Eran las 7 de la mañana de hoy. A su cuidado se encontraba su amigo de toda la vida, Aldo Acosta. También estaba junto a él el actor Diego Cabrera. Al Negro lo llamó su madre, su ángel de la guarda. Se fue con ella a hacer teatro en el cielo. Sé que descansa en paz. Estaba muy enfermo. Sus últimos días fueron de regocijo: “he vivido la vida que quise, fui feliz, amé, hice teatro”- me dijo. Le pedí permiso a Cristina Idiarte hace un mes para darle la noticia del premio a la Trayectoria que recibiría mañana en la Fiesta Nacional de Teatro: “¿llegaré?’” – me decía. “Decíle a Cristina que estoy agradecido”. Estaba feliz, muy pero muy feliz. “Vas a llegar Negro, vas a llegar” – le respondía.
Compartimos un almuerzo días atrás. Comimos helado. Fumó un cigarrillo a regañadientes de Aldo. Le encantaba la Coca Cola. Me contó sus peripecias en el Hospital cuando su sobrino lo llevó al San Bernardo y a Jujuy. Volvió bien. Su cabecita blanca tenía el pelo al ras, estaba hecho un divo el Negro…
Hoy tenía turno para el médico. Pensaba en el premio de mañana. En la fría sala de Pieve estaban su hermana Nena, su cuñado, sus sobrinos. Mientras caminábamos hacia el velatorio Carlos Delgado me decía que el Negro fue más que su maestro de teatro: “fue mi maestro en la vida”– confesó. Salimos volando cuando recibimos la noticia en Casa de la Cultura: Cristina Idiarte se quedó paralizada. Todos los que se encontraban en la oficina (Gaby, Laura, Pili, Eloísa, Pacheco de Jujuy…) y en el hall (Cris Sánchez, Barrera…) se quedaron quietos, mudos, estupefactos. Con Carlos corríamos hacia la sala donde duerme su sueño profundo. “Murió el Negro Armatta”– repetíamos por la calle. Algunos teatristas se quedaban mirando, “No, no puede ser”. Gustavo García al teléfono exclamó: «muy triste todo. Voy a despedirlo». La Parodi (salteña) quedó sin palabras.
Querido, admirado, talentoso. “Se fue reconocido, mamá”– me dicen mis hijos. “Sabía que le daban mañana el premio y eso lo tenía feliz”– me agregan mis sabios y amados hijos. Ellos también lo conocieron a través de mí. Y es cierto: la muy oportuna decisión de Cristina Idiarte fue atinadísima. Fue premiado en vida. El año pasado durante la Fiesta Provincial recibe su reconocimiento en un sentido homenaje (http://www.salta21.com/Homenaje-y-Premio-a-la-Trayectoria.html). Esas pequeñas grandes cosas eran un motivo para él. Y el premio a la Trayectoria regional es un hecho: le faltó tan solo tenerlo en sus manos.
Su artritis y el epoc, dos enfermedades progresivas, lo traían mal. El Negro le daba pelea. Resistía. Pero estaba cansado. Murió reconciliado con la vida, y esperaba el descanso eterno sin temores.
En su habitación de la calle Zabala pasó sus últimos momentos. Rió, filosofó acerca del teatro, soñó. Soñó hasta el último segundo cuando su madre vino por él. Las madres en el cielo siguen siendo madres. Ahora lo sé. No se fue solo, se fue acompañado en ese tránsito de la vida a la muerte.
El Negro soñaba todo el tiempo con hacer teatro: me pedía que imagine una historia para crear la puesta. La última obra que dirigió fue “Soledad urbana” de Andrea Di Salvo, en la que actué para él, porque él lo quería. Fue en el 2013. Y hace poquito quería ir a ver la obra de Omar Pizzorno “Lápiz labial”. Pero ese día amaneció frío y nublado: “no voy a poder ir hoy”– me dijo al teléfono. El Negro disfrutaba de los días de sol, leía los diarios absolutamente todas las mañanas y dedicaba sus largos ratos a enterarse todo acerca del mundo del espectáculo porteño y del mundo del teatro salteño.
Estaba agradecido de la gente que alguna vez lo amó. Recordaba a sus amigos, a sus hermanas, me contaba sus anécdotas, sus juegos de la infancia, sus cosas… Estaba completamente lúcido. Y parecía un niño caprichoso: deseaba las empanadas salteñas como nadie. La comida de Aldo le fascinaba. Eso sí, que no le falte su gaseosita…
Nació el 25 de setiembre de 1942. Tenía 72 años. Quedará para la historia que, durante la 30º Fiesta Nacional de Teatro, decidió dejarnos. Irse. Así nomás. Hizo el unipersonal de su partida un día de fiesta. Imagino al Negro planeando entre las nubes de algodón, con un coro de músicos celestiales. Su sonrisa ocupa el centro de las miradas de un Dios que lo recibe con los brazos abiertos. La ovación de los grandes artistas del mundo no se hace esperar. Las puertas del cielo se abren de par en par para recibir a un artista, a un actor, a un director de teatro. Alguien… una mujer, se acerca a él para entregarle el premio mayor, una llave de un lugar hermoso, donde hay jardines, palacios, teatros. Un ser le anuncia que hay mucho trabajo por hacer. El Negro no mira más hacia abajo. Está en lo alto. En la cúspide. Desde allí, nos envía saludos.
Si preguntan dónde está el Negro Armatta no les digan que murió. Se fue a hacer teatro en el cielo.
Negro: ¿puedo decirte algo? No te preocupes, estamos bien. Vos. ¿cómo estás? ¿cómo es el teatro de allá…? Te voy a extrañar. Mucho. Te adoro. Te adoramos. Amigo del alma: he visto tu nombre por todas partes. Cada lágrima nuestra es un aplauso. Hoy no sólo te llevas la ovación de los de allá, sino de los de aquí. “Bravo, Negro! Bravo!” ¿Lo oyes?
– Dato: Velatorio: Pieve – dpto g – Misa: viernes 27 de marzo hs 8:00 y posterior cremación
– Foto tomada por Salta 21
El Negro Carlos Armatta “Black”: «¿en qué momento dejamos de soñar?»
http://www.salta21.com/El-Negro-Carlos-Armatta-Black-en.html
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Gracias gente del teatro por recordar a mi hermano con tanto amor,
Amo el teatro y siempre buscó superarse no sólo´el sin también que lo hicieran todos.-
para mi no fue sólo mi hermano, sino también un padre, un compañero y hasta un hijo, dio todo lo que pudo con generosidad y amor.-
gracias Romina, Nena, Gustavo, Cristina, Ana, Omar y perdón por los que no nombro pero si los recuerdos, el Negro estaría feliz de haberlos vistos..-
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Negro, gordo, hermano ¡que feliz serías con tantas palabras hermosas, siempre dije que es un orgullo ser tu hermana, y leer todo lo que te dicen, pienso que con total fundamento estoy orgullosa, para mi no sólo fuiste el actor y el director de teatro fenomenal, sino un padre, un hermano mayor,un compañero, un tío, un hijo, y hasta un abuelo fabuloso, descansa en paz, que grande fue tu siembra y hermosa tu cosecha.-
Gracias Romina, Gustavo, Nena, Omar, Cristina Ana, y perdón por los que no nombro, gracias por recordarlo con tanto amor, gente del teatro,-
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Querido Carlos, siempre, SIEMPRE te recordaré. Agradezco el haberte conocido y los momentos compartidos. Allá, donde estás de gira, celebra el Teatro con ganas y sonrisas.
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Un nudo en la garganta y los ojos nublados, Romina. Precioso homenaje el tuyo. Así lo recordamos todos. Inolvidable el Negro. Querido por todos.
Gracias.
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Mi amigo Armatta «Black», como le decíamos algunos de sus innumerables complices de su arte, nos dejó para siempre. En ese siempre permanecerá también su bonhomía y su talento inesperado en este mundo esquivo de creatividad. Ha sido un gran teatrista: mitad autodidacta y mitad formado en el ensayo de la obra, en muchos escenarios. Pudo hacerse admirar en la década del 70. Su pánico escenico y su segura inteligencia produzco esa mezcla sensible que era: respetuoso de los textos, sereno con el ritmo de la obra (daba su tiempo a la comprensión), profundo con el autor, maestro de los actores que dirigía y seductor del espectador. Un pragmático que recibía el aplauso y los premios, buscó pero no le importaba sino llegaban. Cuando «Armatta Black» se hizo necesario en la escena salteña, esta vida prescindió de él. Todo un cruzamiento contadictorio entre su acción y su tiempo. Ya era grande para estar en el teatro salteño que gira de joven a maduro, pero aportó su sabiduría a la causa. Mi admiración lorquiana: «El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana». Como Armatta «Black» se escapó de ese libro, agradezco a la fortuna personal haberlo conocido.
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Hermosa nota. Se fue un tipo generoso y un amigo de la vida. Lo recuerdo así. Se fue de gira el actor…
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Tengo una profunda tristeza y me invade la nostalgia de recordar los momentos maravillosos que nos hizo pasar en el andar de su vida Teatral. Romina… tus palabras me conmovieron.
Salta llora, se fue un ícono del teatro y de la cultura regional: Carlos “Negro” Armatta
Querida Romina, impecables tus palabras para despedir a un verdadero GRANDE, como ser humano y artista. Me lo imagino al Negro, riéndose de nosotros con esa risa terriblemente picara y tapándose la boca con su mano para que no veamos como se burla de nuestras lagrimas!! Si hasta nos daría un abrazo para consolarnos!!!
Se fue un ser especial. No lo veía en los últimos tiempos pero compartimos momentos maravillosos e inolvidables, hasta creo que hoy me sonrió cuando me acerque a despedirlo. Fue mi amigo, mi Director, mi compinche. No tenia rencores. Era un alma pura, generosa, inocente, modesto como pocos. Sin ninguna duda hoy el cielo lo recibe aplaudiendo de pie y lo despedimos de la misma manera. Hasta siempre Negro querido!!