenían. Como si hubiese ido a una escuela de militancia de tiempo completo. Sin fecha de inicio, por entonces. Como fecha, desde el punto de vista de la acción política, la campaña presidencial para las elecciones de 2003 podría considerarse el punto de partida de sus actividades militantes.

Hasta ese momento se dedicaba, fundamentalmente, a tareas de organización y supervisión. Era raro verlo encabezando una columna del Frente para la Victoria en la corta campaña electoral de 2002-2003, luego de que el presidente provisional Eduardo Duhalde se decidiera por la figura de Kirchner para representar al oficialismo.

Máximo, al igual que otros colaboradores, se había convertido en una especie de filtro cuando empezaron a llover llamados de personas que querían ver a su padre por alguna circunstancia.

«Supervisaba si los micros llegaban a tiempo, los lugares de alojamiento, en fin, la logística y los gastos que se hacían en cada caso», cuenta una de las secretarias de Néstor. Así se ubicaba, por primera vez, en un lugar activo, aunque siempre detrás de escena.

Las mismas fuentes afirman que Máximo tenía un rol más participativo con los funcionarios que rodeaban a su padre en la gobernación de Santa Cruz, y que de hecho se había convertido en miembro de la mesa chica de la campaña, la famosa ‘pingüinera’.

Con el tiempo, tras la muerte de su padre y pasada la presidencia de su madre, se convirtió en diputado nacional. Pero con el cargo llegaron las denuncias.

Ayer, por caso, el fiscal Carlos Rívolo lo imputó junto a su madre por cohecho en la causa «Los Sauces», y lo mismo hizo con los empresarios Thomas Bach, Lázaro Báez y Cristóbal López. El funcionario judicial además investiga un «crecimiento del patrimonio injustificado».

La causa se originó por la denuncia de la diputada Margarita Stolbizer, quien acusó a la exmandataria de retirar de la firma «Los Sauces» ganancias en forma irregular por más de 20 millones de pesos.

«Vengo por el presente a acompañar documentación que da cuenta del modo irregular en el que se adjudicaba la obra pública a las empresas de Lázaro Báez», sostiene el escrito que Stolbizer presentó hace unos días.

La legisladora denunció también «como en forma paralela Cristina Fernández recibía dinero mediante un acuerdo que tenía la apariencia de un vínculo comercial, pero encubría una promesa, en su condición de funcionario público, para otorgar más obra pública y omitir todo tipo de controles por parte del Estado».

«Lisa y llanamente el delito de cohecho en su expresión mas burda», concluyó Stolbizer.

No es la única denuncia que pesa sobre los Kirchner, sin embargo fue la que terminó de motivar a Máximo para que lanzara una defensa «poco apropiada» con palabras del narco colombiano Pablo Escobar, jefe del Cartel de Medellín, que fue abatido tras varios años de sembrar el terror y asesinar a cientos de personas.

«Lo que hace es ‘Si Néstor está muerto, te lo desentierro y te lo vuelvo a matar'». De esa manera, el diputado e hijo de Cristina denunció «inquina» contra su apellido parte del Gobierno y otros grupos.

«Se busca tapar aquello que no se puede explicar desde la política, las decisiones que se toman y contrarias a los que se prometió en campaña, y empiezan los fuegos artificiales y las persecuciones. Porque una cuestión son las investigaciones y otras las persecuciones», dijo.

Consideró que «hay una inquina con el apellido» Kirchner, «fundamentalmente de parte del Grupo Clarín y obviamente habrá sectores del gobierno y otros sectores del partido judicial» (en referencia al Poder Judicial).

«Creo que se trata de mostrarle a futuro a cualquier dirigente que nunca más nadie se atreva a querer modificar una ley de medios o equilibrar la balanza entre los sectores que representan quienes son elegidos por el voto popular con los sectores que nadie elige nunca, que son los más empoderados del poder económico de la Argentina», continuó.

En ese momento hizo referencia a una conocida frase de la serie sobre el capo narco Pablo Escobar. «Me hace acordar a una serie donde una persona amenaza a la otra y le dice lo voy a matar a usted, a su marido y si la abuelita está muerta, se la vuelvo a desenterrar. Eso es lo que hacen con esto: ‘Y si Néstor está muerto te lo vuelvo a desenterrar y te lo vuelvo a matar'».

«Creo que es direccionado, tiene un sentido hacia futuro, más allá de lo que nos toque a nosotros a futuro», completó.

Máximo Kirchner también se refirió a la diputada jujeña Mabel Balconte, que denunció a Milagro Sala de haber desviado millones de pesos destinados a viviendas e involucró al hijo de la ex presidenta en la supuesta maniobra.

«En el sentido de como se desatan los hechos de la diputada, todo parece no funcionar como debería. Lo que nosotros hicimos fue denunciar lo que vemos, lo que creemos que sucede a través de distintas situaciones para que se pueda investigar», dijo.

En ese sentido, hizo un llamativo paralelismo con la intervención del Poder Ejecutivo en la provincia de Santiago del Estero en 2004, en medio de una grave crisis institucional.

«A Néstor (Kirchner) le tocó ante este tipo de situaciones intervenir la provincia de Santiago del Estero, de su propio partido el gobernador. Entonces creo que estas cosas hay que ir marcándolas, denunciándolas», expresó.

«Uno ve este tipo de situaciones y le da pena porque creen que con el miedo pueden conducir a pueblos conscientes de sus derechos. En estos 12 años, más allá de todo, si algo hubo fue total libertad, ampliación de derechos, seguramente faltaron más, y seguramente la idea cuando la sociedad fue a votar era más de eso y no involucionar. Y lo que uno ve es una clara involución».

Sobre la imputación en la causa Los Sauces, dijo que «es un intento de aleccionamiento, un intento de ocultar todas estas cuestiones. Un intento de ocultar la intención del gobierno», dijo.

«Ante este tipo de medidas, crece mucho la figura de Cristina. Estas políticas (de gobierno) las quieren aplicar hace mucho tiempo. Esto lo querían hacer desde el 25 de mayo de 2013. (…) Eso fue lo que Cristina intentó permanentemente: evitar que estas políticas impactaran en el centro de gravedad de la mayoría de los argentinos. Son muestras de debilidades políticas», agregó.

– Urgente 24

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