Tras las manifestaciones de taxistas en reclamo de una parada en la terminal y el anuncio de un inminente aumento -a 1,25 $- del boleto del transporte urbano, los choferes de ómniubus deciden «trabajar a reglamento»
El reclamo de los conductores de los ómnibus de la insólita empresa mixta (las ganancias se la llevan los emresarios, los subsidios los pone el estado) Saeta no es en esta ocasión por motivos salariales sino que protestan por las condiciones laborales, ya que -denuncian- están sometidos a un régimen riguroso de explotación y sobretrabajo.
La modalidad elegida -el trabajo a reglamento- podría ocasionar demoras en un servicio que dista de ser óptimo: en una urbe de 600 mil habitantes, las frecuencias a partir de la medianoche disminuyen tanto que para volver a sus hogares los noctámbulos deben esperar por horas en la madrugada.
