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viernes, marzo 29, 2024

Rafael Monti: 20 años con Espacio y 25 años con el teatro en Salta

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El viernes 26 de diciembre desde las 22 y hasta las 23: 45 hubo un homenaje de la gente del teatro a un hombre del teatro, como no podía ser de otra manera. Estuvo reunida la comunidad teatral en el Salón Auditórium para aplaudir la trayectoria montiana, con un quehacer ininterrumpido en la provincia.

Cristina Idiarte (actriz, dramaturga y representante del I.N.T.) condujo junto a Danny Veleizán (actor y profesor de teatro) el Homenaje a los 20 años del Taller de Teatro Espacio, creado por Monti. No faltaron las ironías de tinte político sobre el nuevo Ministro de Turismo y Cultura, la inacción de la Secretría y la oscura gestión del ex representante del INT. Hubo humor, sentimientos, afectos, aplausos, reconocimiento y participación de la gente del teatro salteño como un merecido reconocimiento al teatrista Rafa Monti.

Se presentaron diversos sketch como los de Julieta Córdoba y Mariana Flores en “la invitación”; el de la cabo Vilca, intepretado por Gabriela Vázquez, acompañada por Rocío Paredes; el de Martínez, el famoso personaje de la comedia surgida en el 2001, protagonizado por Oscar Muñoz; el de caperucita con Gaby Vázquez y el lobo con Virgilio Morales; la parodia de los superhéroes con la Mujer Maravilla junto a
Hiperman actuado por los conductores del Homenaje en el que la heroína termina diciendo que van a salvar a Salta del nuevo Ministerio… No faltó el monólogo de Hilda Guzmán de K. como Adolfina; Claudia Bonini como la madrastra de Hansel y Gretel (infantil que hizo Monti); el dúo par depe… con Virgilio y Danny; el musical “Miro hacia atrás” con Zoe Subelza y Monserrat Llao; la presentación de Ana María Parodi como Alcira; el discurso de Claudia Mendía; jpg_rafa_4.jpgel llamado telefónico de Javier Casale (ex del taller, transmitido en directo) y la presencia del balet de Daniel Gauna, Almansur, que puso sus bailarinas árabes en un bonito baile festivo. Al término del Homenaje subieron muchos actores que trabajaron en Espacio y Cristina Idiarte dijo reconocer sus orígenes junto a Espacio en su debut actoral con “Salta a la vista” , y entregó además, una placa al homenajeado quien dijo unas palabras. Por detrás vinieron los abrazos.

Monti entró en la sala al compás de los aplausos de los teatristas salteños y todos hemos festejado su aniversario.

Contáme acerca de tus inicios en el teatro y de tu llegada aquí a Salta

– Bueno, yo soy salteño. Nací el 7 de abril del 62 en la Clínica Córdoba que ya no existe más, como mucha gente porque en ese momento no habían muchos lugares así -me estuve enterando que Miriam Dagum nació allí también- en realidad me fui siendo bebé a vivir a Bs. As. y me vuelvo a radicar a mi provincia 22 años después. Empecé a hacer teatro, a gustarme esto que no entendía, que era demasiado, más o menos a los 14 años. Me acuerdo que ya había visto algo de teatro, había visto teatro infantil, me llevaron allá al teatro Regina, que tiene mucha historia para mí porque es el único teatro que hay sobre la Avenida Santa Fe en Bs. As. Ahí funcionan también dos instituciones emblemáticas del teatro que son el INT y La Casa del Teatro donde están los actores viejillos. Ahí fui a ver un espectáculo infantil que se convirtió luego en un clásico que es “La vuelta manzana” de Hugo Midón que me gustó, me entretuvo pero no me pasaba nada con todo eso. Cuando tenía 14 años la mamá de mi mejor amigo, en ese entonces Alejandro Ollivier -después fue periodista de espectáculos y con quien laburé mucho tiempo en el teatro- me invitó a ver una obra de teatro que se llama “El zoo de cristal” justamente en el mismo teatro Regina. “El zoo de cristal” me sonaba a una obra aburrida pero bueno esas cosas que uno dice vamos a ir -por convenciones sociales- si me invitaban no podía decir que no y fui a verla. Actuaban Oscar Martínez, Víctor Laplace… Esa obra me mató y me dije esto es lo que yo quiero hacer. La mayoría de las obras de Tennessee Williams son y eran en ese momento muy fáciles de conseguir porque estaban editadas. Pero enseguida conseguimos el libro y la queríamos hacer y conseguimos un teatro por allá por la calle Montevideo para poder hacerlo, por supuesto que la puesta la queríamos hacer nosotros. No conseguíamos director y mi papá trabajaba YPF (en la casa central) donde había un grupo de teatro independiente comandado por una persona que hacia las veces de director. Era la única persona que yo conocía. Y lo fui a encarar, por supuesto me dijo que era una locura. Pero hacerla es una de las deudas que yo tengo conmigo mismo como actor o como director. Por ese entonces, era demasiado, era una falta de respeto, era un avasallamiento total hacer esa obra con gente que no sabía nada. Nunca la pude poner en escena y creo que ahora sí la podría hacer. Ahí empezó mi gusto por el teatro.

Alejandro Ollivier tenía una prima, Cristina Ollivier, con quien hicimos un unipersonal muy famoso que hizo China Zorrilla hace mucho tiempo y fue su caballito de batalla que se llamaba “Hola un dos tres” . Eran 3 monólogos hechos con la actriz y un teléfono. Ahí hice mis primeras armas como entre comillas asistente de dirección, técnico y demás, y empecé a escribir, a tratar de buscar cosas; empecé a tomar contactos por casset, después por medio de espectáculos, con la generación de los 60-70 que en ese momento estaba terminando y dando lugar a otra cosa: al café concert. Surgía Gasalla, Perciavalle, Pinti …y me gustó mucho ese tipo de humor, los monólogos y esas cosas, y la mezcla de independiente con irreverente. Escribía buscando personajes absolutamente muy parecidos, copias de los personajes clásicos de estos actores. Pero el humor que me caracteriza hasta ahora viene de esa escuela. Tuve la suerte en esa época -cuando tenía entre 18 y 20 años- de hacerme muy amigo de Carlos Perciavalle, fuimos con Alejandro Ollivier a ver su espectáculo “Aburrirse es pecado mortal” , que habremos visto 70 veces. Fue un tipo de muy buena leche que nos hizo subir al escenario, conocer cómo era el detrás en esa época a dos personas que no tenía por qué hacerlo digamos. Incluso me regaló una peluca.

Seguí a Antonio Gasalla que me parecía un actor de la mierda pero aparte también un tipo tan buceador en las cosas sociales… Esa cosa del humor argentino crítico que le pone a sus personajes. Luego lo encontré a Pinti con su salsa criolla, tan político y tan verborrágico (el humor) y alguna mujer de esa década como Cecilia Rosetto y Edda Díaz. Para ese lado nos fuimos, monologueando, parodiando personajes de films conocidos y qué sé yo, en algunos cafés y bares de amigos y conocidos. En el 78 en pleno mundial, amé a Antonio en el Maipo donde nacieron sus grandes personajes, los nombres de sus espectáculos llevan su nombre por cábala, creo que era “Maipo es Gasalla”. Mirá aquí tengo una foto con él que es una reliquia.

Después ya en el teatro no sé cómo decirlo… más serio, me llevaron un día a trabajar en el teatro abierto en el año 82. Ahí entre a otro mundo, el del teatro independiente pero de gente que venía del interior, que iba al conservatorio municipal, entonces había todo una cosa de empezar a buscar en el estudio y toda una cosa más allá de este teatro autodidacta y amateur. Conformamos un grupo con un montón de gente que colaboraba en el teatro abierto. Colaborar significaba desde hacer un papel arriba del escenario hasta limpiar y vender entradas. Uno de mis compañeros que hacía sus últimas armas en el conservatorio se fue a trabajar con Pepe Cibrián en un espectáculo que se llamaba “Calígula” , una de las cosas más lindas de Pepe que yo he visto en mi vida. Nos quedamos sin un actor pero fuimos el día del estreno a ver “Calígula” y ahí me fasciné por los musicales. Creo que me debo acá en Salta hacer un buen musical para grandes; para chicos ya hemos hecho bastante. De ahí empezaron a mecharse las cosas, a buscar, a estudiar, a leer, a ver mucho teatro setentista: “El gran deschave” con Norman Brisky, ver la revista y creo que fue la última de las grandes en la calle Corrientes con Olmedo, Porcel, Moria, Susana, Osvaldo Pacheco, Calabró… toda esa gente junta. Primera vez en mi vida que lo oí putear a Juan Carlos Calabró porque siempre lo veía en televisión muy light.

En la época de los 80 fue donde se mezcló el varietté por llamarlo de alguna manera, que era el teatro de humor con el rock. De ahí sale otro tipo de humor, tenía más que ver con el transformismo. Cuando vino “Caviar” acá a la Argentina de Europa -primero fue censurado y después resurgió- ya habían grupos que en ese momento salían del under y se mezclaban con otros grupos de los que salió Divina Gloria. Ese grupo laburaba en Cemento cuando nacía Patricio Rey con Los Redonditos de Ricota y se juntó con una mezcla que venía del varietté pero con otros ingredientes más de enfrentamiento, de choque, con un looks de peinados raros onda Charly. Después me vine a vivir acá, por el año 84 y formé un grupo con esa estética que se llamaba “Burbujas snob”, un grupo muy raro que tuvo éxito en ese momento. Hacíamos chistes sobre los gay cuando los gay aún no trabajan ni en los boliches pero en Bs. As. estaban instalados hacía una década. Para Salta era sumamente raro, hasta terrible te diría y fuimos a la vieja Casa de la Cultura con un espectáculo que se llamó “Danzas rotas” . Andábamos vestidos de negro con borceguíes, delineados y peinados con colita atrás y ese tipo de cosas.

Después me empezaron a conocer – se preguntaban quién será este tipo que había llegado con esa onda tan rara- y hacía monólogos de teléfono de Carlos Perciavalle. En el teatro Mitre presentamos ese espectáculo con chicos invitados e incluso íbamos a ver espectáculos a Mar del Plata para tomar ideas y así salió un sketch completo. En ese entonces no ganabas nada de plata y tampoco había mucho drama con el tema de derecho de autor, no existía nada de eso.

Lugo empecé a trabajar con gente de la UNSa., lo primero que hice acá fue teatro infantil. Me acordé el otro día – en el homenaje- cuando Claudia Bonini habló de cuando nos conocimos, yo la conocí a ella cuando llegué a Salta. Mis padres vinieron a vivir acá por trabajo. Mi papá tenía un nombramiento muy importante entonces yo le dije “pero cómo nos vamos a ir a vivir a Salta si yo quiero hacer teatro, quiero estar en el mundo del espectáculo”. Mi viejo me dijo: “quedáte pero te bancás vos, qué vas a hacer 12 horas laburando en una librería para después meterte en un subsuelo y hacer una obra que no sabés siquiera si te van a ir a ver”.

Finalmente me quede aquí, ni siquiera pasé a Salta capital, me fui a Metán, es decir de Bs. As. a Metán y después a Salta capital. Mis padres se quedaron en Metán, venían a visitarme los fines de semana porque yo estudiaba en la Católica derecho. Me quería conectar con alguien de teatro porque parecía un personaje de la película: el profesor hippie al que fueron a despedir al aeropuerto todos los actores y mis amigos. Era un duelo venir acá pero no sabía que significaba un camino diferente pero muy rico a la vez.

Cuando llegué era el comienzo de la democracia y vi en Metán por TV la asunción de Alfonsín. Era empezar a laburar en otra cosa. Tratábamos de hacer lobby y de ir a los cumpleaños de los artistas porque ahí conocés gente y te vas metiendo, te pueden abrir la puerta de un canal de televisión para hacer un bolito y así empezar, que es otra vía. Cuando fui a la Casa de la Cultura a buscar a Eduardo Suiffi, salían dos personas: Jorge Mimessi y Jorge Renoldi. Ellos me dijeron que Chacho estaba a la vuelta en un lugar que se llama Treguis, en la galería El tribuno. En ese entonces se reunía ahí toda la mafia, noctámbulos, artistas y demás. Lo encontré y le dije que hacíamos un infantil que se llamaba “El carpintero de los sueños” con un elencazo que la mayoría no eran conocidos. En ese elenco fui a cubrir un laburito como músico porque yo hacía percusión y se les había ido el percusionista; ese fue mi comienzo. En ese elenco estaban Rodolfo Fenoglio, Daniel Chacón, Alejandra Borla, Claudia Bonini, Jorge Mimessi, Jorge Renoldi.

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Ahí empezamos una época de mucha convivencia e íbamos a una casa “chorizo” en la calle San Luis que todavía existe. Escuchábamos discos de Leonardo Favio, convivimos mucho como después lo hice por años con el Taller Espacio. Ahora es difícil eso de estar todos juntos y unidos en convivencia porque cada uno tiene sus cosas. Después laburé con José Luis Valenzuela en papeles chiquititos estando detrás o estando en esos elencos maravillosos con “Saverio el cruel” y con la obra “Tentativas sobre la boda” de Bertolt Brecht y laburando con Claudio García Bes hasta que en el año 88 creo el Taller de Teatro Espacio que nace con un elenco que se presentaría en la muestra estudiantil del Tomás Cabrera. Por entonces conocí a Claudia Mendía y a Oscar Muñoz que estaban haciendo sus primeras armas y a gente como Liliana de la Fuente quienes hicieron “Tu cuna fue un conventillo” . Empecé a trabajar con Claudia Mendía y un actor de Bs. As., Marcelo Beriau, que estaba acá de casualidad y con el que hicimos el infantil “Con sabor a gelatina” . Ahí nació el Teatro Espacio cuando Claudia y Oscar me llaman para dirigir una obra, “Acordáte de la Francisca” –que la hizo este año Fat Ferrario y elenco- una obra de una autora jovencita que después la vi escribiendo para televisión y que ese año se presentó en el San Martín: Marisel Lloverás Chevalier. Ahí empezamos a trabajar y ya llevamos 20 años…

¿Te sentís el iniciador o el creador en Salta del music hall y del teatro varietté?

– Sí pero no por una cuestión digamos de ¡ah! soy el creador, todas las cosas se dieron por casualidad. Se dieron porque yo llegaba en ese momento con ese bagaje de cosas en la cabeza a un lugar donde era un terreno absolutamente desierto, lo único en teatro que había estable en teatro era la Peña Española con un teatro setentista que ellos hicieron muy bien. El teatro de la historia del medio pelo argentino que fue “El gran deschave” , “La fiaca” … y después alguna cosa esporádica, estaba el teatro de la universidad pero llegamos con estas propuestas de humor y cosas como muy locas de lo estético también y desde lo que se contaba. Me acuerdo que en esa época, en el año 84, había hecho un monólogo donde yo decía: “nosotros tenemos un gobernador que nunca va a meter la mano en la lata” . Hablábamos en ese entonces del viejo Romero, entonces yo decía “por qué, porque la lata es de él” . Ese chiste que hoy en día es absolutamente un juego de niños, en ese momento era guau, cómo vas a decir eso. Te hablo de Salta hace 25 años. Era suicida casi. Yo no lo tomaba así, lo tomaba como que yo hacía humor que es lo que me gustaba y me encanta hacer. Hoy, desde otro lugar, desde un crecimiento uno sigue haciendo humor de ese tipo. Después apareció gente que quiso hacer ese tipo de cosas o que intentó o que laburó ese tipo de humor desde lo que es el music hall. Pero sí, fuimos los primeros en poder hacerlo.

¿Qué fue lo más sacado que hiciste, fuiste irreverente?

– No sé. No sé. Creo que por ahí desde lo que se puede contar como comercial se puede ser más irreverente y más sacado entre comillas, más sacado entre comillas, más audaz en lo que uno dice comparado con otras cosas que a lo mejor buscan concretamente eso desde el teatro más vanguardista, más de choque, más festivalero y a lo mejor “Martínez y el Senador” lo fue. El otro día estaba viendo un material en DVD y pude ver un espectáculo del 2003 y aparte de divertirme muchísimo con lo que se veía me dije “guau”, qué cantidad de cosas que se decían ahí. Y uno lo dice desde el humor, desde el teatro comercial y la gente lo disfrutaba, por ahí hacía medio catarsis en medio de la crisis. Pero no era que nosotros llevamos la bandera de no sé que cosa. La propuesta era- sin tener miedo a nada- decir lo que teníamos ganas de decir a partir del humor. Y hubo comentarios muy locos de la gente, yo trabajo hace más de 24 años en el poder judicial entonces vino un abogado y me dijo: “gracias por decir lo que nosotros no podemos decir”. No teníamos la intención, no decíamos sí, nuestro teatro es político y salimos abanderados a la lucha; no la verdad no, queríamos divertir a la gente y ya que había material- las mejores comedias siempre la escribieron los ingleses- lo hicimos.

Desde el humor pasamos al amor: ¿de qué te arrepentís y de qué te alegrás?

– Uno se da cuenta de las cosas que hizo, que le pasaron, de los logros que uno tiene cuando hay que hacer un conteo, cuando se cumplen los 20 años y uno tiene que buscar en el currículum. Hasta ese entonces uno no se da cuenta porque solamente se dedica a seguir haciendo. Todo lo que tengo que agradecer de los que hice es que lo hice gracias al laburo del grupo, esencialmente a todos los técnicos y artistas que pasaron no sólo por Espacio sino también por mi vida en estos 20 años con Espacio y en estos 25 años de Teatro en Salta. De alguna manera llenan esos 20 años, uno puede decir que no ha cumplido con los mandatos sociales digamos que los padres querían de uno como por ejemplo, tener un título universitario. No me recibí de abogado, estudié hasta tercer año, soy Técnico Superior en Comunicaciones Sociales pero es una carrera terciaria. Tampoco en mi vida personal tengo un matrimonio, hijos y esas cosas que uno extraña sobre todo en estas fiestas y creo que por ahí, por la cosa más personal digamos pasa esto de las falencias. Uno cuando es joven ama lo que hace, se entrega a la profesión y muchas veces deja a su familia y las cosas personales de lado para hacer esto. Pasa por una elección. Por eso no tiene que arrepentirse porque pasa por una elección. A mi lado más personal creo que lo he descuidado un poco.

Incursionaste por el cine…

– Sí, como actor. Lo primero que hice fue “La redada” con el Negro Pardo y contaba toda esa aventura de ese personaje pequeñito, ínfimo que ni siquiera tenía texto y que era un globero que estaba sentado, tirado durmiendo en la puerta de la estación de trenes – era casi parte del paisaje- y pasaba Lito Nebbia que hacía un ángel que iba en una bicicleta, se filmó en varios lugares y estuvimos toda la tarde con esas tomas. Tenías que hacer un esfuerzo para darte cuenta que eras parte de esa película. En los créditos de la película salía “Rafael Monti globero”, todo un orgullo. Muchos años después el Instituto Nacional de Cinematografía saca tres libros, una colección de las películas de las últimas décadas que era una especie de síntesis de la historia con una foto de cada película y el elenco que había trabajado, la parte técnica… Y ahí sale “La redada” y aunque no lo puedas creer, la foto que sale de la película no es de ninguno de los protagonistas sino un primer plano mío tirado ahí con los globos. Así que tengo el libro ahí guardado con mucho cariño. Actualmente una es “Radio la Patagonia” y hay una película que yo le tengo mucho cariño porque laburó mucha gente querida pero que hasta ahora no puedo dar con ese material porque fue una miniserie que se filmó para Europa y Japón y nunca para Latinoamérica que fue “Corazón de los Apeninos a los Andes” , una coproducción ítalo-argentina. Ahí ya tenía una cosa como más destacada porque era todo el último capítulo de la serie donde había gente como Ana María Bertuche, José Antonio Lázzari, como el Mimo Pascualo, el Chacho Siuffi. Ahí conocimos un indio grandote que venía del sur y nadie lo conocía y que ahora es Rubén Patagonia, se dedicó a cantar folclore de la Patagonia y si no me equivoco creo que estaba Cecilia Sutti también y nos fuimos a filmar a San Antonio de los Cobres. Apareció Brandoni, Giulano Yema…. Y viene el final que es el rencuentro del hijo con su madre. Un día, entraba a mi casa a la noche y una persona que no conocía me miraba – por qué me mira así pensaba- y me dijo: “a Ud. lo vi en Alemania”. Me dije esta mina está en pedo y era por esta serie que se había grabado en Alemania, por supuesto en toda Europa. Y después una vieja amiga que quiero mucho y vive en Italia, me envió una carta y me dijo: “te escribo porque te vi por tele”. Estamos investigando – en la web- si podemos dar con algún material que tenga que ver con eso. Sí, no es muy protagónica ni muy relevante mi participación en el cine pero sí lo hice y es algo que me gusta mucho.

¿Por qué decidiste o decidieron hacer 20 años festejando con Miriam Dagum?

– Con Miriam solíamos trabajar en varias cosas. Con Miriam fue un encuentro así como un amor a primera vista entre el Taller y el Coro en el año 94 cuando necesitábamos voces para poder meter en lo que fue el primer infantil grande que fue “El rey vanidoso” . Ellos se ofrecieron muy solidariamente a poner voces. Y de ahí ellos ya me encontraron con un espectáculo que no tenía que ver sólo con un recital de coro sino con un espectáculo con actores y puesta en escena y empezar a jugar con los diferentes temas y eso nos salió por mucho tiempo, aún cuando esa relación no continuó y tuvo como espacios en blanco; siempre hubo gente que pertenecía al taller como Claudia Mendía en su momento, Danny Veleizán que siempre han seguido trabajando con ellos como actores. Siempre hubo un ida y vuelta en los espectáculos así que para mí no es una novedad poder hacerlo. ¿Por qué festejé estos 20 años con Miriam? Porque estábamos metidos en una cosa más personal que fue por un lado el trabajo con la licenciatura, en la cual estaba Danny, estaba con una beca bellísima de dramaturgia en Buenos Aires desde octubre hasta noviembre de este año yendo y viniendo siempre y trabajando y escribiendo; entonces estábamos como fuera de la vidriera justo ahora que estábamos cumpliendo los 20 años. Así que yo creo que para subirnos de nuevo al escenario necesitábamos alguien que te diga “che vamos”. Entonces el compromiso de poder trabajar este espectáculo junto con la gente del Coro y festejar juntos ha hecho que nosotros festejemos. Yo no sé si de otra manera hubiéramos festejado en un escenario así nuestros 20 años. Lo hubiéramos dejado para después y en el fondo no queríamos que pase desapercibido. La realidad de la gente del espectáculo del interior-salvo raras excepciones- pasa bastante desapercibida. Nadie se enteró que yo tomaba una beca en ningún lado, por ejmplo. Fue bueno volver a trabajar juntos, en mi caso escribir todo el espectáculo y tratar de ver cómo juntar la música y el teatro con la gente de Arisis y escribir todo a partir del humor. Lo que era pararnos en ese Teatro Provincial… bueno no teníamos esperanza por los menos ahora de poder pisarlo porque es una sala muy grande para la realidad local de un grupo que quiere presentarse varias veces y realmente es imposible. Pero para un evento como este lo hicimos así que ya podemos decir que tenemos un provincial adentro.

¿Qué significó para vos el Homenaje sorpresa que te hicieron los colegas?

– Ah! Ayer contaba aquí en mi casa el tema del homenaje, contaba y lloraba. Hablé, tengo una cosa como medio tardía y me hubiese gustado decir mucho más y hablar con cada uno, de lo que fue pero no podía ser. Sabía que después iba a estar a la noche en la cama y que iba a pensar muchas cosas. En realidad fue como decís, muy sorpresivo porque ya terminaba el año, no esperaba que hubiese este tipo de manifestaciones. Es más: estaba hasta dolido en algún punto de que toda la gente de teatro no se hubiera manifestado en lo que era el espectáculo que hicimos en el Provincial. ¿Por qué no había gente de teatro ahí? Yo siempre digo, a modo de chiste a la gente que empieza a trabajar conmigo, que tiene dos posibilidades: “si vos querés ser famoso trabajá conmigo y si querés ser prestigioso trabajá con Renoldi” . Con todo el respeto que me merece Jorge con el que compartimos mucho tiempo, no estéticas pero sí estar en la vereda de enfrente, estar en la vereda de enfrente creo que es algo que debe compartirse. Sentía que teníamos como una aceptación del público pero de los pares había una cosa que nos faltaba ¿viste? Sentía la necesidad de que mis pares me dieran como una devolución. Y el viernes fue una sorpresa porque nos íbamos a Juntar con Oscar Muñoz y con Danny para comer algo- hace tiempo que no lo hacíamos- y charlar sobre lo que íbamos a hacer el año que viene. Había que pasar a buscar a Danny por el Auditórium- yo sabía que el Auditórium estaba con algunos problemitas y había que firmar para que pueda seguir, yo creía que era por eso- llegamos ahí, me bajé. Me tomaron del brazo y entré tipo novia que entra con el padrino del brazo a la iglesia, iba caminado por ese pasillo y vi que toda la gente de teatro se paraba a aplaudir y era increíble.

La gente que estuvo- salvo raras excepciones de gente que no jpg_rafa_2.jpgpudo ir por problemas serios o algunos a los que no les pudieron avisar pero casos muy puntuales porque yo sé quiénes son- la otra gente que no fue bueno… no fue y la que fue, era la que tenía que ir. Realmente había generaciones, miraba a Ana María Bertuche, al Negro Armatta y pensaba esta gente me está aplaudiendo a mí con los años que tiene. Verlo a Rodolfo Cejas, me hubiese gustado decirle que es uno de los actores con los que yo nunca pude actuar pero me hubiera gustado hacer algo alguna vez, ahora ya es un actor de cine. Ver gente como Pablito que son de la nueva generación y que con Martín de Identikit pudieron colaborar con cosas de maquillaje y demás para nuestros espectáculos. Verte a vos, ver a gente de la A.Te.Sa., de la A.S.A., del I.N.T., todos juntos… a Raúl Chunco que es un actor con el que tuvimos un intercambio de opiniones muy técnicas por unos micrófonos y esas cosas… Yo le quería decir que aún cuando no sepamos si alguna vez vamos a volver a trabajar juntos me encantaría volver a hacerlo. Muchas obras que he escrito, en las últimas, he pensado: este personaje qué bien lo haría Raúl… y verlo ahí y ver toda esta gente y sentir que los compañeros como Oscar como Virgilio, Danny Veleizán ni qué hablar, la Negra Cristina, ver a Claudia Bonini… No sabía que estaba en Salta Monserrat Llao porque se había ido a vivir a Córdoba. Ver a los pequeños nuevos integrantes de Espacio como Sofía, como Enzo… No sé verlos a todos reunidos era como ver a la familia de uno. Ver a Jorge Nieva, al Alfred, a Claudia Mendía– que estaba dirigiendo un montón de obras y vino- a Hilda… a tanta gente…

Agradecer a Ana María Parodi por su casa, esa ternura que tiene para recibir a los actores, eso me sensibiliza, me puede. Mi talón de Aquiles además de mi mamá es la gente que hace teatro. Veo a alguien viejo, nuevo, bueno, malo, no sé… y digo este tipo las ganas que pone, los cojones y el amor. Eso me puede… es gente que ama lo que uno ama. Para mí fue muy lindo y a veces no tenés a quién contárselo porque la gente a la que se le puede contar estaba ahí. Hay gente que no está más aquí o en la Argentina y que trabajó con nosotros: Oscar Lajad (Buenos Aires), Rodrigo González (Italia), Carlos Tapia (México), Reza Salazar (New York), ellos también se acordaban; Javier Casale que se comunicó vía telefónica, verlo a Iván… Se mezclaba porque era un homenaje a los 20 años de Espacio pero también era un homenaje personal. Así que se mezclaban los sentimientos y los recuerdos.

¿Rafael Monti es hoy un artista consagrado?

– Aquí en Salta yo creo que sí. A nivel nacional en algunos lugares empiezo a ser conocido desde mi dramaturgia, también es muy importante por la posibilidad que me da el editar o que me da el escribir porque uno con sus espectáculos y sus elencos no puede llegar a muchos lados donde sí pueden llegar sus textos. Aparte tiene ese doble éxito que es saber que lo que uno cuenta desde algún lugar es lo que tienen ganas de decir otras personas en otro lugar, totalmente diferente y que a veces ni siquiera lo conocen a uno. Parece que no hubiera relación en nada y sin embargo, uno está contando cosas que de alguna manera son universales. Tuve la suerte de que “Como una madre” – uno de los textos que más quiero y que tiene toda una historia también- se haya estrenado en Buenos Aires y Corrientes; que “La realidad no se responsabiliza por la pérdida de sus ilusiones…” sea la primera obra mía que se estrenó en Capital Federal y que se sigue dando ahí y en junio se va a estrenar en Rosario de Santa Fe. Que “En un azul de frío” se haya hecho en un semimontado de Buenos Aires. Está bueno, es una manera de hacerse conocer. Cuando fui a un Encuentro en Rosario, me preguntaron quién soy y les dije Rafael Monti, me dijeron “ah, el autor de Como una madre “; fue cuando había salido esa edición de los premios que daba el Instituto hace un montón de años atrás. Pero uno sigue siendo un laburante del interior y este es el lugar que uno ha elegido para estar. Me parece muy bien la gente que se fue a probar suerte en otros lados con mayor o menor éxito en las grandes capitales del espectáculo y me parece bárbaro la gente que se quedó porque uno siempre tiene esa dicotomía de ser exitoso o no, si ha pasado el tiempo y uno ha llegado a un lugar o no, ese tipo de preguntas que uno se hace.

Después de mucho tiempo encontré la respuesta a eso que me dejó mucho más tranquilo desde algún lugar. Y la respuesta es que nosotros desde nuestro laburo seguimos siendo como la base sobre la cual se para mucha gente exitosa, a lo mejor uno piensa más desde lo musical o desde el cine: Los Nocheros, Lucrecia Martel… los que hoy vemos que representan a Salta en las diferentes estéticas, en los diferentes roles, han surgido porque hay todo una base de gente que viene trabajando y que sigue trabajando desde un lugar y con la cual esta gente trabajó y el éxito lo tuvieron porque estuvieron en el lugar preciso, en el momento preciso, con la persona precisa. Hay todo un apoyo cultural que se sigue manteniendo y que le permite superarse a cierta gente por cuestiones en particular pero no lo hacen de la nada. Nadie surge como los hongos después de la lluvia, surgen porque son uno más de todo eso. Entonces somos como esa torre humana que vamos manteniendo desde abajo a los que van subiendo. Ese va a seguir siendo nuestro lugar en la cultura.

– Foto de portada: Rafael Monti

– Foto 2: “Caperucita y el lobo, un cuento del bosque” (infantil de Monti)

– Foto 3: Monti junto a Danny Veleizán y Oscar Muñoz

– Foto 4: Cristina Idiarte en el papel de Mujer Maravilla (sketch realizado junto a Veleizán)

1 COMENTARIO

  1. Rafael Monti: 20 años con Espacio y 25 años con el teatro en Salta
    Felicidades gordo querido !, el único comediante salteño que la viene “remando” a pulmón desde hace 25 años !.
    Eso se llama AMAR EL ARTE TEATRAL y “horas culo” de una vida creando geniales guiones para luego llevarlo a las tablas con un elenco genial de salteños para el goce de la gente.

    Que tengas un excelente 2009 y seguí así. ¡ MUCHA MERD RAFAEL MONTI !.
    Tu amiga Miryam.

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