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viernes, abril 19, 2024

Santas palabras. (Declaraciones vergonzosas de miembros de la Iglesia)

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En mayo de 1977, por iniciativa del presidente Videla, la Conferencia Episcopal Argentina recibió a los generales Viola, jefe de Estado Mayor del Ejército, Jáuregui y Martínez (responsables de los servicios de inteligencia). Al finalizar la reunión Monseñor Ildefonso Sanserra de San Juan informó a la prensa:

-“… los señores militares nos informaron con amplitud sobre la situación actual del país en el marco de la actividad defensiva y ofensiva contra la guerrilla subversiva, que se nos ha impuesto desde adentro y afuera de nuestro territorio… al término de la exposición de los generales hubo un intercambio de ideas en un clima verdaderamente cristiano y patriótico…”

Como demuestra la cita anterior, todo era considerado en un clima cristiano y patriótico: existía una verdadera alianza, los genocidas eran defensores de la Fe de igual modo que eran defensores de la patria. En diciembre del 77, Monseñor Victorio Bonamín en una conferencia en la Universidad Nacional del Litoral dice:

-“Es una lucha por la República Argentina, por su integridad, pero también por sus altares… esta lucha es una lucha en defensa de la moral, de la dignidad del hombre, es una lucha en defensa de Dios… por ello pido la protección divina en esta guerra sucia en que estamos empeñados…”

¿Podría tomarse la declaración anterior como una prueba de que fue una Guerra Santa?

En noviembre de 1977, Monseñor Victorio Bonamín, obispo castrense, había dicho:

-“… si pudiera hablar con el gobierno, le diría que debemos permanecer firmes en las posiciones que estamos tomando: hay que desestimar las denuncias extranjeras sobre desapariciones…”

Acotar que su propio sobrino fue detenido, torturado y desaparecido. Monseñor Bonamín, a pesar de su enorme influencia en la cúpula del gobierno militar argentino, no movió un dedo por cambiar la suerte del muchacho.
Durante el siguiente año se sintieron tan eufóricos que hasta el Monseñor Sansierra se daba el lujo de bromear. El 31 de enero del 78 dijo:

-“… Yo voy a la cárcel y me dejan salir siempre. Nunca me quedo adentro…”

Las Investigaciones

Durante el año 77 se sintieron fuertes y triunfantes y la Iglesia tenia razón de gozo…

El 26 de mayo de 1978 Monseñor Romulo García de Mar del Plata defendía la represión de una manera cristiana:

-“… las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos son campañas improvisadas y organizadas por quienes niegan la libertad…”

En el año 1979, comenzaba a sentirse la presión extranjera, debido a las violaciones de los derechos humanos. Investigaciones internacionales estaban descubriendo el reino del terror.

El 11 de septiembre de 1979, el Monseñor Octavio N. Densi, obispo auxiliar del Plata y Rector de la Universidad Católica Argentina, se siente personalmente afectado por las investigaciones internacionales, y dice:

-“… la Comisión Internacional de Derechos Humanos no debería haber venido, el gobierno, con gran generosidad, la ha aceptado… una comisión extranjera no debería venir a tomarnos examen…”- y también: “… la Argentina es uno de los países donde hay más tranquilidad y donde los derechos humanos están más respetados. No veo que, en este momento, en la Argentina se encarcele, se mate, se atropellen los derechos humanos… ”

Monseñor Guillermo Bolatti, de Rosario, es más contundente el día 13 de septiembre de 1979:

-“… cada país debe regular los derechos humanos, no deben ser los extranjeros (la Comisión Interamericana de Derechos Hhumanos) los que nos vengan a indicar lo que tenemos que hacer…”

Para mostrar el apoyo del Vaticano a la dictadura militar en el gobierno, Monseñor Parodio, destinado en el Vaticano, en su visita a Mar del Plata declara:

-“… ahora se comprende mejor a la Argentina… en Europa hay quienes siempre buscan lo negativo… aquí el rostro de la Argentina se ve más positivamente…”

En diciembre de 1979 los crímenes eran demasiado grandes como para ocultarlos, y empezaban a reconocerlos y justificarlos. Monseñor Antonio Quarracino, de Avellaneda, futuro presidente CEA y cardenal de Buenos Aires dice:

-“… En una situación de guerra, los argumentos y los límites éticos entran en un cono de sombra y oscuridad…”

En marzo de 1981 Monseñor Bonamín en la Casa Rosada y junto a Videla dice:

-“… Los miembros de la Junta Militar serán glorificados por las generaciones futuras…”

En abril de 1982 Monseñor Miguel Medina, vicario General de las Fuerzas Armadas declara:

-“… Algunas veces, la represión física es necesaria, es obligatoria y como tal, lícita…”

El 11 de agosto de 1982, después de haber sufrido las humillantes y justas derrotas en el Atlántico Sur, Monseñor Medina declara:

-“… es un honor para la Argentina tener la calidad de estas Fuerzas Armadas…”

Llamada a la Impunidad

El 19 de noviembre de 1982 Monseñor Juan Carlos Aramburu, Arzobispo de Buenos Aires, declara en “Il Messagero” de Roma.

-“… en Argentina no hay fosas comunes y a cada cadáver le corresponde un ataúd. Todo se registró regularmente en los correspondientes libros…”

Ya en abril del 83, con el país en crisis y con la justicia a la vista, Monseñor Quarracino declara.

-“… es necesaria una ley que yo llamo de olvido, porque si no, no le veo solución. Si no es así, se envenenará más la sociedad Argentina…” ¿No les recuerda algo este argumento, las tesis de algunos sobre los asesinatos y las fosas comunes -aún por investigar- en España?

EL 15 de abril podemos ver una especie de revisionismo cuando Monseñor Quarracino declara:

-“… no hay que dejarse engañar, hay supuestos desaparecidos que están fuera del país…. hay gente que no figura en las listas, que están en otros lugares de América Latina indocumentados y pasan para mucha gente como si fueran desaparecidos… si son indocumentados y están fuera del país, por algo será, pero me consta que los hay..”

El 2 de mayo, Monseñor Quarracino declara sobre la ley de autoamnistía:

-“… es valiente y está bien hecha… las protestas individuales de algunos obispos argentinos sobre el contenido del documento son individuales y en consecuencia no pueden ser tomadas tan en cuenta como la opinión de la Conferencia Episcopal Argentina…”

Al aceptar el cargo como presidente constitucional el Doctor Raúl Alfonsin, el Documento de la C. E. A. “Democracia, responsabilidad y esperanza” dice:

-“… el episcopado argentino pudo no acertar todo lo que dijo e hizo. Los obispos somos hombres limitados; pero podemos afirmar que siempre procuramos obrar y hablar de acuerdo a los dictados de nuestra conciencia de pastores…”

Muchos sacerdotes se quedaron con sed de sangre y guerra. Se sentían frustrados al no haber podido aniquilar a todos sus opositores, como en las inquisiciones y genocidios de antaño.

El 23 de enero de 1984 el Monseñor Carlos Mariano Pérez, de Salta dijo:

-“… hay que erradicar a las Madres de Plaza de Mayo y a los organismos de derechos humanos que pertenecen a una organización internacional, lo mismo hay que terminar con la exhumación de cadáveres NN que es una infamia para la sociedad…”

El 30 de julio de 1984, el representante de Cristo, cura Christian Von Wernich, capellán a sueldo de la policía de Buenos Aires, declaró a la revista “Siete Días”.

-“… que me digan que Camps torturó a un negrito que nadie conoce, vaya y pase, pero cómo iba a torturar a Jacobo Timerman, un periodista sobre el cual hubo una constante y decisiva presión mundial… ¡que si no fuera por eso!…”

Monseñor Plaza fue siempre fiel a sus principios. El 21 de mayo de 1985 declara sobre el juicio a los excomandantes asi:

-“… es una revancha de la subversión y una porquería. Se trata de un Nuremberg al revés, en el cual los criminales están juzgando a los que vencieron al terrorismo…”

Este hombre de carácter murió en 1989, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica de Su Santidad.

El 23 de Octubre de 1991 “La Nación” informa:

“Todos se sintieron llamados por el Papa. Festejo en la Nunciatura: El presidente Menem y el nuncio apostólico Ubaldo Calabresi brindaron con champaña por los trece años del papado de Karol Wojtyla. A cincuenta metros del sillón Luis XV en el que hablaban los dos, los ex presidentes Videla y Viola mantenían un diálogo junto a los ventanales de la Nunciatura. En el mismo salón conversaban Leopoldo Galtieri, Basilio Lami Dozo y Emilio Massera. La senadora Saadi conversaba con el obispo Jorge Casaretto y, después, con Gerardo Sofovich…”

El Papa apoyó todas las actitudes criminales de todos los Obispos, Monseñores y curas varios en la Argentina. Cuando un grupo de familiares de desaparecidos viajo al Vaticano, pidiendo ayuda para encontrar a sus seres queridos, el Papa no los recibió.

El 2 de mayo de 1995 Monseñor Edgardo Storni de Santa Fe declaraba:

-“… La Iglesia no necesita hacer ningún examen de conciencia y mucho menos pedir perdón a la sociedad argentina…”

Monseñor Edgardo Storni, obispo de Santa Fé, actualmente está separado del cargo, aunque sobradamente protegido por la curia argentina, ante las gravísimas acusaciones de pederastia en su contra.


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