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viernes, marzo 29, 2024

Reflexiones sobre el I Congreso de Calidad e Innovación Educativa realizado en Salta

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La pregunta clave es: ¿desde qué lugar hay que pensar la educación? El locus de enunciación del Congreso estuvo orientado hacia la promoción de las políticas educativas implementadas por los Ministros de Educación del país, quienes de manera privilegiada expusieron sus “logros” cuantitativos.

Todos ellos basados en datos numéricos aportados por estadísticas. El resultado de eso es que vamos por un gran camino. ¿Y los conflictos reales? No hubo un solo funcionario que planteara por ejemplo, el problema de las adicciones y el alcoholismo en las escuelas, como así tampoco la violencia o los problemas edilicios graves que atraviesan nuestras instituciones educativas a nivel nacional.

Inclusión fue la palabra que usaron en un 100%. Por supuesto, la inclusión en estrecha vinculación con la calidad educativa. Ello significa colocar a la educación como un derecho y no como un servicio, concepto que se mantuvo en los 90’. Es decir, simple y llanamente, la vigencia de la Ley de Educación Nº 26.206 en todas sus dimensiones. El “buenos días a todos y todas” de parte del 80 % de los funcionarios expositores, significó la adhesión al proyecto político cuya veloz consecuencia es la defensa de todos los programas implementados a lo largo y ancho de la Argentina. Si bien aciertan en el concepto de la educación como derecho del ciudadano, el intenso trabajo que despliegan a nivel ideológico es que todo ha funcionado tan óptimamente que cualquiera que participara en este Congreso pensaría que hablamos de la mejor Educación del mundo.

Por qué esta sensación. Porque hay una imposición de resultados sobre la realidad. Es decir, que Dib Ashur se arrogue el verbo “alfabetizamos” habla de la soberbia política del gobierno que representa. Ellos alfabetizaron y el resto, los alfabetizados y alfabetizadores, no son actores principales. Importa la cifra que pone al resguardo su política, importa el número, importa la cantidad. Cuando el Ministro dice que bajó el nivel de repitencia en los primeros años de la escuela primaria, no mira cómo se bajó esos índices: si realmente esos niños alcanzaron los saberes necesarios. Cuando se les pide a los docentes que aprueben a los alumnos porque los porcentajes no son los deseados, entra en juego el número, la estadística, y no los verdaderos aprendizajes. Y esto se da en todos lo ciclos de la escuela tanto primaria como secundaria. Muchos resisten, otros son cómplices.

El problema de la educación actual es que los programas innovadores y la tan mentada inclusión exigen elevación de porcentajes y no elevación de conocimientos. Que se diga que hay más de cien mil egresados desde 2007 hasta el 2014, no habla de calidad. Sigue siendo una educación en números, para el afuera. Para decir en discursos que se ha logrado bastante “más”, pero todos los docentes saben que la calidad educativa no es directamente proporcional al número de egresados de la escuela: ello no habla de sus saberes, de sus potencialidades, de sus posibilidades, de su inserción social, de sus competencias, de sus posibilidades laborales, de sus capacidades.

La defensa de las políticas implementadas no nos lleva a pensar la educación que queremos. Lo que se dice desde la política educativa no se corresponde con la realidad educativa de Salta, del NOA, del país.

Que en Salta se hayan creado 445 escuelas seguramente es un gran logro. Pero cómo están esas escuelas. Cómo funcionan y cómo se mantienen. De eso no se dice nada. Del conflicto no se habla. Los problemas de base no se solucionan. Las íntimas confesiones de que “seguramente hace falta más inversión” no es una respuesta. Puesto que son los mimos proyectos políticos los que destinan o no el dinero que se necesita. La contradicción se genera en la propia carencia. Entendamos: pararse frente a un auditorio de 3 mil educadores para contabilizar el número de escuelas no dice nada de fondo. Es la forma, el discurso poco integral y nada inteligente de la clase gobernante.

Cuando todo esto se puso en el tapete: merma de repitencia en los primeros años de escolaridad (Ministra de Mendoza, Ministro de Salta), la notable cantidad de escuelas que realzó además el gobernador Urtubey cuando expresó “esta es la década en que más escuelas se construyeron”, la cantidad de egresados, la implementación de planes (Conectar, Mejora, Fines, etc), el docente queda solo frente al otros discursos que acompañan la parte numérica: “el desafío es, fue y será pedagógico”. La frase de este Ministro echa por la borda toda la aparatología aquella de que “el Estado es garante”. El único garante es el educador, porque el desafío es pedagógico: no importa si a clases vienen drogados, alcoholizados, con hambre, con frío; no importa si las paredes están sucias, rotas, a punto de caerse; no importa más que lo pedagógico. ¿Qué era la calidad? ¿Saber o tener la acreditación, muchas veces falsa, de un saber que no se tiene? ¿Qué era la inclusión: que asistan a clases para ser más en número o que asistan a clases porque quieren educarse? ¿Qué era la calidad: el edificio nuevo, un certificado de secundaria, muchos planes? ¿La calidad en función de la política o como una meta cognitiva?

En los logros, el gobernante es responsable. En el fracaso, el educador es culpable. Pero vamos por buen camino: más escuelas, muchos egresados, planes que deben funcionar o funcionar y para ello hay que elevar estadísticas de logros, nula repitencia, mayor facilidad de egreso. Esto es igual a calidad e inclusión. Y sí, qué bien se ve, cuántos logros. Con un poco más de plata, se soluciona el problema: destinar un poquito más del presupuesto, y rendir cuentitas de todo. Hacemos otro Congreso, llevamos estadísticas, y en Argentina, la educación va de maravillas. En Salta, es prácticamente Modelo la educación.

La propaganda política no puede ser lo que triunfe sobre la educación. El autobombo viene disfrazado de nobles aciertos.

En una de las mesas, el representante de Chaco señaló que Capitanich es el primero en llegar, y el último en irse, “es quien apaga la luz”– sentenció. De ello, tenemos plena seguridad…

Silvia Storino, también se refirió a que “todo tiene solución en el ámbito pedagógico” (en consonancia con el Ministro de Misiones, y otros) y profundizó el concepto con la idea del “control de las variables didácticas” (con lo que escaparía al docente los conflictos familiares, por ejemplo), señal que Storino no transita las aulas públicas. Aunque toda reflexión que genere este Congreso, es absolutamente válida y discutible. Pero en sincronía con las ideologías en que se enmarcó este Congreso, citó a Chávez, lector de Simón Rodríguez (mentor de Bolívar) con una frase aceitada del chavismo: “o inventamos o herramos”.

La Ministra de educación de La Rioja, fue determinante: “La Ley permitió pensar la educación como un instrumento de gobierno”. Otra declaración que no admite dudas.

Por eso, tras la exposición de funcionarios que hablaron en muchos casos con tecnicismos que aparecen en los libros sobre Educación, que fabrican realidades paralelas, que hablan de inclusión pero no incluyen a ninguno de los suyos en escuelas públicas porque quieren “garantías” de conocimientos, donde no hay ningún Plan Mejora, Fines, Polos de reinserción, etc., viene la parte buena.

El Congreso se realizó los días miércoles 26 y jueves 27 de agosto en el Centro de Convenciones, con “jornada extendida” (como diría Dib Ashur). Hubo valiosos aportes de algunos notables que superaron ampliamente el valor promocional de las políticas tan bien logradas de los Ministros de las distintas provincias.

Fanfani habló sobre la sobrecarga de exigencias que pesa sobre la educación. “Los poderes mágicos de la educación”– señaló, como una especie de mitomanía de los argentinos de poner en ella todas las expectativas de resolución de todos los problemas que nos aquejan: desde el narcotráfico hasta la inseguridad. La pregunta es, ¿qué es lo que la escuela puede hacer? “No le pidamos a la escuela lo que la escuela no puede hacer”. “La escuela no puede resolver…puede contribuir a resolver…” “El lenguaje es poder”. Y apuntó a que lo fundamental es la competencia comunicativa. Se refirió a que una parte la pone el docente y otra parte la pone el alumno: “necesitamos crear el contexto para que el chico tenga interés en aprender”.

Creo que, en esta parte, el Estado debe ser garante. Menos hambre, menos desigualdad social, más oportunidades, escuelas deseables…

“El que maneja el lenguaje monopoliza”– destacó Fanfani. Esto sería un poco discutible si pensamos en que nuestro Vice Gobernador electo (Isa) dijo en la apertura del Congreso: “me tengo que empezar a adaptarme…” en relación a la realización de este tipo de eventos. Pero en sentido general, es cierto. De ello no caben dudas. Quien lidera, sabe hablar, en la mayoría de los casos.

Blejmar, casi en sintonía con Fanfani, expresó “hay que crear las condiciones para generar el deseo”, el deseo como motor, “energía puesta en lo que se tiene que hacer”. Este es una de los elementos necesarios para la innovación. Educar es “crear contextos y dejar huellas”. Habló de cuidar al educador como una capacidad. Aprender a cuidar del otro pero para ello, hay que aprender primero a cuidarse uno mismo. Entre otras cosas, se refirió a la importancia de trazar un camino, tarea irreemplazable de quien conduce, en el nivel de la gestión.

Cabe destacar las acciones que llevan adelante los formadores, de las que se presentaron numerosos casos de experiencias significativas, sobre todo en el área de los pueblos originarios y el trabajo que se efectúa para la educación de personas con distintas discapacidades. Por supuesto, aplaudibles trabajos de aquellos educadores que, sumergidos en la utopía de lograr lo imposible, se enfocan en los logros de sus prácticas, más allá del puro vedettismo.

Sileoni destacó la presencia de miles de educadores en el Congreso. Algunos comulgan seguramente con las ideas políticas allí sustentadas, se vio en los aplaudidores o en los aduladores que nunca faltan; pero la masiva participación de la docencia salteña se debió al genuino interés de saber qué piensan no sólo quienes tienen en sus manos la responsabilidad de decidir los destinos del ciudadano, sino también, qué dicen los especialistas al respecto de la educación actual, bajo los ejes propuestos. En definitiva, construir una mirada crítica que permita reflexionar y cambiar.

La pregunta es, si la sociedad otorga poderes mágicos a la educación, ¿creen que los educadores son magos?

Hay una educación posible porque los educadores siguen siendo los magos sin varita y sin galera. Si el docente no fuera estratega, se hubiese rendido a la ignorancia y a la estadística.

Datos

Conferencista sobre Calidad educativa

Lic. Emilio Tenti Fanfani

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional de Cuyo y Diplôme Supérieur d’Etudes et Recherches Politiques (Tercer Ciclo de la Fondation Nationale des Sciences Politiques de París, 1968-1971). Es consultor de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) en la UNIPE (Universidad Pedagógica de la provincia de Buenos Aires) y se desempeña como profesor titular de Sociología de la Educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Fue investigador principal del Conicet, y docente e investigador en diversas universidades y centros de investigación de Colombia, México, Francia y Argentina. Ha sido consultor de Unicef-Argentina y del IIPE-Unesco para América Latina. Ha publicado, entre otros, La escuela y la cuestión social (2011), Nuevos temas en la agenda de política educativa (2007), El oficio de docente (2006) y La condición docente (2005).

Conferencista sobre Gestión educativa

Lic. Bernardo Blejmar

Profesor de Educación Física, INEF. Licenciado en Ciencias de la Educación, UBA y Becario de Distinguished Leaders Programs of Brandeis University, Boston, U.S.A. Es Profesor de post grado de la Universidad San Andrés y Ex Director de la Maestría de Psicología Organizacional de la Universidad de Belgrano. Ex profesor titular de la Universidad de Belgrano en la cátedra de Psicología Organizacional. Docente invitado de FLACSO para sus programas de post grado de Gestión Educativa. Es-autor de los libros “Dónde está la Escuela? Ensayos sobre la gestión institucional en tiempos de turbulencia” (co-autor), “Gestionar es hacer que las cosas sucedan” Novedades Educativas, 2005, Buenos Aires, Argentina y compilador de “Liderazgo e Integración”. Ed. Manantial, 2003, Buenos Aires, Argentina. Es autor de un capítulo en “El rol del supervisor en la mejora escolar”, Gvirtz, S., Podestá, M.E., “De problemas, amarras puntos de imposible y reuniones de equipo”, Ed Aique 2009, Buenos Aires.

Acceso a los sitios web del congreso. Info sobre conferencistas y panelistas: http://saltacongreso2015.wix.com/mecyt#!programa/c12ar

Acceso a los trabajos expuestos por archivo adjunto (sólo títulos)

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