Juan Manuel Urtubey dispuso una reunión-cena con congresales. ¿Sabe Ud. dónde se realizó y con qué fondos? Hagan vaquita señores o páguense la cena, abran sus billeteras. El gobernador de la provincia de Salta carece totalmente de autoridad, moral y material, para disponer del dinero que ostensiblemente falta en otras áreas de la comunidad.
El pasado martes 4 de marzo de 2008, y para una sesión preparatoria, indicadora, bajadora de línea o como Usted, estimado lector quiera llamarle, el señor Gobernador de la Provincia de Salta, el abogado Juan Manuel Urtubey dispuso una reunión-cena con los congresales que se harán presentes en Parque Norte en la Ciudad de Buenos Aires, en el próximo congreso nacional del partido justicialista que elegirá al ex presidente Néstor Kirchner como autoridad máxima.
En esa ocasión cenaron y debatieron cómo votar, no votar, estar, no estar, borrarse, o vaya uno a saber cuántas triquiñuelas más que forman parte de ese ambiente partidario tan particular. El martes 18 de marzo, nuevamente se realizó una reunión-cena dispuesta por el primer mandatario, con los integrantes del Partido de la Victoria, que entre legisladores, intendentes y funcionarios varios conformaron un nutrido grupo que arrasó con el menú.
Estos dos acontecimientos no tendrían mayor importancia, y no darían más que para algún comentario jocoso sobre la marca de vino servido, o la cantidad de platos que deglutió un conocido funcionario actual. Todo muy cómico y bien cholulo; como para ser fotografiados en cualquier revista de mala calidad, ocupada cada semana en los chismes de los famosos.
Pero a quien escribe, tales reuniones no le causan ninguna gracia, y seguramente a los lectores tampoco, porque esas particulares citas gastronómicas se realizan en la impopular, costosa, innecesaria y obscena residencia de Finca Las Costas, donde obviamente los comensales son atendidos por un nutrido grupo de personal de cocina, mesas, seguridad, baños, y utilizan vajilla, comida, bebida, papel sanitario, etc; y todo ello, todo, pagado con fondos públicos; con fondos del denominado protocolo oficial.
Dicho de otra manera, de garrón, con el dinero de los contribuyentes de toda la Provincia de Salta, sin que muchos de esos contribuyentes no tengamos ni arte ni parte –ni la queremos tener- ni con el congreso del PJ que elegirá a Kirchner en el primer caso, ni con el análisis que los acólitos adherentes del PV tengan ganas de hacer con el gobernador, porque en ambos casos se trata de actividades netamente partidarias –privadas, particulares, personales- y esto implica claramente que si a todos ellos les gusta cenar para conversar, debatir, analizar o desvariar, lo correcto sería que se alquilen un local cualquiera donde mejor les parezca, previo meter la mano en el bolsillo de cada uno, hacer la vaquita, y comer si les place, hasta quedar pupudos; pero siempre claro está si lo hacen con sus billetes, y no con los nuestros.
Definitivamente el gobernador de la Provincia de Salta, no tiene derecho alguno, no solamente a vivir en ese lujoso hábitat que nos cuesta una fortuna mensual mantener y que muchos Ciudadanos de Salta hubiéramos querido ver convertido en algo mucho más útil, que el centro de desarrollo de las vanidades personales; sino que carece totalmente de autoridad, moral y material, para disponer del dinero que ostensiblemente falta en otras áreas de la comunidad, para pasarla bien entre amigos, adversarios y enemigos, mientras supuestamente analizan con los allegados de su propio partido, frente, rejunte o conjunción oportunista de intereses si Usted quiere, denominado en un caso Partido Justicialista y en otro Partido de la Victoria, los temas de su interés.
Porque ningún interés del primer mandatario debe ser superior, si quiere diferenciarse de su olvidable antecesor, que construir una ética de gobierno distinta, que valga la pena seguir tolerando.
Porque claramente la ciudadanía de Salta votó seducida por el cambio prometido; para que se terminara la fiesta irrespetuosa del despilfarro y la lujuria de un irresponsable y engreído anterior gobernador, que gustaba más de la exaltación de su propio ego y del culto a la personalidad, que de los actos razonables y coherentes de un estado democrático. Si Usted señor Gobernador, no empieza por dejar de lado ese deplorable hábito, perderá otra oportunidad más de demostrar que verdaderamente tenía intención de cambiar las cosas.
De lo contrario, y si se empecina en ese error, no pasará mucho tiempo hasta que la gente que ahora lo abraza y lo vitorea, se lo eche en cara.
Y no me imagino un sólo argumento serio en su boca, para zafar de ese apuro.
– Daniel Tort es abogado. Conduce La Editorial de lunes a jueves a las 11, 30 y La madre que las parió los días viernes a las 11, 30, ambos programas radiales por la FM Noticias (88.1) de la ciudad de Salta, junto a la abogada Verónica Húber .
